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Las dos Coreas acuerdan fin de la guerra y la desnuclearización

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Los líderes de las dos Coreas se dieron el apretón de manos que sus países esperaban. Foto:  Reuters

DEL PAPEL A LA REALIDAD

Trump saludó la cumbre y dijo que EE.UU. debería estar “muy orgulloso” por el resultado.

Los líderes de las dos Coreas se dieron el apretón de manos que sus países esperaban. Foto:  Reuters
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A juzgar por la letra fría de la declaración y los gestos antes las cámaras, la cumbre de ayer viernes entre el norcoreano Kim Jong-un y el surcoreano Moon Jae-in fue un éxito. Los dirigentes de las dos Coreas se comprometieron a trabajar por la desnuclearización de la península y por una paz permanente, y pusieron la vara bien alta cuando firmaron que no habrá más guerras entre los dos países.

"Ha sido una decisión muy valiente por su parte el venir hasta aquí", le dijo Moon. Y Kim respondió que era "el inicio de una nueva historia".

El dictador norcoreano dijo haberse sentido "embargado por la emoción" al cruzar la línea de cemento que divide a los países en la Zona Desmilitarizada. Fue el primer miembro de la dinastía Kim en pisar territorio surcoreano desde la guerra de Corea (1950-1953).

Al inicio de las reuniones formales ambos continuaron intercambiando bromas sobre cómo los lanzamientos nocturnos de misiles del Norte interrumpían el descanso de Moon, o sobre la popularidad en el Sur de la hermana del dictador, Kim Yo-jong, directora de propaganda del régimen norcoreano y también participante en la cumbre de ayer.

"Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, a través de una desnuclearización total, una península coreana no nuclear", dice la Declaración de Panmunjom publicada tras la reunión. Tras firmar el texto, que proclama que "no habrá más guerra en la península de Corea", Kim y Moon se dieron un fuerte abrazo.

Los dos vecinos dijeron que quieren reunirse con Estados Unidos, y tal vez también con China —firmantes del armisticio que puso fin a la guerra hace 65 años— "con vistas a declarar el fin de la guerra y establecer un régimen de paz permanente y sólido" en la península. A falta de tratado de paz, los dos vecinos siguen técnicamente en guerra.

La histórica cumbre de ayer fue elogiada en varios países. China saludó el "coraje" de Kim y Moon; el primer ministro japonés, Shinzo Abe, habló de "paso positivo hacia una resolución de conjunto de varias cuestiones relativas a Corea del Norte"; y el Kremlin celebró unas "noticias muy positivas".

Por su parte, el estadounidense Donald Trump saludó el encuentro, aunque dijo que "el tiempo dirá" si los resultados fueron buenos. También en Twitter, Trump se adjudicó parte del mérito: "¡FIN DE LA GUERRA DE COREA! ¡Estados Unidos, y todo su GRAN pueblo, deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo hoy en Corea!". "Por favor no olvidemos la gran ayuda de mi buen amigo, el presidente Xi de China", apuntó.

Pino, cena y brindis.

En otro momento de simbolismo, Kim y Moon "plantaron" un árbol cerca de la línea de demarcación militar, un pino de 65 años, tantos como el armisticio. Además, Moon lo regó con agua procedente del río norcoreano Taedong, mientras Kim hizo lo propio con agua del río surcoreano Han.

Tras replantar juntos el pino, cuyas verdes agujas simbolizan "la llegada de la primavera al Norte y al Sur", Kim y Moon dieron un paseo por un bosque, y en este bucólico escenario protagonizaron una íntima y larga conversación sentados frente a frente y sin asesores.

Pocos días antes de la cumbre, Kim dijo que Corea del Norte suspenderá las pruebas nucleares y de misiles de largo alcance y que desmantelará su único sitio conocido de pruebas nucleares. Sin embargo, existe un escepticismo generalizado sobre si Kim está dispuesto a abandonar el arsenal nuclear que su país ha defendido y desarrollado durante décadas ante una posible invasión de Estados Unidos.

"No habrá más guerra en la península. Con esta declaración abrimos una nueva era", dijo el presidente surcoreano en un discurso junto a Kim.

Kim, por su parte, destacó que "el mundo les observa", y afirmó que lo acordado permitirá "evitar que se repitan los errores del pasado", además de destacar que Norte y Sur "son un mismo pueblo" y "no deben volver a enfrentarse" sino "avanzar juntos hacia la unificación".

Los dos líderes culminaron su maratoniana jornada con un banquete en la Casa de la Paz, edificio situado al lado sur de la frontera donde mantuvieron sus dos rondas de encuentros.

Moon dijo en su brindis durante el banquete que él y Kim se han convertido en "grandes compañeros", y bromeó pidiéndole al mariscal que por favor le deje visitar el Monte Paektu, en Corea del Norte, el pico más alto y venerado a ambos lados de la península coreana.

Kim, por su parte, afirmó que el acuerdo sellado es "la punta del iceberg de lo que alcanzaremos en el futuro", y quiso destacar que ambos países podrán cumplir lo pactado "con el fuerte apoyo de la comunidad internacional".

En la ceremonia de despedida, los dos hombres vieron imágenes de su encuentro reproducidas en un espectáculo de luz y sonido, parados y agarrados de la mano durante varios minutos. Tras eso, Kim volvió a cruzar la frontera y regresó a Corea del Norte.

En imágenes transmitidas por televisión se lo vio saludando con la mano desde su vehículo a sus anfitriones en la Zona Desmilitarizada.

Las primeras damas con una pasión en común

A primera vista, las primeras damas coreanas no tienen nada en común. Una es veinteañera y vive en el hermético Norte, la otra está en la sesentena y reside en el Sur capitalista. Pero comparten la pasión por la música. Ri Sol-ju y Kim Jung-sook eran cantantes profesionales antes de casarse.

Ri, alabada por su elegancia y que tendría tres hijos con Kim Jong-un, era muy conocida de soltera en su país como vocalista del grupo Unhasu. Es considerada una mujer influyente. Le gusta la moda y viste prendas de lujo.

Su homóloga surcoreana Kim Jung-sook tiene 63 años. También es cantante y por un tiempo fue miembro del coro municipal de Seúl. Cuando se casó se convirtió en ama de casa y tuvo dos hijos.

La opinión pública la aprecia por su carácter jovial y extrovertido que contrasta con la discreción de su marido.

Los dos se conocieron en la universidad de Seúl donde ella estudiaba canto clásico y Moon Derecho, además de ser un activista contra la dictadura militar de entonces. Moon cuenta que se enamoraron cuando ella lo cuidó después de que se desmayara al ser alcanzado por una granada lacrimógena. También le apoyó cuando estuvo en la cárcel por su militancia. Y fue ella quien le pidió matrimonio. Lo hizo desafiando a sus padres, que no veían con buenos ojos a este hijo de refugiados pobres de Corea del Norte.

Trump dice que no será manipulado
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: Reuters.

Donald Trump dijo ayer viernes que se estudian “dos o tres” sedes para su reunión con el líder norcoreano Kim Jong-un, pero aseguró que no será “manipulado” en ese encuentro. “Estamos en contacto con Corea del Norte y Corea del Sur. Estamos organizando una reunión para muy breve plazo. Hemos reducido a dos o tres sedes. Espero que tengamos mucho éxito”, expresó el mandatario. Sin embargo, Trump aseguró que no será “manipulado” por Kim. “Estados Unidos ha sido manipulado porque había un tipo diferente de líder. Nosotros no seremos manipulados, y espero que podamos alcanzar un acuerdo”, dijo Trump en el Salón Oval de la Casa Blanca, donde recibió a la canciller de Alemania, Angela Merkel. El presidente explicó que en el pasado “hubo un acuerdo y ellos (los norcoreanos) empezaron otra vez con las armas nucleares. Eso no va a pasar conmigo”.

Momentos cómicos e incómodos
Kim y Moon camino a la histórica cumbre entre las dos Coreas. Foto: Reuters

La ceremonia de bienvenida a Kim Jong-un estuvo cargada de simbolismo cuando los dos líderes caminaron por la alfombra roja a medida que una guardia de honor con uniforme tradicional iba levantando estandartes a su paso. Durante la jornada hubo momentos cómicos, como cuando la hermana del líder norcoreano Kim Yo-jong se apartó bruscamente cuando se dio cuenta de que estaba tapando a los fotógrafos. También de incomodidad, como cuando Kim demoró en firmar el libro de visitas en la Casa de la Paz, y Moon parecía no saber hacia dónde mirar. El largo apretón de manos contrastó con el último saludo entre los líderes de ambos países en 2000 entre el padre de Kim, Kim Jong Il, y Kim Dae-jung. El apretón fue vigoroso, pero no duró más de cinco segundos. La versión de 2007 duró sólo tres segundos, cuando Kim Jong Il recibió a Roh Moo-hyun.

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