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Bolsonaro visita el Muro en Jerusalén junto a Netanyahu

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El presidente brasileño y el primer ministro israelí ayer en el Muro de los Lamentos. Foto: AFP

LA ALIANZA DE BRASIL E ISRAEL

Es el primer mandatario extranjero que concurre al lugar sagrado acompañado por un gobernante israelí.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se convirtió ayer lunes en el primer jefe de Estado extranjero en visitar el Muro de los Lamentos junto a un primer ministro israelí. Bolsonaro visitó junto a Benjamin Netanyahu este lugar sagrado del judaísmo, situado en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Bajo la lluvia, el mandatario brasileño, con kipá, colocó sus dos manos sobre las antiguas piedras, mientras Netanyahu hacía lo mismo a su izquierda, y luego inclinó la cabeza durante varios segundos.

La visita de Bolsonaro coincide con el tramo final de la campaña electoral israelí para los comicios generales del 9 de abril, en los que Netanyahu se juega la reelección. En estos días, el primer ministro trata de resaltar su cercanía a líderes internacionales. La semana pasada, fue recibido por Donald Trump en la Casa Blanca.

El Muro de los Lamentos es el último vestigio en pie de la plataforma sobre la que se levantaba el Templo de Herodes, destruido por los romanos en el año 70 d.C. y que reemplazó al templo de Salomón, que destruyeron los babilonios en el año 587 a.C.

El estatuto de Jerusalén es una de las cuestiones más espinosas del conflicto israelí-palestino. Aunque Trump visitó el lugar en mayo de 2017, en esa ocasión estaba acompañado por el rabino del Muro, Shmuel Rabinovitz, y no por un dirigente israelí.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, abrió el camino a Bolsonaro, cuando el 21 de marzo se convirtió en el responsable estadounidense de mayor rango en visitar el Muro junto a un primer ministro israelí.

Bolsonaro se ha alineado con la administración Trump desde que asumió el 1 de enero.

El Muro de los Lamentos está ubicado en Jerusalén Este, bajo control de Israel desde la Guerra de los Seis Días en 1967 y anexado en 1980, en una decisión que no ha sido reconocida por la comunidad internacional. Israel considera Jerusalén -su sector Este incluido- como su capital “indivisible”.

Los palestinos, en cambio, quieren que Jerusalén Este sea la capital del Estado al que aspiran.

En otra iniciativa que sigue los pasos de Estados Unidos, Bolsonaro anunció durante su campaña su intención de trasladar la embajada de Brasil en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.

De todos modos, Bolsonaro no quiere perder mercados en los países árabes. Brasil es el primer exportador mundial de carne sacrificada según el rito musulmán. Por eso, a su llegada a Israel el domingo, anunció la apertura en Jerusalén de una oficina diplomática dedicada a los asuntos económicos, pero evitó mencionar el traslado de la embajada.

“No queremos ofender a nadie", dijo Bolsonaro a la prensa brasileña, “solo queremos que ellos (los palestinos) respeten nuestra autonomía” de decisión. “Si hoy abriera negociaciones con Israel, ¿dónde pondría la embajada? En Jerusalén”, sostuvo.

Bolsonaro también visitó el Santo Sepulcro, el lugar más santo del cristianismo, a unos cientos de metros del Muro.

El presidente brasileño era católico pero en 2016 fue bautizado como evangélico en el río Jordán.

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