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Conciertos, los nuevos laboratorios para el COVID-19

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Hasta ahora el más grande desde que está la pandemia se realizó en Nueva Zelanda con 50.000 asistentes en un estadio de rugby. Foto: AFP

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

Ya hubo exitosas experiencias en Nueva Zelanda y Barcelona casi sin contagios del nuevo coronavirus entre los asistentes.

Nueva Zelanda, Barcelona, Liverpool ya tuvieron sus experiencias y a fines de mayo será el turno de Marsella. Los conciertos, con miles de jóvenes sin distanciamiento, se están convirtiendo en los nuevos “laboratorios” para detectar la propagación del COVID-19.

Hace unas semanas sorprendió una noticia procedente de Nueva Zelanda sobre un concierto de la banda Six60 que había reunido a 50.000 personas en el estadio de rugby de Eden Park. Ninguno de los asistentes usó mascarillas y, por supuesto, tampoco hubo distanciamiento. Estas medidas no rigen ya en Nueva Zelanda, país que tiene controlada la pandemia luego de un cierre de frontera y uno de los confinamientos más estrictos del mundo en marzo de 2020, cuando el virus comenzaba a hacer estragos en el resto del planeta.

A fines de marzo pasado, en Barcelona se realizó un recital de la banda catalana Love of Lesbian, al que asistieron 5.000 personas que se sometieron a una prueba de test rápido de COVID-19. Dos semanas después volvieron a someterse a un test y solo seis se habían contagiado, una cifra equivalente a cerca de la mitad de la tasa de infección entre la población de Barcelona en el mismo período.

El médico Joseph Maria Llibre, especialista en medicina interna en el Hospital Germans Trias i Pujol, dijo que el concierto no fue “un evento de súper propagación”, y que no había señales de que las seis infecciones hubieran ocurrido en el evento. “Estos son datos muy tranquilizadores y creemos que pueden ser útiles para abrir actividades culturales en todo el mundo”, agregó.

A diferencia de Nueva Zelanda, los jóvenes catalanes sí usaron mascarilla.

La experiencia volvió a repetirse el fin de semana pasado en la ciudad de Liverpool. Allí 5.000 personas pudieron cantar y bailar sin mascarilla ni distancia durante un festival de música el domingo 2.

El concierto tuvo lugar en el Sefton Park, en el marco de un proyecto del gobierno para probar las medidas de seguridad que prevé implementar a partir del 21 de junio, cuando se levanten lo esencial de las restricciones contra el coronavirus.

El gobierno británico había autorizado previamente a un número limitado de aficionados asistir a eventos deportivos, como un partido de fútbol en Wembley en Londres.

Todos los participantes en este festival, que se celebró durante dos días, debían someterse a un test antigénico antes de ingresar en el recinto, y hacerse otro test después.

También debieron dejar sus coordenadas para aplicar un dispositivo de rastreo en caso de test positivo.

También se realizó otro en Barcelona con 5.000 personas. Foto: AFP
También se realizó otro en Barcelona con 5.000 personas. Foto: AFP

En el Reino Unido hay previstas otras pruebas, como la ceremonia de los Brit Awards, los premios de la música pop británica, que se celebrará el 11 de mayo ante un público de 4.000 personas, y la final de la Copa de Fútbol inglesa, el 15 de mayo en el estadio de Wembley, que también contará con la presencia de espectadores.

Según las últimas cifras del gobierno más de 34 millones de personas han recibido al menos una primera dosis de vacunaen Reino Unido, que ha registrado más de 127.000 muertos desde el inicio de la pandemia.

Francia también realizará un concierto-test para analizar los efectos sanitarios. Será el próximo 29 de mayo en Marsella y a diferencia de otros no se efectuarán test de coronavirus en la entrada, anunció el Instituto Nacional francés de Salud (Inserm).

Los médicos de ese organismo llevan tiempo haciéndose una pregunta: “¿Permiten las medidas de seguridad habituales contra el COVID-19 llevar a cabo un concierto y que el riesgo asumido por los asistentes sea el mismo que en el día a día?”.

Para resolverla, su propósito es celebrar en la sala Le Dôme ese concierto y aplicar las restricciones que rigen actualmente en Francia para estar en los espacios cerrados: distancia social entre los asistentes, que estarían sentados, y obligación de llevar la mascarilla puesta.

Según el diario local Sud Ouest, el concierto tendrá dos sesiones y en cada una habrá un aforo aproximado de 2.250 personas. La sala Le Dôme tiene una capacidad total de 8.000 espectadores.

Su celebración coincidirá con la segunda fase del plan de desconfinamiento del presidente Emmanuel Macron, según el cual a partir del 19 de mayo reabrirán museos o cines y las salas de espectáculo podrán acoger a 800 personas en su interior, sentadas, o 1.000 en el exterior.

La iniciativa también pretende analizar la “capacidad de contagio de otros virus” para poder “anticipar nuevos riesgos epidémicos”. El concierto ha recibido la etiqueta de “prioridad nacional” por el Comité Interministerial de ensayos terapéuticos y se prevé que sus espectadores sean estudiantes de la Universidad de Aix-Marseille. (Con información de AFP)

Israel detecta la cepa brasileña y alerta por una variante chilena

El Ministerio de Sanidad israelí informó ayer que identificó los primeros dos casos de la variante brasileña del coronavirus en el país y alertó sobre un primer caso de un paciente infectado con lo que describió como una “variante chilena”. Los pacientes portadores de la cepa brasileña del COVID-19 son un niño y un adulto vacunado, ambos llegados recientemente desde el exterior.

El portador de la cepa identificada por Sanidad como originaria de Chile también está vacunado y regresó al país tras un viaje al extranjero. “Aún no hay información clara sobre estas variantes y sus consecuencias para pacientes vacunados o recuperados”, señaló el Ministerio en un comunicado, en el que instó a la población a “evitar viajes innecesarios al exterior”.

Este anuncio coincide con la entrada en vigor ayer de nuevas restricciones al tráfico aéreo, que impiden desde ahora que los israelíes viajen a India, México, Sudáfrica, Brasil, Ucrania, Etiopía y Turquía. Quienes regresen al país tras haber estado en estos países por más de 12 horas deberán permanecer aislados por dos semanas, sin importar si están o no vacunados.

La detección de estas nuevas cepas se produce a menos de tres semanas para el reingreso de turistas, vetado desde el inicio de la pandemia, previsto para el próximo 23 de mayo y comenzando con grupos limitados de personas vacunadas. La decisión de reabrir las fronteras al turismo llegó tras la estabilización de la situación de la pandemia en el país, que ya inoculó a casi el 60% de su población.

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