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La CIA promete no torturar más

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Haspel: de ser confirmada, será la primer mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia. Foto: Reuters

CANDIDATA DE TRUMP ANTE EL SENADO

La candidata de Trump, Gina Haspel, es cuestionada por los demócratas y un republicano.

Haspel: de ser confirmada, será la primer mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia. Foto: Reuters
VEA EL VIDEO. Foto: Reuters

La nominada por el presidente Donald Trump para dirigir la CIA, Gina Haspel, prometió ayer miércoles que nunca reanudará los interrogatorios bajo métodos de torturas. Senadores demócratas habían anunciado que preguntarían a Haspel, actualmente directora interina de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), sobre métodos de interrogación usados durante el gobierno George W. Bush, además de la destrucción de cintas de video que mostraban dichas sesiones.

"Habiendo servido en esa época tumultuosa, puedo ofrecerles mi compromiso personal, claro y sin reservas, de que bajo mi liderazgo la CIA no reanudará ese tipo de programa de detención e interrogatorio", adelantó Haspel en extractos de su testimonio difundidos antes de la audiencia en el Comité de Inteligencia del Senado.

Haspel necesita 51 votos para ser confirmada como la primera mujer directora de la CIA en un Senado de 100 escaños, donde los republicanos tienen una mayoría de 51-49. Sucedería a Mike Pompeo, nuevo secretario de Estado.

Pero Haspel podría enfrentar un momento difícil. Al menos un republicano, el senador Rand Paul, ha dicho que se opone a su confirmación y otros han indicado que esperarán para ver cómo le iba en la audiencia de ayer miércoles.

Ningún demócrata ha expresado por ahora su apoyo a la candidata de Trump.

Haspel era vista dentro de la CIA como una defensora de las técnicas de interrogación duras y hay pocos registros de ella expresando objeciones o reservas sobre las mismas.

Una investigación del Comité de Inteligencia del Senado de 2014 concluyó que estos métodos "no eran una forma efectiva de obtener información precisa o de conseguir la cooperación de los detenidos".

Ayer, ante el Comité de Inteligencia del Senado, Haspel se comprometió a no reanudar "bajo ninguna circunstancia" el programa de torturas que la CIA puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Los demócratas trataron de arrancarle el compromiso de plantar cara a Trump si le pide reanudar el programa de torturas, tal y como prometió el gobernante durante la campaña para las elecciones de 2016.

"No creo que el presidente me pidiera eso", dijo Haspel para frustración de los demócratas.

Sin embargo, aseguró que "su código moral" es fuerte y que si Trump le pone en esa disyuntiva, no reanudaría el programa de interrogatorios, en el que se incluían técnicas de ahogamiento simulado, humillaciones, privación de sueño y golpes.

"No permitiría a la CIA llevar a cabo ninguna actividad inmoral, incluso si fuera técnicamente legal, no lo permitiría. La CIA debe emprender actividades coherentes con los valores estadounidenses", aseguró.

Las técnicas de tortura de la CIA fueron prohibidas en 2009 por el entonces presidente Barack Obama y el Congreso legisló en contra de esos métodos en 2015.

"No reanudaré bajo ninguna circunstancia el programa de interrogatorios de la CIA, bajo ninguna circunstancia", insistió Haspel ayer ante el Comité de Inteligencia

Para defenderse de las críticas de los senadores, les recordó sin ningún pudor cómo tuvo que "dormir en el suelo" en algunas bases militares, las dificultades a las que se enfrentó como mujer y algunas de sus misiones más peligrosas, por ejemplo como agente encubierto en Etiopía y Turquía durante la Guerra Fría.

"Después del 11 de septiembre no me senté detrás de un escritorio, di un paso al frente. No me quedé al margen. Estuve en el frente de batalla en la Guerra Fría, estuve en el frente de batalla en la lucha contra Al Qaeda", aseveró Haspel, en un momento de especial tensión.

"Para mí, la tragedia —continuó— es que la polémica que rodea al programa de interrogatorios haya acabado por sembrar una duda en lo que ha sido una gran contribución para proteger el país".

Haspel aseguró que la CIA ha aprendido algunas "lecciones difíciles", pero también pidió a los senadores que recuerden el contexto que siguió a los atentados del 11 de septiembre, cuando Estados Unidos temía volver a sufrir otro ataque en su territorio.

Trump ha salido en defensa de su candidata: "Mi muy respetada nominada para ser la directora de la CIA, Gina Haspel, ha sido criticada porque fue demasiado dura con los terroristas", dijo en Twitter.

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De clase media y sin cuentas en las redes

Gina Haspel ha trabajado durante 33 años como agente encubierta. Ingresó a la CIA en 1985 y lidera la agencia de manera interina desde el nombramiento hace un mes como secretario de Estado de Mike Pompeo, que dirigió la agencia durante quince meses, mientras ella ocupaba el puesto de "número dos". De 61 años y nacida en Kentucky, Haspel se describió como una "estadounidense de clase media" que no tiene "una cuenta en las redes sociales". Solo en las últimas semanas la CIA ha divulgado el destino de algunas de sus misiones, para cosechar el apoyo de los senadores.

La carga de la prisión secreta en Tailandia

En 2002 Gina Haspel supervisó una cárcel secreta de la CIA en Tailandia. Allí fueron interrogados dos acusados de pertenecer a Al Qaeda: Abu Zubaida y Abd al Rahim al Nashiri. El primero fue interrogado antes de que Haspel se hiciera cargo de la cárcel. A ambos se les aplicó la técnica de ahogamiento. La CIA cerró la prisión en 2002. En 2005 se destruyeron las 92 cintas de vídeo de esas torturas. Haspel aseguró que ella defendió "absolutamente" la destrucción de las cintas porque aparecían los rostros de los autores de los interrogatorios y eso les convertía en objetivos de Al Qaeda.

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