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Buscan entre cenizas a casi 1.300 desaparecidos

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Recorrida. Donald Trump visitó Paradise, la ciudad más afectada por el incendio, y la zona de Malibú donde golpeó el “Woolsey Fire”. Foto: Reuters.

LOS INCENDIOS EN CALIFORNIA

Trump insiste en criticar la gestión de los bosques forestales.

La imagen es escalofriante. Decenas de bomberos y voluntarios buscando entre escombros quemados cualquier señal de las 1.276 personas que figuran como desaparecidas por el incendio forestales que dejó la mayor cantidad de muertos en la historia reciente de California.

Después de que el incendio bautizado “Camp Fire” atravesó la ciudad de Paradise, de unos 26.000 habitantes, se encontraron los restos de 76 personas hasta ahora. De ellos, 63 fueron identificados tentativamente, pendiente de recibir confirmación por análisis de ADN.

Ayer domingo el incendio, que comenzó el 8 de noviembre, había sido contenido en un 60%. Esto representó una mejora desde el 55% del sábado.

El sábado, dos antropólogos forenses de la Universidad de Nevada, Reno, estuvieron colaborando con los bomberos entre los escombros en un parque de casas rodantes en Paradise. Los bomberos doblaban un techo metálico colapsado mientras los antropólogos tomaban fragmentos de huesos visiblemente chamuscados, guardándolos en bolsas de papel.

Roger Fielding, subjefe forense de la Oficina del Alguacil del Condado Martin, dijo que cada sitio estaba siendo tratado como una escena de crimen. Cada paso de la recuperación estaba siendo documentado con fotografías. “Nuestro trabajo es levantar cualquier cosa que pueda reflejar quién podría ser esta persona”, dijo.

Aparte del saldo de muertos, las pérdidas de propiedades por el fuego lo convierten también en el incendio más destructivo en la historia de California, generando el desafío adicional de suministrar alojamiento de largo plazo a miles de residentes desplazados.

“Triste de ver”.

El sábado, el presidente Donald Trump visitó Paradise y el lugar del incendio “Woolsey”, al sur de California.

Trump atribuyó la serie reciente de incendios al mal manejo de los bosques y dijo que discutió el tema con el gobernador de California Jerry Brown y el gobernador electo Gavin Newsom.

Espesas humaredas, casas en ruinas, autos calcinados: un espectáculo de desolación encontró Trump a su llegada a Paradise, la ciudad más afectada por las llamas

Con un rostro grave, el presidente, que no llevaba máscara a pesar del humo que cubre aún la región, constató en el lugar el alcance del desastre, acompañado de la alcaldesa de Paradise, Jody Jones. “Es triste de ver”, dijo Trump tras haber pasado unos 20 minutos en un campamento de casas rodantes donde sólo una bandera nacional aportaba algo de color a un paisaje de cenizas.

En el sur del estado, cerca de Los Ángeles, el incendio “Woolsey Fire” ha quemado en tanto unas 40.000 hectáreas, incluidas partes del balneario de Malibú, hogar de muchas estrellas, y ha dejado al menos otros tres muertos.

Desde los primeros días de este incendio, Trump denunció la mala gestión forestal por parte de las autoridades de California. Amenazó también con recortar los fondos federales, en tanto el Congreso dedicó un presupuesto de 2.000 millones de dólares a la lucha contra los incendios forestales en el año fiscal 2018.

El sábado, justo antes de su partida, volvió a insistir sobre este punto. “Lo digo hace mucho tiempo”, señaló.

El cambio climático “pudo haber contribuido un poco” al avance brutal del incendio, pero “el principal problema es la gestión” ambiental, añadió, destacando que sus comentarios “no son positivos ni negativos, son solo los hechos”.

Una explicación que no convence a Roslyn Roberts, de 73 años, que tuvo que huir de su casa. “Este incendio no tiene nada que ver con una mala gestión del bosque. Miles y miles de casas han sido destruidas y no había árboles a su alrededor”, afirmó la mujer, refugiada en un centro de la Cruz Roja instalado en una iglesia.

Esperan lluvia esta semana, un alivio pero también un riesgo.

Paisaje seco en California.  Foto: Reuters.
Paisaje seco en California. Foto: Reuters.

Se pronosticaban lluvias esta semana para el área de California afectada por los incendios forestales. La lluvia vendrían bien para ayudar a apagar las llamas, pero con el riesgo de provocar inundaciones y desplazamientos de lodo, incrementando los problemas de 46.000 personas bajo orden de evacuación.

Se prevé que caigan hasta 10 centímetros de lluvia esta semana en Sierra Nevada, dijo el Servicio Meteorológico Nacional. También lloverá en San Francisco, facilitando la limpieza del aire viciado con niveles poco saludables de humo del “Camp Fire”, localizado a 280 kilómetros al norte.

Los bomberos, que en las últimas horas han visto cómo el fuerte viento les dificultaba las tareas de extinción, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca que no ha visto llover desde hace meses. El agua también aliviaría la situación en gran parte del resto del estado, que desde hace días se encuentra en alerta roja por la mala calidad del aire, ya que el humo se desplaza cientos de kilómetros hasta alcanzar áreas muy pobladas como Sacramento, la capital del estado, y la bahía de San Francisco.

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