Publicidad

El copiloto suicida aceleró en el tramo final del vuelo

Compartir esta noticia
El ministro francés Cazeneuve presenta respeto a las víctimas. Foto: AFP.
French Interior Minister Bernard Cazeneuve (C), Le Vernet mayor Francois Balique (5th R), Prefect of the Alpes de Haute-Provence region, Patricia Willaert (R) and President of the Var departmental council, Michel Vauzelle (3rd R), spend a moment of silence after laying a wreath by a stele in memory of the victims of the Germanwings Airbus A320 crash, on April 3, 2015 in the small village of Le Vernet, French Alps. AFP PHOTO / LIONEL BONAVENTURE FRANCE-GERMANY-SPAIN-AVIATION-ACCIDENT
LIONEL BONAVENTURE/AFP

Andreas Lubitz, el copiloto del Airbus 320 de Germanwings estrellado en los Alpes franceses el pasado día 24, no se limitó a reducir la altura del aparato, sino que aceleró su marcha contra la montaña para alcanzar la velocidad máxima posible, según los datos de la segunda caja negra revelados ayer.

Esta fue la primera conclusión preliminar de los expertos de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) a partir de la lectura de algunos de los más de 500 parámetros de vuelo que recoge la caja hallada el jueves enterrada en un barranco en la zona del choque, ennegrecida por el fuego pero en buen estado para develar sus registros.

No se esperaban grandes revelaciones de la segunda caja, puesto que la primera, encontrada el día mismo del accidente y que contiene las grabaciones sonoras de la cabina, ya había dado un relato bastante completo de los hechos.

Confirmatorio.

Se sabía que Lubitz se había quedado solo en la cabina cuando el piloto fue al baño, media hora después del despegue de Barcelona (España), que bloqueó la puerta desde dentro y que puso el avión en posición de descenso, ajeno a los avisos de su superior y del control aéreo, hasta que el aparato se estrelló en el macizo de los "Trois Évches", a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar. De la segunda caja se aguardaba que confirmara los hechos y que aportara detalles, algo que ha comenzado a hacer. Lubitz "utilizó el piloto automático para situar al avión en una posición de descenso hacia una altura de 100 pies (unos 30 metros)", indicó en un comunicado la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa, pocas horas después de su hallazgo.

"En varias ocasiones a lo largo del descenso (...) modificó el reglaje del piloto automático para aumentar la velocidad del avión en descenso", agregó.

Una tesis que abunda en lo que ya había apuntado la primera caja negra y que el fiscal de Marsella, Brice Robin, responsable de la investigación judicial, resumió dos días después del accidente como una "voluntad de destruir el avión" por parte de Lubitz.

Nada ha cambiado de esa hipótesis, alimentada también por las revelaciones procedentes de Alemania, que describen al copiloto, de 27 años, como un individuo depresivo con tendencia al suicidio.

Según los datos del radar de seguimiento del avión, que deberán ser confirmados por el análisis que sigue haciendo la BEA de la segunda caja negra, el avión se estrelló a unos 750 kilómetros por hora, lo que explica que el aparato fuera reducido a un amasijo de chatarra expandido por más de 2 hectáreas en una zona montañosa.

Una zona que ayer sobrevoló en helicóptero el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, que quiso rendir homenaje a las fuerzas que han participado en labores de investigación y vigilancia.

Pero también a los habitantes de la región, de quienes destacó "la solidaridad" con las familias de las víctimas que sufren "un dolor que las circunstancias de esta catástrofe hace particularmente difícil".

"Nada puede calmar la pena de las familias, pero habéis mostrado una solidaridad admirable", les dijo el ministro, que recordó que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, mostraron su agradecimiento a los habitantes del lugar en su visita al mismo un día después del accidente. Cazeneuve también alabó la "eficacia y gran profesionalismo" de los diferentes servicios del Estado en un trabajo "particularmente difícil".

Más revelaciones.

Paralelamente, la fiscalía de Düsseldorf encontró más evidencias que confirman las tendencias suicidas de Lubitz.

Desde el 16 de marzo y hasta el día anterior a la tragedia había estado buscando en Internet modos de suicidio y cómo llevarlo a cabo, de acuerdo con el material hallado en una tablet incautada por esa Fiscalía en uno de los domicilios de Lubitz. Según este organismo, el nombre del usuario, la correspondencia personal y el historial de búsqueda permiten deducir que la tablet fue usada en ese período por el copiloto. En ese historial, que no había sido borrado, se ha comprobado que durante "varios minutos" en uno de esos días se realizaron búsquedas sobre los sistemas de seguridad de las puertas de las cabinas de vuelo.

La fiscalía reconstruye últimos años del piloto.

El fiscal de Marsella Brice Robin informó que Lubitz tuvo que accionar "dos veces los mandos para no hacer saltar la alarma", y que por tanto era consciente de lo que hacía.

Pieza a pieza se va reconstruyendo también la secuencia de los hechos que pueden haber contribuido a excavar un túnel en la mente del joven piloto. A finales de 2014, según Bild, citando fuentes judiciales, Lubitz sufrió un accidente con su automóvil. La apertura del airbag le impactó en la cara, provocándole un serio problema en la vista. A veces "en torno a sí veía negro", explicaron las actas de los médicos. ANSA

Recuperan cinco historias clínicas del joven copiloto en Alemania.

La Fiscalía de Düsseldorf ha registrado al menos cinco consultas de médicos a las que acudió el copiloto, según informaciones de la revista Der Spiegel. El semanario, citando fuentes de la investigación, explica que se han registrado las cinco consultas y se han confiscado los historiales médicos de Lubitz. Varios de los médicos a los que acudió el copiloto, de 27 años, se pusieron en contacto con la Policía para informar que habían atendido al joven como paciente al aparecer su nombre en los medios de comunicación. Entre los especialistas, según Der Spiegel, hay neurólogos y psicólogos.

La Fiscalía había revelado que Lubitz había recibido hace años, antes de conseguir su licencia como piloto, tratamiento psicoterapéutico por "tendencias suicidas". Al registrar sus viviendas se descubrió que estaba en tratamiento y que además tenía una baja médica para el día de la catástrofe, que no informó a Germanwings. EFE

El eterno femenino de una imaginativa pintora
El ministro francés Cazeneuve presenta respeto a las víctimas. Foto: AFP.

La segunda caja negra confirmó la intención suicida y homicida de LubitzEFE

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad