Conmoción y llanto entre la comunidad latina de Orlando.
De la mano de un veinteañero armado con un fusil de asalto y una pistola, Orlando dejó ayer de ser un paraíso de la diversión infantil para convertirse en el escenario de la peor matanza de la historia de EE.UU. —donde un hombre mató a 50 personas—, con el agravante de que el blanco fue la comunidad LGTB.
En las inmediaciones del lugar de los hechos, en el centro de Orlando, se congregaron vecinos con carteles pidiendo por las víctimas, mientras frente al hospital Orlando Health otros grupos de personas mostraban carteles a favor de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales).
Periodistas llegados por ahora de otros sitios de Florida y del sur de EE.UU. están por todos lados y se organizan ruedas de prensa en plena calle entre las cintas amarillas de la Policía que impiden el acceso a los escenarios de una matanza que ha conmocionado a todos.
El puertorriqueño Emanuel Burgos, de 29 años y estudiante de finanzas, tenía varios amigos que trabajaban en Pulse y desconoce que les ha pasado, pues no ha logrado comunicarse.
"Este es un lugar normalmente seguro, todo el mundo es aceptado, y anoche (por el sábado) era la noche latina, por lo que muchos jóvenes hispanos de la comunidad LGBT estaban ahí. Como puertorriqueño y latino me siento muy afectado por la situación, porque en ese bar trabajan muchos amigos míos, y de hecho mi novia y yo lo visitamos con frecuencia", dijo Burgos.
Una bailarina del local, también de Puerto Rico, de 23 años y que pidió ser identificada solo como Michelle, declaró: "Estoy impactada, aún tiemblo".
Orlando es considerada la capital mundial del parque temático y es muy considerado por millones de personas para disfrutar las vacaciones. De hecho, en 2015 la ciudad batió su propio récord con la llegada de 66,1 millones de turistas.
MOVILIZACIÓN CON PANCARTAS EN HONOR A LAS VÍCTIMAS