ANÁLISIS

Qué es el G7, si ese club de naciones con visiones similares deja de tenerlas? Donald Trump está llevando a Estados Unidos hacia el proteccionismo y el interés propio.

En realidad, el predominio económico estadounidense significa que el encuentro, prácticamente un grupo de conversación, depende fuertemente de un "G1". Sin consenso, bien podría ser un "G cero".

La reunión anual del G7, siempre tendió a producir declaraciones blandas del consenso del mundo desarrollado. El año pasado eso resultó en un conjunto de promesas tenues. Estados Unidos pronto comenzó a romperlas, saliendo del acuerdo climático de París.

Las posteriores barreras comerciales de Trump contra aliados como México, Canadá y Europa convirtieron en una burla la promesa de "mantener nuestros mercados abiertos y luchar contra el proteccionismo".

Trump ve el viaje al norte como una distracción de encuentros bilaterales más urgentes, reportó el jueves The Washington Post. En cierto sentido, tiene razón. Si se cuentan los países del G7 por medidas objetivas de poderío global —PIB, población o exportaciones, por ejemplo— Italia no estaría en los siete principales, pero China sí. La idea de que el grupo es un foro para superar las diferencias reales fue socavada por la decisión de expulsar a Rusia en el 2014. Ese tipo de propósito reside con mayor credibilidad en el G20, más amplio, y en discusiones bilaterales entre China y Estados Unidos.

Los otros integrantes del G7 lucen relativamente impotentes. Sus compañías deben seguir la voluntad de Estados Unidos o arriesgarse a quedar bloqueadas de los mercados estadounidenses y el comercio denominado en dólares. El dólar aún equivale a un 60% de las reservas internacionales de los bancos centrales, y Estados Unidos es el mayor mercado nacional individual para las exportaciones de bienes de Canadá, Japón, Gran Bretaña y la UE. Si los otros líderes no pueden cambiar la visión de Trump, podrían estar mejor apartándose del G7.