BRASIL

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se afilió ayer martes al Partido Liberal (PL) con la mira puesta en su reelección en 2022.

“No estamos aquí lanzando a nadie a ningún cargo. Es un evento simple, pero de mucha importancia, la afiliación, que es un paso para que podamos pleitear algo más adelante”, declaró en un acto en un hotel de Brasilia.

Luego Bolsonaro se dirigió a algunas decenas de seguidores que se congregaron afuera del hotel: “Queremos continuar lo que empezamos en enero de 2019, cambiar el destino de Brasil defendiendo cada vez más la familia, las pautas conservadoras, el empleo”.

“Ya sacamos a la izquierda de Brasil y no queremos que vuelvan”, agregó Bolsonaro en referencia al favoritismo de Lula.

Bolsonaro, que ha dicho en varias ocasiones que pretende postularse a la reelección en octubre de 2022, tiene casi un año para revertir un contexto adverso, dada su baja popularidad, la alicaída economía y la perspectiva de enfrentarse al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), favorito en los sondeos.

De 66 años, rompió hace dos años con el Partido Social Liberal (PSL), con el que ganó las presidenciales de 2018.

También uno de sus tres hijos que se dedican a la política, el senador Flávio Bolsonaro, se afilió al PL.

El PL, que tiene entre sus miembros al exfutbolista y senador Romario y al diputado y payaso de profesión Tiririca, es la novena formación a la que adhiere Bolsonaro desde que inició su trayectoria hace más de tres décadas, un fenómeno común en el fragmentado sistema multipartidista brasileño.

Entre 2005 y 2011, el PL estuvo en el gobierno de Lula.

La popularidad del mandatario cayó al 22%, el nivel más bajo desde el inicio de su mandato, debido a su caótica gestión de la pandemia y a los altos niveles de inflación y desempleo.

Además acumula más de un centenar de pedidos de impeachment en el Congreso y tiene cinco investigaciones abiertas en su contra en el tribunal supremo y en la justicia electoral.

En los sondeos, aparece como perdedor en un eventual escenario contra Lula, de 76 años, quien prevé anunciar a principios de 2022 si se lanzará a un tercer mandato. En su reciente gira europea, Lula fue recibido por los presidentes de Francia y de España, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez, y por el futuro canciller alemán, Olaf Scholz.

Las encuestas de intención de voto le atribuyen a Lula el apoyo del 50% de los electores, frente al 25% que tendría Bolsonaro.

“Todavía es pronto. Faltan muchas cosas por pasar. La popularidad de Bolsonaro está baja, pero sigue siendo una figura fuerte”, explicó a la AFP Edson Sardinha, director de redacción del sitio web Congresso en Foco.

A las que ya son consideradas las elecciones más polarizadas de la historia de Brasil, varios candidatos intentarán posicionarse como una “tercera vía”, entre ellos el gobernador de San Pablo, Joao Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y el exjuez y exministro de Bolsonaro Sergio Moro, recientemente afiliado al partido Podemos.

Con 43 diputados (de 513) y 4 senadores (de 81), el PL es una de las principales agrupaciones del llamado “centrao”, un bloque del que depende en buena parte la gobernabilidad en Brasil y al que Bolsonaro ha ido cediendo espacio.

El PL gobierna en el estado de Río de Janeiro y tiene 343 de los 5.570 alcaldes del país.

El presidente del PL, el exdiputado Valdemar Costa Neto, fue condenado a 7 años de prisión en 2013 por su implicación en el escándalo “mensalao”, una millonaria contabilidad ilegal montada por el PT para comprar el apoyo de congresistas y destapada en 2005.