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Corea del Norte aún necesita probar tecnología de misiles

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Kim Jong-un por Arotxa

TENSIÓN NUCLEAR

El Consejo de Seguridad de la ONU convoca a una cumbre de ministros.

Kim Jong-un por Arotxa
Kim Jong-un por Arotxa

La última prueba de misiles de Corea del Norte coloca a Washington dentro del alcance de sus armas, pero aún necesita probar tecnología importante de misiles, como el reingreso, la orientación en el escenario terminal y la activación de ojivas, dice su vecina Corea del Sur.

Pero Seúl espera que el régimen norcoreano suspenda su programa de pruebas de cohetes, luego del éxito de su nuevo misil Hwasong-15 que puede volar lo suficiente como para alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.

Corea del Norte dijo que su prueba de misiles del miércoles fue un "avance".

"Kim Jong Un está actuando de una manera muy calculadora e inteligente", sostuvo el ministro de Defensa de Corea del Sur, Song Young-moo. "Kim cambió el tiempo de lanzamiento, la dirección y la distancia para demostrar que tiene este gran poder (...) probablemente hará un gran anuncio en su Discurso de Año Nuevo para decir que Corea del Norte ha completado su programa de armas", agregó.

El Ministerio de Defensa de Corea del Sur dijo que el Hwasong-15 era un nuevo tipo de misil balístico intercontinental (ICBM, por su sigla en inglés) que puede volar más de 13.000 kilómetros, lo que coloca a Washington dentro de su rango de objetivo.

Sin embargo, Corea del Norte aún necesita probar algunas tecnologías como el reingreso, la orientación en el escenario terminal y la activación de ojivas nucleares, dijo Yeo Suk-joo, viceministro de política del Ministerio de Defensa.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, dijo el jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a pesar de los problemas técnicos que hay que resolver, el nuevo misil es el más avanzado de Corea del Norte a la fecha. En esa conversación, Trump acordó con Moon Jae-in que es necesario "forzar" a Corea del Norte a "regresar al camino de la desnuclearización a cualquier coste".

Trump conversó telefónicamente con Moon al menos dos veces al semana pasada para "hablar sobre los nuevos pasos para responder a la reciente provocación de Corea del Norte", según la Casa Blanca.

"Los presidentes reiteraron su fuerte compromiso con mejorar las capacidades de disuasión y defensa de su alianza", y hablaron sobre "cómo imponer la máxima presión posible al régimen" de Kim Jong-un, indica la nota.

"Los dos líderes reafirmaron su rotundo compromiso a forzar a Corea del Norte a regresar al camino de la desnuclearización a cualquier coste", aseguró la Casa Blanca.

Cumbre.

En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU anunció el viernes una reunión a nivel ministerial para el próximo 15 de diciembre donde tratará el conflicto norcoreano.

El embajador japonés ante la ONU, Koro Bessho, quien ejercerá la presidencia, indicó que a esa reunión asistirán previsiblemente ministros de asuntos exteriores, entre ellos el de Corea del Sur, y también viceministros.

Bessho opinó que el lanzamiento del último misil balístico intercontinental norcoreano, un modelo supuestamente capaz de portar una cabeza atómica grande y alcanzar cualquier punto del territorio continental de Estados Unidos, "debe ser tratado" en una sesión de esas características.

El Consejo de Seguridad ya se reunió de urgencia el mismo miércoles de la prueba y, en un duro discurso, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, advirtió que el régimen norcoreano será "totalmente destruido" si se produce una guerra.

Preguntado por esas declaraciones, el embajador japonés evitó pronunciarse sobre una cuestión "hipotética" pero matizó que no está "desestimando ni ignorando" la postura de Estados Unidos, que a su juicio envía "un mensaje para diferentes partes" en el conflicto.

"Obviamente, Japón es la única nación que ha sufrido un ataque nuclear del mundo", recordó el diplomático, quien subrayó que el desarrollo de arsenal por parte de Corea del Norte "debe ser detenido" y que no cree que "a nadie le guste una solución militar".

Bessho recalcó que el Consejo de Seguridad ha presionado a Corea del Norte para que cambie sus "políticas" más allá de discursos de "condena" de sus acciones, a través de resoluciones que "retiran recursos" que el régimen de Kim Jong-un "usa para construir un arsenal nuclear".

Destacó además que lo "más importante" es hacer entender a la comunidad internacional y a la sociedad el vínculo que hay entre la situación humanitaria y de derechos humanos en Corea del Norte y el desarrollo armamentístico del país.

En este sentido, Bessho apuntó que no "prevé que se produzca ninguna acción específica" a raíz de la reunión, pero consideró "importante" que se conciencia sobre el problema, "no solo por los países en torno a Corea del Norte, sino por la DPRK (República Popular Democrática de Corea) también".

Presión a China.

Estados Unidos está buscando que China, principal socio comercial de Corea del Norte, ejerza su influencia para que el régimen de Kim Jong-Un abandona su programa de arsenal nuclear.

El miércoles, el día del última lanzamiento de un misil norcoreano, Trump no ocultó su malestar con la forma en cómo está actuando China.

Trump criticó al enviado especial de China a Corea del Norte en noviembre y consideró que su labor "parece no haber tenido ningún impacto" en Kim Jong-un, a quien volvió a llamar "hombre cohete".

"El enviado especial de China, que acaba de volver de Corea del Norte, parece no haber tenido ningún impacto en el pequeño hombre cohete", afirmó Trump en Twitter.

El mandatario se refirió así al viaje que realizó recientemente Song Tao, jefe del Departamento Internacional del Partido Comunista de China (PCCh), a Corea del Norte como enviado especial del gobierno chino para informar al régimen de Kim Jong-un de los resultados del reciente XIX Congreso comunista.

Según la agencia oficial Xinhua, Song se reunió con varios oficiales del partido norcoreano.

Festejos en el Norte, maniobras en el Sur

Corea del Norte organizó una masiva movilización en las calles para celebrar el lanzamiento del último misil, informaron ayer sábado los medios oficiales, con un despliegue de propaganda que incluyó fuegos artificiales y bailes.

El diario del Partido de los Trabajadores, Rodong Sinmun, publicó en su portada fotografías que muestran a miles de soldados aclamados por la gente en la plaza Kim Il-Sung de Pyongyang, que fue decorada para la ocasión con inmensos retratos de los líderes del país.

"De todo corazón celebramos el exitoso lanzamiento del (misil) Hwasong-15 que muestra a todo el mundo el poder de Corea del Norte y su grandeza", rezaba una de las pancartas que portaba la multitud. Kim no asistió a las celebraciones, como es tradición.

Seis cazas furtivos F-22 Raptor estadounidenses llegaron ayer sábado a Corea del Sur, donde mañana lunes empiezan unas maniobras que pretenden ser una nueva exhibición de fuerza ante Corea del Norte. Los aviones participarán en los ejercicios "Vigilant ace" con las fuerzas aéreas surcoreanas, que se desarrollarán entre el 4 y el 8 de diciembre. Estados Unidos también tiene previsto desplegar cazas F-35 y F-16 e incluso bombarderos estratégicos B-1B, informó la agencia Yonhap. Es la primera vez que Washington despliega seis F-22 a la vez en la península de Corea, en lo que constituye otro contundente mensaje de advertencia para el régimen de Kim Jong-Un después de que lanzara el pasado miércoles el misil balístico intercontinental Hwasong-15, capaz de llegar a Estados Unidos.

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