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Chile apronta otro giro a la derecha con Piñera favorito

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Sebastián Piñera por Arotxa

RENUEVA SU GOBIERNO CON EL VOTO

El expresidente lidera las encuestas, pero todo indica que habrá balotaje.

Después de cuatro años de gobierno de la socialista Michelle Bachelet, los chilenos se preparan para dar un giro a la derecha en los comicios de hoy domingo, en los que parte como favorito el empresario Sebastián Piñera.

En los séptimos comicios presidenciales tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), todos los sondeos y proyecciones sitúan a Piñera en un cómodo primer lugar, a bastante distancia del oficialista Alejandro Guillier. Sin embargo, la ventaja de Piñera no le permitiría vencer en primera vuelta y tendría que esperar hasta el balotaje del 17 de diciembre para dirimir su futuro.

"Es poco probable" que Piñera gane la elección en primera vuelta, dice Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, quien vaticina que obtendría hoy el 44% de los votos —por debajo del 50% necesario para evitar el balotaje, Guillier en torno al 25% y la representante del Frente Amplio (izquierda radical), Beatriz Sánchez, el 11%.

En total, ocho candidatos, de ellos seis de centro izquierda, aspiran a suceder a Bachelet a partir del 11 de marzo.

Una alta abstención favorecería a Piñera, con un electorado motivado y cautivo, aseguran los analistas. En los últimos días, Bachelet ha instado a que los 14,3 millones de chilenos con derecho a voto acudan en masa a las urnas. Con voto voluntario desde 2012 y una abstención en ascenso, los analistas apuestan a una participación del 40%.

Al igual que en Argentina, en Perú o en Brasil, Chile parece estar preparado para un giro a la derecha, por segunda vez desde la vuelta a la democracia en 1990. Tras un crecimiento que se situará en torno al 1,8% en los cuatro años de Bachelet, el mercado da por descontado el retorno de Piñera al Palacio de La Moneda.

"Los chilenos no quieren derribar el modelo (económico y social), sino corregir su estructura", explica Morales sobre las motivaciones para reelegir a Piñera, cuyo programa apunta a modificar algunas de las reformas sociales implementadas por Bachelet junto a la promesa de convertir a Chile en un país desarrollado en los próximos ocho años.

Sin embargo, no todos piensan que en caso de victoria, Piñera vaya a cumplir su promesa de revisar la batería de reformas impulsadas por Bachelet, en particular la tributaria, la laboral y la ley del aborto terapéutico, que junto con la gratuidad de la educación superior, son algunas de las más emblemáticas del último mandato de la socialista.

"No va a tener mayoría en el Congreso", asegura la analista Marta Lagos, fundadora de Latinobarómetro y MORI Chile.

Además de los comicios presidenciales, los chilenos también renovarán hoy domingo gran parte del Congreso con la inauguración de una nueva ley electoral que puso fin al sistema binominal heredado del régimen Pinochet, reemplazado por uno proporcional que apunta a mejorar la representación.

Los cálculos electorales indican que la derecha aumentaría su representación en el Congreso en desmedro de la centroizquierda, pero un gobierno de Piñera no tendría mayoría en ninguna de las dos cámaras.

La propia Bachelet asegura que su sucesor "no tendrá excusas" para no mantener las reformas de su gobierno. La jefa de Estado destacó el viernes que los logros de su Administración fueron alcanzados en tiempos de "vacas flacas". "Estamos entregando una economía que recupera sus fuerzas", por lo que "el próximo presidente o presidenta no tendrá excusas para no mantener estas bases de un Chile mejor, como beneficio permanente para nuestros compatriotas", aseguró.

Sin embargo, Piñera busca la reelección para revertir las reformas de la era Bachelet. Con un programa de gobierno que prevé un gasto de 14.000 millones de dólares, y que ha sido criticado por los recortes en programas sociales, Piñera promete recuperar el liderazgo y la capacidad de crecimiento, impulsar la creación de puestos de trabajo y reducir la pobreza y las desigualdades.

Y al parecer, los mercados le creen, porque las expectativas de un cambio político han desatado el optimismo de los inversionistas. La clase empresarial, que perdió la confianza en Bachelet a causa de la reforma laboral y la subida de los impuestos corporativos, espera ahora que un hipotético triunfo del candidato de la derecha impulse la actividad económica en 2018. Piñera ha prometido bajar el impuesto a las empresas, restablecer el rol del sector privado en la educación y canalizar más recursos a los fondos privados de pensiones.

Piñera sólo tiene un vecino político incómodo, el ultraconservador José Antonio Kast, quien no representa un peligro real para sus aspiraciones, pero puede arrebatarle un buen puñado de votos entre quienes se identifican con el legado de Pinochet.

El millonario que le tomó el gusto al poder.

Su buen olfato para los negocios lo llevó a convertirse en uno de los hombres más ricos de Chile (fortuna valorada en 2.700 millones de dólares, según Forbes) y su persistencia, a ser el primer mandatario de derecha en casi 50 años. Sebastián Piñera, que cumple 68 años el 1° de diciembre, ha transitado por una fina línea que se confunde entre la gestión de su patrimonio con los deberes de un hombre de Estado y ha debido doblegar un carácter impulsivo para ganarse la confianza del electorado de centro derecha. Cuando en 2010 llegó a la Presidencia, después de dos décadas de carrera política, dilató la venta de acciones de un canal de televisión, de la aerolínea LAN (ahora LATAM tras la fusión con la brasileña TAM) y del club de fútbol Colo Colo. "En la vida uno no siempre hace lo que quiere y por las razones que ustedes conocen, tomamos la decisión de vender Colo Colo", dijo Piñera, para justificar esa operación que le reportó ganancias por 7,4 millones de dólares. Tras una primera derrota contra Michelle Bachelet en 2005, cuatro años después Piñera logró romper dos décadas de hegemonía de gobiernos de centroizquierda para alcanzar la presidencia de Chile. Sus promesas de una nueva forma de gobernar, pronto se desmoronaron. La realidad se impuso: gobernar un país no es lo mismo que administrar empresas.

En medio de la caída de la popularidad de Bachelet, su imagen de hombre próspero volvió a embelesar al electorado chileno, que hoy lo tiene, con casi un 34,5% de las preferencias, como favorito.

Una revancha para Piñera que al final de su gobierno confesó sentir "envidia" de Bachelet, por el carisma innato y la gran cercanía que logra con las masas. AFP

Primer civil condenado por violación de los DD.HH.

La Corte Suprema de Chile condenó el viernes al primer civil por un caso de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet, por la que hasta ahora solo habían sido sentenciados militares y policías. En el fallo, el máximo tribunal de justicia condenó a 20 años de prisión efectiva a Juan Francisco Luzoro Montenegro como autor del asesinato de cuatro miembros de un asentamiento en el sur de Santiago, en una acción perpetrada el 18 de septiembre de 1973. De acuerdo a la decisión judicial, tras el golpe de Estado, varios civiles, dueños de tierras o vehículos menores y de carga, en conjunto con la policía, comenzaron a colaborar activamente en el transporte de presos políticos detenidos, entre ellos Juan Francisco Luzoro Montenegro, presidente del Sindicato de Dueños de Camiones de Paine.

Tras presentarse voluntariamente en la comisaría del lugar, los cuatro asesinados fueron detenidos, golpeados y trasladados al sector de Colipeumo, donde fueron fusilados.

Periodistas populares y creíbles candidatos.

Antiguos compañeros de radio y televisión, los periodistas Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez pelean ir a una segunda vuelta con el favorito Sebastián Piñera.

En medio de un ambiente de desconfianza hacia los políticos tradicionales, figuras reconocidas y cercanas como Guillier y Sánchez vinieron a ocupar un lugar reservado para otras profesiones, como abogados, ingenieros o médicos.

Las tres décadas de carrera periodística de Guillier, que lo llevaron a convertirse en uno de los periodistas más creíbles de Chile, le allanaron el camino a los 64 años como la carta con mayores posibilidades de la coalición gobernante.

El periodista dejó en el camino a figuras históricas de la izquierda chilena, como el expresidente Ricardo Lagos, a quien el Partido Socialista desechó en favor del Guillier.

Aunque tiene apoyo de los partidos tradicionales de la izquierda, Guillier ha defendido su posición de "independiente". Inició su vida política hace cuatro años al ser elegido senador por la región norteña de Antofagasta, donde obtuvo la primera mayoría con el 37% de la votación.

Casado con la antropóloga María Cristina Farga, acuñó el eslogan "el presidente de la gente", en un intento por enfatizar su cercanía con la población, que todavía lo reconoce más por su cara televisiva, donde en 2013 compartió pantalla con su ahora rival Beatriz Sánchez.

Después también de una dilatada carrera en las principales radios del país y últimamente en televisión —hasta donde llegó para derribar el padrón de periodistas con físico de modelo—, Beatriz Sánchez aceptó convertirse en la candidata presidencial del Frente Amplio, una agrupación de izquierda radical disidente de la coalición oficialista formada por los antiguos líderes de las protestas estudiantiles.

Presentándose como "puente entre los movimientos sociales", se encaramó rápidamente a la tercera posición de las encuestas, convirtiéndose en un actor ineludible en los comicios de hoy domingo.

"Si no hacemos un cambio, si no hacemos una reflexión este país se está llenando de rabia y de miedo", advirtió en una reciente entrevista con la AFP. Sánchez, de 46 años, está a favor de un aborto y del matrimonio gay.

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