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Brasil, segundo país en llegar a 600.000 muertos por COVID-19, detrás de EE.UU.

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El padre de un fallecido por coronavirus en Brasil. Foto: AFP
Brazilian Marcio Antonio do Nascimento, father of 25-year-old Hugo do Nascimento who died from COVID-19, helps hang white flags symbolizing the deaths of almost 600,000 Brazilian to the novel coronavirus, at Copacabana beach in Rio de Janeiro, Brazil, on October 8, 2021. - The group protested against the rising figures of COVID-19 deaths in the country which is about to surpass 600,000 mortal victims. (Photo by Mauro PIMENTEL / AFP)
MAURO PIMENTEL/AFP

PANDEMIA

Brasil rompió la barrera a 110 días de alcanzar el medio millón de muertos, en junio pasado, cuando apenas salía de una virulenta y mortífera segunda ola de la pandemia.

Brasil se convirtió ayer viernes en el segundo país en el mundo, detrás tan solo de Estados Unidos, en superar los 600.000 fallecidos por el coronavirus, una marca que fue calificada por los expertos como una “verdadera catástrofe”.

Brasil rompió la barrera a 110 días de alcanzar el medio millón de muertos, en junio pasado, cuando apenas salía de una virulenta y mortífera segunda ola de la pandemia y que pronosticaba un inminente tercer golpe.

Según datos de las autoridades de salud de todos los estados, en las últimas 24 horas el coronavirus mató a 615 personas, hasta un acumulado de 600.425 fallecidos por la pandemia.

Sin embargo, el vaticinio sobre una nueva ola “felizmente” no se confirmó y, desde entonces, la curva de contagios y de defunciones pasó a una trayectoria descendente, aunque las cifras “permanecen en niveles preocupantes”, según alertaron los expertos.

Esa caída, coinciden, fue impulsada sobre todo por el avance de la vacunación, iniciada lenta y tardíamente a mediados de enero pero que se encuentra actualmente en un ritmo acelerado.

“Si no fuera por la vacunación, ya habríamos batido esta triste marca de 600.000 muertos hace mucho tiempo”, explicó Paulo Lotufo, epidemiólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo.

Según los datos oficiales, cerca del 70% de la población brasileña, que suma unos 213 millones de personas, ya ha recibido la primera dosis contra el COVID-19, mientras que un 45,2% cuenta con la pauta completa. Así, la media diaria de muertes por la enfermedad en Brasil gira ahora en torno a las 500, bastante lejos del promedio diario de 3.124 decesos de abril pasado -en pleno pico de la segunda ola- pero que aún es considerado un nivel alto.

“Seguimos en un nivel muy malo, todavía hay poco que celebrar. No estamos así tan pésimos como antes, pero permanecemos mal”, sentenció Ethel Maciel, epidemióloga e investigadora de la Universidad Federal del Espíritu Santo.

La médica agregó que “lo ideal” es que la enfermedad pase a ser endémica y que el país registre unos “500 decesos al año, y no cada día, como pasa ahora”.

“Y aún queda mucho camino por recorrer”, recalcó.

Adhesión a la vacuna.

Los expertos apuntan a la “negligencia” de Gobierno de Jair Bolsonaro como uno de los principales factores para que la pandemia saliera de control, así como para la escasez de vacunas e insumos para su producción local.

La responsabilidad de Bolsonaro comenzó a ser estudiada desde abril pasado por el Senado brasileño con el fin de definir posibles “omisiones” del Gobierno.

“Fue necesaria una comisión de investigación para que el Ministerio de Salud empezara a moverse, lo que llevó incluso a la caída del (exministro) Eduardo Pazuello”, dijo Maciel.

Lotufo completó que, si el país hubiera contado con una gestión más incisiva, “muchas muertes y muchas hospitalizaciones podrían haber sido evitadas”.

Dosis de la vacuna contra el COVID-19. Foto: AFP
Dosis de la vacuna contra el COVID-19. Foto: AFP

“Si tuviéramos la vacunación anticipada, seguramente no tendríamos una parte importante del pico que vivimos en el primer semestre”, cuando las muertes diarias llegaron a superar las 4.000, y “muchos decesos serían evitados”, señaló.

Cede paro...

Pese a la considerable mejora en las estadísticas, los expertos alertaron de que “la pandemia aún no está controlada” y calificaron como precipitada la flexibilización excesiva.

Esta semana, la ciudad de Duque de Caxias, en el estado de Río de Janeiro, decretó el cese del uso obligatorio de la mascarilla en locales abiertos y cerrados, con menos del 50% de su población completamente vacunada.

Pese a que la decisión contraría la recomendación del Ministerio de Salud, que aún no recomienda la liberación de la mascarilla, otras ciudades, como San Pablo o Río de Janeiro, han comenzado estudios para flexibilizar su uso.

“Estamos jugando con la suerte, es como si las personas decretasen que ganaron el juego cuando él aún está en la mitad”, enfatizó Maciel.

“Mucha gente sigue transmitiendo el virus, enfermándose y muriendo”, insistió. (Con información de EFE).

El “fin de la pandemia” será en 2022, dice ministro

El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, calcula que Brasil contará con 354 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus para la campaña de inmunización de 2022.

Queiroga, quien regresó a Brasil esta semana tras pasar 14 días en cuarentena en Nueva York por haber contraído covid, señaló que ve un escenario “positivo” de la crisis en el país, que este mismo viernes rompió la barrera de los 600.000 muertos, y dijo que 2022 será el año del “fin de la pandemia”.

“Es un escenario muy positivo y que me permite, como ministro de la Salud, asegurar que los brasileños tendrán una campaña muy eficiente en 2022. Año este que, con la ayuda de todos, será el año del fin de la pandemia de covid-19”, afirmó.

La pandemia se ha desacelerado de forma aguda desde junio, con la media de decesos diarios en los últimos 7 días situándose por debajo de los 450.

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