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Candidato socialista gana, pero separatistas refuerzan mayoría

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Elecciones en Cataluña. Foto: AFP.
LLUIS GENE

ELECCIONES EN CATALUÑA

Con un 23% de votos, Illa quedó en cabeza pero con solo 33 de 135 escaños se antoja difícil que llegue al poder, toda vez que los independentistas se comprometieron a no pactar el gobierno con él.

Los separatistas catalanes reforzaron ayer domingo su mayoría en el Parlamento regional tras unos comicios marcados por la pandemia, en los que los socialistas del presidente del gobierno español Pedro Sánchez consiguieron una victoria insuficiente para tomar el poder.

La jornada quedó eclipsada por la pandemia, que dejó una abstención histórica y la imagen del personal desplegado en los centros de votación protegido de pies a cabeza para permitir el sufragio presencial de electores enfermos de COVID-19 o en cuarentena.

A pesar de las divisiones internas surgidas tras el fracaso de la tentativa de secesión de octubre 2017, los separatistas en el poder ampliaron su mayoría parlamentaria e incluso superaron por primera vez en unos comicios regionales el 50% de los votos.

Esto diluyó la pírrica victoria de los socialistas del presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, que se encomendó a la popularidad de su exministro de Sanidad y timonel de la lucha contra el virus en España, Salvador Illa, para conquistar esta rica región de 7,8 millones de habitantes.

Con un 23% de votos, Illa quedó en cabeza pero con solo 33 de 135 escaños se antoja difícil que llegue al poder, toda vez que los independentistas se comprometieron a no pactar el gobierno con él.

“El cambio ha llegado a Cataluña para quedarse”, celebró el socialista, que se comprometió a someterse a la investidura pese a sus escasas opciones.

Pisándole los talones quedaron las dos formaciones del gobierno regional, Izquierda Republicana (ERC) con los mismos escaños pero un 21,3% de votos y Juntos por Cataluña (JxC) con 32.

Con los nueve de la izquierda radical CUP, los independentistas pasarían de 70 a 74 escaños y podrían formar gobierno si salvan las fuertes discrepancias surgidas desde el fracaso de 2017.

Favorito

ERC superó a sus socios de coalición JxC, lo que sitúa a su candidato Pere Aragonés, un separatista moderado, como favorito para presidir la región. “Hemos frenado la operación de Estado para expulsar el independentismo de las instituciones”, celebró Aragonés, actualmente vicepresidente regional.

Los comicios llevaron por primera vez al Parlamento catalán a la ultraderecha de Vox, que con un encendido discurso contra el separatismo catalán se erigió como cuarta fuerza con 11 escaños.

La pandemia del COVID-19 condicionó unos comicios celebrados entre un fuerte despliegue de medidas sanitarias (mascarillas, distancia, gel, controles de aforo...) y donde pudieron votar presencialmente personas enfermas de COVID o en cuarentena.

Para ellos, se reservó la última hora de votación en una situación excepcional que obligó al personal del centro de votación a cubrirse completamente con monos blancos, guantes y pantalla facial. El temor al contagio arrastró la participación a un mínimo del 53,5% de los 5,6 millones de electores, que contrasta con el récord del 79% alcanzado en los comicios precedentes de 2017.

“Dudé hasta el último momento si venía a votar o no (...) Estas elecciones deberían haberse pospuesto”, reconoció Cristina Caballero, una educadora infantil de 34 años en Barcelona.

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Dos escenarios se abren tras los comicios

Dos escenarios son posibles en Cataluña después de las elecciones: Un Ejecutivo regional de signo independentista o una coalición de izquierda y ambas opciones tienen al partido Esquerra republicana de Catalunya (ERC, 33 diputados) como denominador común, por lo que será él el que deba elegir aliados.

ERC, cuyo líder, Oriol Junqueras, es uno de los políticos presos que cumplen condena por secesión, puede negociar con JxCat, la formación impulsada por el expresidente catalán fugado a Bélgica, Carles Puigdemont (32 escaños) y la independentista radical CUP (9). Pero las relaciones entre ellas, a pesar de compartir objetivo, no pasan por su mejor momento y no parece ser sencillo lograr un acuerdo.

La otra opción pasa por abrirse a dialogar con el Partido Socialista de Cataluña, encabezado por el exministro español de Sanidad, Salvador Illa, la gran apuesta del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, con el que comparte número de escaños (33), y En Comú Podem (8), la representación en Cataluña de Podemos, socio de coalición junto a los socialistas en el Ejecutivo central. Se trataría en ese caso de repetir la experiencia que las tres formaciones llevan a cabo a nivel nacional, donde ERC da su apoyo al Gobierno de coalición de PSOE y Podemos en el Parlamento español. Illa consideró que el elevado número de votos recibidos demuestra que hay un grueso importante de catalanes que quieren “escribir una nueva página” en la historia de Cataluña, basada en el diálogo y el “reencuentro”.

Desde 2010, referéndum ilegal y otra votación

Las elecciones realizadas ayer domingo en Cataluña -las quintas en esta región desde 2010-, llegan más de tres años después de la celebración de un referéndum ilegal de autodeterminación, en octubre de 2017, marcado por la violencia policial y la fallida proclamación de una república.

El presidente regional de entonces, Carles Puigdemont, se encuentra exiliado en Bélgica y otros nueve dirigentes cumplen penas de entre 9 y 13 años de prisión por sedición, de acuerdo con el fallo judicial.

Desde entonces, el independentismo se dividió entre la estrategia rupturista de Puigdemont y la moderación de ERC, que incluso se ha convertido en sostén del gobierno minoritario del presidente Pedro Sánchez en el Congreso de España.

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