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Hace 30 años, comenzó el derrumbe comunista

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Muro de Berlín. Foto: Archivo

CAMBIO HISTÓRICO

Abrieron frontera de Hungría y después cayó el Muro de Berlín.

"Nadie pensó que iba a ser tan rápido”. El ex primer ministro reformista de Hungría, Miklos Németh revela la trastienda del desmantelamiento de la Cortina de Hierro -la frontera ideológica y física en Europa entre Occidente y el mundo comunista liderado por la Unión Soviética- que se desarrolló entre mayo y agosto de 1989, y precipitó el 9 de noviembre de ese año la caída del Muro de Berlín y el final del bloque liderado por la Unión Soviética.

Esta decisión se tomó en estrecha colaboración con el líder soviético Mijaíl Gorbachov y el canciller de Alemania Occidental, Helmut Kohl, cuyos ojos se llenaron de lágrimas cuando le comentó su idea de dejar salir a los alemanes del Este, subraya Németh, de 71 años, en una entrevista exclusiva en su casa, cerca del lago Balaton, donde hoy en día cultiva frutos.

“A partir de fines de enero, principios de febrero, informé al canciller austríaco Franz Vranitzky de que la alambrada de fabricación soviética, que era vieja y obsoleta, sería destruida”, relató Németh. “En marzo, fui a ver a Gorbachov con varios asuntos importantes, entre ellos la presencia de unos 100.000 soldados soviéticos en Hungría y de misiles apuntando contra Francia e Italia. Me refería además a la decisión del Comité Central de organizar elecciones pluralistas. Y entre otras cosas, le dije que íbamos a derribar la alambrada y que no habría más vallado en la frontera austro-húngara”.

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Al ser preguntado cómo reaccionó Gorbachov, Németh recordó: “Me dijo ‘eso no me plantea problemas en tanto y en cuanto la frontera esté custodiada. Esa responsabilidad es de ustedes’. Esa fue la frase clave. Le pregunté también: ‘¿Cómo reaccionarías, Mijaíl, si las elecciones llevan al poder a un gobierno que no les será para nada favorable? Porque después de 40 años de partido único vamos a ser eyectados. ¿Qué vas a hacer con los soldados y los misiles nucleares?’ Mijaíl dio un golpe sobre su sillón y dijo: ‘Mientras me veas en este sillón, 1956 (la represión del Ejército Rojo al levantamiento de Budapest) no volverá a ocurrir’. Claramente era el final de la doctrina Brezhnev”.

“Me pidió simplemente que no dijera una palabra”, relató. “Cortamos ahí. Sin embargo, le dije que necesitaba un gesto de su parte, una retirada importante de tropas. Lo hizo el 25 de abril, llamando a 10.000 soldados. Este hombre me pidió que confíe en él y la confianza llama a la confianza”.

Afirmó que “a principios de abril los guardias fronterizos comenzaron a desmantelar la Cortina de Hierro del lado de Rajka”. Puntualizó que elegieron ese lugar porque era visible a austríacos y checoslovacos “y allí era donde había más tropas soviéticas y agentes del KGB”.

Masivo.

Cuando el 2 de mayo hicieron pública la decisión, dos tercios de la alambrada ya había sido destruida.

Sostuvo que los dirigentes de Alemania Oriental, liderados por Erich Honecker, reclamaron a Gorbachov que interviniera, pero éste no lo hizo.

En una reunión del Pacto de Varsovia, varios países plantearon “cómo ‘ayudarnos’ porque el proletariado internacional y el marxismo-leninismo estaban en ruinas en nuestros países”, evocó Németh. “Estaba sentado frente a Gorbachov y jamás olvidaré cómo me guiñó el ojo, algo que además captaron las cámaras. En su discurso no hizo mención alguna a las protestas, como si no hubiesen existido”.

Németh dijo que al desmantelar la alambrada, los alemanes del Este comenzaron a salir en masa. “A principios de agosto eran 10.000, 20.000. Luego de 40.000 a 45.000. Luego más todavía. Acampaban por todos lados. Todo el mundo había decidido no volver a Alemania Oriental. Y sabían que no los expulsaríamos”, manifestó.

Debido a que la economía de Hungría estaba débil, resultaba imposible satisfacer las necesidades de 70.000 alemanes del Este. “Llamé a Kohl a principios de agosto. Nos reunimos el 25 de agosto en el castillo de Gymnich, cerca de Bonn. La decisión estaba tomada de nuestro lado. Le dije que si él estaba dispuesto a recibir a tanta gente, abriríamos las fronteras”, comentó. La reacción de Kohl fue que “prácticamente comenzó a llorar, luego se recompuso. Me preguntó si Gorbachov aprobaba esta decisión. Le mencione ejemplos que indicaban que no tenía que pedir permiso a Gorbachov. Era el final del mundo tal como lo conocíamos con la doctrina Brezhnev”.

Consideró que “nos acercábamos a un momento histórico y el mundo estaba a punto de dar un vuelco dramático. A pesar de que habíamos acordado guardar el secreto, Kohl llamó a Gorbachov y éste le dijo que los húngaros eran gente de bien y podía confiar en Németh”.

El “picnic paneuropeo” del 19 de agosto de 1989 en la ciudad de Sopron, fronteriza con Austria, marcó la primera brecha en el bloque que separó a Europa en dos tras la Segunda Guerra Mundial, y dio lugar a la huida masiva de 600 alemanes del Este a través de Hungría,

Németh aclaró: “Es la fecha de celebración privilegiada por la derecha, que pretende que este acontecimiento forzó al gobierno a abrir la frontera. Pero la decisión se había tomado a principios de agosto. Había que dar tiempo a los alemanes y a los austríacos para organizarse para administrar semejante cantidad de personas. La verdadera fecha de apertura de la frontera, el 10-11 de septiembre, nunca ha sido celebrada en Hungría”.

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