Expertos temen el caos
El puente era la vía de conexión principal con el norte y Francia.
Encajonada entre el mar y la montaña, la ciudad de Génova es un entrelazado de túneles y viaductos que vive asfixiada por el tráfico. El martes se vio amputada de su puente más importante y tanto habitantes como expertos temen el caos. La urbe está cortada en dos.
El derrumbe de este monstruo de cemento plantea un verdadero desafío para esta ciudad de 600.000 habitantes: ubicada entre uno de los principales ejes norte-sur de Italia, el viaducto permitía el paso de más de 25 millones de vehículos cada año. La economía de Génova, que con Milán y Turín conforma el "triángulo industrial" italiano, gira en gran parte en torno a su puerto, el más importante del país. Pero la ciudad podría convertirse en impracticable y caótica en cuanto terminen las vacaciones.
En esta zona, de escarpado relieve, encajonada entre montaña y mar, el espacio es escaso.
"El puente Morandi era el único punto de paso entre el este y el oeste de la ciudad capaz de absorber volúmenes elevados de tráfico" explica a la AFP Giovanni Vecchio, investigador de la Escuela politécnica de Milán y experto en movilidad urbana. "Y era también un paso obligado para ir hacia el norte de la región, o a Francia, y en algunos casos para unir diferentes partes del puerto" añade.
Dos grandes ejes permitían atravesar la ciudad: el que pasaba por el puente Morandi, y el que llega al puerto de Génova, donde transitan los turistas para embarcar en cruceros y parte de los 5.000 camiones que a diario a cargan o descargan en la terminal de mercancías.
Hay opiniones en favor de hacer desvíos hacia otras autopistas, lo que alargará las distancias y tendrá un costo financiero. Otros plantean que los camiones tengan acceso a una vía privada que lleve al puerto, y está reservada al grupo italiano del acero Ilva. FUENTE: AFP