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Bloqueo político amenaza la investidura de Pedro Sánchez

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Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, entra el Congreso. Foto: Reuters

ESPAÑA

El líder del PSOE no logra atar un acuerdo con la izquierda radical de UP.

El socialista Pedro Sánchez deberá hacer malabares para obtener los votos que permitan su investidura como presidente del gobierno español. Ayer lunes, al final del primer día del debate de investidura en el Congreso, todo quedó en el aire: nada asegura que Sánchez sea investido en la primera votación hoy martes, y tampoco que se produzca el jueves en la segunda.

Además, el primer debate de ayer mostró la fragilidad de un gobierno de coalición entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez y la izquierda radical de Unidas Podemos (UP) de Pablo Iglesias.

El diario El País de Madrid resumió así la situación: “Las posiciones siguen alejadas y el clima entre ambos se enrareció notablemente. Pablo Iglesias le advirtió que no será ‘un decorado’, que es como traduce la oferta que le ha hecho el PSOE. Las diferencias se mantienen sobre el contenido de las áreas de poder que tendrá Podemos. Sánchez no puso paños calientes. Si no hay coalición le pidió a Iglesias que pacte solo la investidura y no provoque elecciones. Mantuvo su petición a Pablo Casado, del Partido Popular (PP), y a Albert Rivera, de Ciudadanos (Cs), para que se abstengan. Votarán no”.

Primer round.

En el primer debate de ayer, Sánchez e Iglesias ventilaron sus diferencias y se lanzaron reproches.

Aunque para el PP y Ciudadanos el pacto entre el PSOE y UP es un hecho, tal como decían antes y después de las elecciones legislativas del 28 de abril, y hasta ayer mismo, la sesión parlamentaria no ofreció siquiera esa apariencia.

Iglesias, en tono grave y muy serio, advirtió al líder socialista que UP no estará en un gobierno de coalición en el que sea “un decorado”, es decir, sin poder ni competencias reales. Sánchez, por su parte, enfrió también la apuesta por un gobierno de coalición y pidió a UP que no descarte otras opciones, como un acuerdo exclusivamente para la investidura o un pacto legislativo sin entrar en el gabinete.

Pero la respuesta de Iglesia no dejó mucho margen a acuerdos. “No nos vamos a dejar pisotear ni humillar por nadie”, advirtió el líder de UP, y agregó que Sánchez, si no acepta un gobierno de coalición, “no será presidente nunca”.

“No nos propongan ser un mero decorado en su gobierno porque eso no lo podemos aceptar”, insistió Iglesias.

“Nos lo van a poner muy difícil” pero “estoy dispuesto a correr ese riesgo”, indicó por su parte el líder socialista.

Pedro Sánchez habla al Congreso español. Foto: AFP
Pedro Sánchez habla al Congreso español. Foto: AFP

Bloqueo político

Después de tres meses de bloqueo tras las elecciones legislativas del 28 de abril, el discurso de Sánchez abrió ayer el debate en el Congreso para su investidura como presidente del gobierno, para lo que necesita sí o sí el apoyo de otros partidos.

El PSOE solo cuenta con 123 de 350 diputados. Los 42 diputados de UP, junto al apoyo y la abstención de pequeños partidos regionales, son la fórmula más factible para asegurarse los votos antes del jueves.

Por ello Sánchez desplegó un abanico de propuestas claramente destinadas a la izquierda: un nuevo aumento del salario mínimo -elevado a 1.050 euros mensuales desde enero-, reindexar las pensiones a la inflación, legalizar la eutanasia o controlar el encarecimiento de los alquileres.

El líder socialista, en el poder desde junio de 2018, dispondrá de dos oportunidades: la primera en una votación hoy martes, cuando requerirá mayoría absoluta, y la segunda el jueves cuando le bastaría con una mayoría simple.

Si la investidura fracasa y no se forma un gobierno en los próximos dos meses, España se precipitaría a una convocatoria anticipada de elecciones legislativas, las cuartas en cuatro años.

Plan B.

Ante este escenario de inestabilidad, Sánchez volvió a plantear una fórmula alternativa a la coalición con UP: una abstención del PP y de Cs para poder gobernar en solitario. “No pido que voten a favor, que aplaudan, lo único que les pido es que faciliten la constitución de un gobierno en España”, insistió.

Su propuesta desconcertó a UP -“está demostrando que solo está negociando con nosotros porque no le queda otra”, le reprochó Iglesias- y tampoco surtió efecto en el PP y Cs.

“¿Cómo voy a dar patente de corso a aquel que luego tiene complicidad con los que quieren destruir España?”, señaló el líder del PP, Pablo Casado, en referencia al diálogo iniciado por Sánchez con los independentistas de Cataluña.

Otro protagonista de este debate es el partido de ultraderecha Vox, liderada por Santiago Abascal. Si el independentismo catalán, cuya abstención resulta imprescindible para que la investidura prospere, era el “elefante en la habitación” de Sánchez, en palabras de Casado, el voto de Vox, necesario para que la derecha gobierne en Andalucía, Madrid o Murcia, es el socio vergonzante del PP y Ciudadanos. Por eso Sánchez, en su réplica, ni siquiera se dirigió a Abascal, sino que interpeló directamente a Rivera y Casado. “¿Escuchan lo que ha dicho su socio?”, les inquirió, tras calificar de “discurso del odio y la nostalgia” la intervención de Abascal.

Congreso de los Diputados español. Foto: AFP
Congreso de los Diputados español. Foto: AFP

Así, Sánchez parece condenado a recabar los mismos apoyos que lo llevaron al poder en junio de 2018 en una moción de censura contra Mariano Rajoy (PP): es decir, UP, nacionalistas vascos e independentistas catalanes. Al menos uno de los partidos separatistas catalanes se inclina a facilitar su investidura si pactan un gobierno de coalición con UP.

Pero los socialistas prefieren no depender de su apoyo después de que en febrero, coincidiendo con el inicio del juicio contra los líderes catalanes implicados en el intento de secesión de 2017, los separatistas votaron en contra de los presupuestos y precipitaron la convocatoria anticipada de elecciones.

Qué dice la oposición

Pablo Casado - Partido Popular

Pablo Casado explicó el voto en contra del PP a la investidura de Pedro Sánchez asegurando que el líder socialista “no es de fiar” porque “la cabra tira al monte” y volverá a pactar con los independentistas. Acusó al PSOE de haber “salido del espacio constitucional” y explotó la contradicción de que quien dimitió por no abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy exija ahora al PP que lo haga.

Albert Rivera - Ciudadanos

Ni un resquicio dejó Albert Rivera a Pedro Sánchez para que pueda aspirar a obtener la abstención de Ciudadanos. “Vamos a votar que no con las dos manos: no al plan Sánchez y a la banda que lo va a ejecutar”, zanjó el jefe de Ciudadanos tras un durísimo choque con el líder socialista, cargado de tensión y descalificaciones mutuas. Rivera le acusó de “criminalizar a los rivales” y “alimentar el odio”.

Pablo Iglesias - Unidas Podemos

El apoyo de Unidas Podemos para que Pedro Sánchez sea investido no está garantizado en la votación de hoy martes y ni siquiera en la del jueves, en la que el PSOE ya solo necesitaría más votos a favor que en contra. “Si ustedes, por cerrazón, no hacen una coalición con nosotros proporcional a los votos, temo que usted no será presidente nunca”, dijo Iglesias.

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