El juez Neil Gorsuch, candidato del presidente Donald Trump para integrar la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, se negó a dar su opinión sobre temas como anticoncepción y aborto durante las audiencias con vistas a ser confirmado por el Senado.
En el segundo día de audiencia ante la comisión de Asuntos Judiciales del Senado, ayer martes el magistrado mostró claramente su estrategia para esta maratón de preguntas: mantener en reserva sus convicciones en nombre de la independencia que deberá encarnar en el seno de la más alta jurisdicción estadounidense.
"Si empiezo a exponer indicios sobre cómo juzgaré, eso sería el comienzo del fin", declaró. Y explicó que en caso de responder se vería obligado a ejercitar la recusación en futuros casos.
"Nadie está por encima de la ley", dijo Gorsuch cuando se le preguntó cómo actuaría si le tocara juzgar al presidente Trump.
Partidario de la pena de muerte, Neil Gorsuch, de 49 años, defiende casi todas las causas conservadoras en materia de familia y religión. Sostiene, por ejemplo, que la Constitución debe ser interpretada de acuerdo con su sentido original de la época en la que se aprobó. Sus ideas preocupan a los demócratas.
El juez tampoco respondió acerca de la posesión de armas o la elección presidencial de 2000, cuando la Corte Suprema tomó una decisión a favor de George Bush ante Al Gore. "No puedo estar implicado en asuntos políticos", expresó.
"No existen jueces demócratas o republicanos. En este país simplemente tenemos jueces", sostuvo.
De todas los funcionarios designados por Trump, la confirmación de Gorsuch será la más disputada de todas. Para ser confirmado por el Senado, un miembro de la Suprema Corte necesita una mayoría especial de 60 legisladores. Los republicanos tienen 52 bancas en el Senado y por eso necesitan convencer por lo menos a ocho demócratas.
AUDIENCIAS EN SENADO