ANIVERSARIO

Hoy, jueves 1 de julio, el Partido Comunista de China (PCCh) festeja sus 100 años. El centenario encuentra a China abierta al capitalismo y convertida en la segunda potencia económica mundial, detrás de Estados Unidos, y con un creciente número de multimillonarios.

Pekín se ha engalanado para la ocasión y para el acto central de los festejos, hoy en la icónica plaza de Tiananmén donde el presidente chino y secretario general del PCCh, Xi Jinping, pronunciará un discurso. Todo en medio de estrictas medidas de seguridad y secretismo; la plaza de Tiananmén lleva varios días cerrada a cal y canto.

No se ha hecho público ningún programa oficial, pero se esperan espectáculos de luces, actuaciones en directo y fuegos artificiales para dar pompa al aniversario, que también se celebrará en Shanghái, ciudad que el 23 de julio de 1921 albergó el primer congreso del PCCh con la participación de 13 delegados, entre ellos Mao Zedong, fundador de la República Popular China desde 1949 hasta su muerte en 1976.

Mao -que solo recordaba que el congreso fundacional se había producido en julio- decidió que se celebrase el 1 de julio.

En Hong Kong las autoridades han prohibido la tradicional protesta antigubernamental del 1 de julio en coincidencia con el aniversario de su regreso, en 1997, a China.

De la proyección de películas sobre la fundación del PCCh hace cien años a concursos en televisión o el estreno de óperas “revolucionarias”, el régimen ha tratado de sacar provecho del centenario para fortalecer una narrativa favorable a sus intereses.

Una de sus patas es la causa del “rejuvenecimiento de China” con el que los líderes del país asiático justifican su ejercicio del poder y que protagonizan muestras como “El gran viaje” exhibida estos días en el Museo de la Capital bajo la premisa de que, gracias al PCCh, “China camina hacia un futuro brillante”. Bajo el mismo título se escenificó el lunes un gran espectáculo que repasó los principales “logros” de la historia del PCCh, como la victoria en la Guerra Civil contra los nacionalistas del Kuomintang (1927-49) y contra la invasión japonesa (1937-45) o el proceso de reforma y apertura económica de finales de la década de 1970.

Ese espectáculo se realizó en el estadio nacional de Pekín, bautizado el Nido del Pájaro. El espectáculo dedicó un lugar especial a la “derrota” del covid en China. Los artistas vistieron equipos de protección individual y había soldados con mascarillas.

Xi presentó la lucha contra la pandemia como una victoria del PCCh.

El aparato estatal chino neutraliza cualquier opinión disidente y controla estrictamente la información, sobre todo internet.

El PCCh tiene más de 95 millones de miembros y domina la vida política, económica y social de China. “La ideología se ha convertido en tiempos de Xi en una variable trascendente para preservar la soberanía del proyecto que representa el PCCh. Ha quedado patente que para éste prima la consolidación interna de sus progresos, siempre bajo su modelo económico y sociopolítico”, dijo a EFE el experto español Xulio Ríos.

En ese sentido, también han cobrado protagonismo este año los simposios organizados por las escuelas del Partido para que sus miembros revaliden su fe en el marxismo “con características chinas” y el llamado “turismo rojo” para jubilados, curiosos y comunistas convencidos.

No obstante, las celebraciones obvian los períodos más controvertidos en la historia del PCCh, como la campaña del Gran Salto Adelante (1958-61, que causó la muerte por inanición de millones de campesinos) o el caos y la violencia que fueron la tónica durante la Revolución Cultural (1966-76), o la masacre en la plaza de Tiananmén en 1989 y la represión a la oposición en Hong Kong.