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El cártel de Jalisco vuelve a sembrar el terror

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El capo del narcotráfico es escoltado por autoridades mexicanas. Foto: EFE
MEX15. CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 22/02/2014.- Militares mexicanos conducen al máximo dirigente del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán (d), quien fue detenido esta madrugada en el puerto turístico de Mazatlán (México), hoy, sábado 22 de febrero de 2014, en el hangar de la Marina Armada de México en Ciudad de México (México). La captura del máximo dirigente del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, se llevó a cabo hoy "sin un solo disparo" en una operación "impecablemente lograda" por la Marina en Mazatlán, detalló hoy el fiscal general, Jesús Murillo. EFE/Sáshenka Gutierrez
Sáshenka Gutierrez/EFE

La caída del “Chapo” Guzmán desata una guerra entre grupos que pelean el territorio y por las rutas de droga.

En Tijuana hace siete años el Día de Muertos era todos los días. La imagen de un hombre colgado de un puente, atado de pies y manos, a veces sin brazos o piernas, otras incluso sin cabeza, era una escena habitual en la localidad fronteriza. La barbarie había sido enterrada en la memoria colectiva —con algunas excepciones— en los últimos años, pero ha resucitado con mucha fuerza la última semana.

La guerra que mantiene el Cártel Jalisco Nueva Generación contra el de Sinaloa y sus aliados, por el control de los territorios del norte de México, sacude las estadísticas y recuerda que el terror sigue ahí. La época más sangrienta ha vuelto.

Mientras en el resto del país se celebraba el día de la muerte y los cementerios se llenaban de color, música y comida, de un puente de Tijuana colgaba el cadáver de un hombre, envuelto con cinta aislante y coronado con una narcomanta. El mensaje rezaba: "Así van a quedar todos los chapulines (narcomenudistas)" del grupo rival. De la advertencia que dejan los sicarios, lo importante suele ser el remitente, que en este caso estaba firmado por uno de los grupos criminales con más poder en México: el Cártel Jalisco Nueva Generación, declarado enemigo acérrimo del Chapo Guzmán y sus sucesores.

La caída de Joaquín Guzmán Loera, y su casi inexorable extradición a Estados Unidos, ha provocado el levantamiento de los grupos rivales que luchan como perros de presa por su parte del pastel. No sólo están en juego las rutas hacia Estados Unidos o el dominio del Triángulo de Oro (Chihuahua, Sinaloa y Durango), sino la disputa por la mera supervivencia territorial del cártel de Sinaloa.

En este contexto ha irrumpido el grupo de Jalisco. La agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) ha señalado que se trata de la organización criminal de mayor crecimiento en México. Hicieron su primera demostración de fuerza en septiembre de 2011 con el asesinato de 35 sicarios de Los Zetas, en Boca del Río (Veracruz). Sus cadáveres los arrojaron a la avenida principal como muestra de su iniciación. El 6 de abril de 2015 mataron a 15 agentes de un convoy blindado y, dos semanas después, derribaron un helicóptero militar y bloquearon por carretera Guadalajara (1,5 millones de habitantes) en respuesta a la detención de 10 de sus integrantes. Dirigidos Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, a este grupo se le atribuye también el secuestro de los dos hijos de El Chapo en agosto pasado.

La localidad fronteriza de Tijuana es uno de los territorios de la discordia. Desde los tiempos de la deserción de Teodoro García Simental (El Teo) y Raydel López Uriarte (El Muletas) del cártel de Juárez al de Sinaloa para derrotar a los herederos de los Arellano Félix en la zona, no se habían registrado unas cifras de homicidios similares. En esa época, de 2008 a 2010, se contaron más de 3.000 muertes, según las cifras oficiales.

La guerra que libran hoy los de Jalisco, aliados con los Arellano, contra las huestes del Chapo, ha dejado en los siete primeros meses de este año más de 600 asesinatos. La cifra a final de 2016, si sigue por este camino, puede superar los momentos más oscuros de la guerra en 2008.

En el mismo puente donde colgaron a un hombre el miércoles de la semana pasada, el pasado 3 de septiembre arrojaron tres cuerpos descuartizados. El narcoterror por el paso de la droga hacia el vecino del norte ha regresado a Tijuana.

A fines del mes pasado, miembros de la Armada de México capturaron en el occidental estado de Sinaloa a un presunto jefe de plaza de un grupo delictivo que opera en la región.

Este individuo, identificado únicamente como Rey David "N", se dedica a "la compra y distribución de droga (metanfetaminas)", detalló la Secretaría de Marina (Semar) en un comunicado de prensa.

Incautan cocaína del Clan del Golfo

Las autoridades colombianas incautaron 790 kilogramos de cocaína en el municipio de Tumaco, departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, pertenecientes al Clan del Golfo, según informaron fuentes castrenses."Parte de la droga incautada había sido escondida en un manglar y la otra había sido enterrada en una zona de playa, al parecer, por integrantes del Clan del Golfo", indicó la Armada de ese país en un comunicado divulgado la semana pasada.

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El capo del narcotráfico es escoltado por autoridades mexicanas. Foto: EFE

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