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Biden defiende retirada militar y afirma que líderes afganos no tienen "voluntad de combatir"

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Un soldado de Estados Unidos intenta restablecer el orden en el aeropuerto de Kabul. Foto: AFP
A US soldier (C) point his gun towards an Afghan passenger at the Kabul airport in Kabul on August 16, 2021, after a stunningly swift end to Afghanistan's 20-year war, as thousands of people mobbed the city's airport trying to flee the group's feared hardline brand of Islamist rule. (Photo by Wakil KOHSAR / AFP)
WAKIL KOHSAR/AFP

CRISIS EN AGANISTÁN

“Los soldados estadounidenses no podían ni debían seguir luchando y muriendo en una guerra que los afganos no están dispuestos a librar”, dijo el presidente estadounidense.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha defendido ayer lunes con firmeza su decisión de retirarse de Afganistán y ha atribuido a los líderes afganos el colapso del país -“mucho más rápido de lo esperado”, admitió- por su falta de voluntad política para unir fuerzas contra los talibanes. Ni asomo de autocrítica en una alocución esperada por el vertiginoso ritmo de los acontecimientos en Kabul; solo la justificación de la retirada con argumentos ya conocidos. “Los soldados estadounidenses no podían ni debían seguir luchando y muriendo en una guerra que los afganos no están dispuestos a librar”, dijo, tras referirse a “la rendición” y la marcha de las autoridades afganas, con el presidente Ashraf Ghani a la cabeza.

“Respaldo firmemente mi decisión”, dijo Biden. “Después de 20 años, he aprendido por las malas que nunca hubo un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses”.

Como habían reiterado representantes de su Gobierno durante el fin de semana, los objetivos de la presencia de Estados Unidos en Afganistán se alcanzaron “hace una década”: frenar a Al Qaeda y capturar a Osama Bin Laden. “Pero la amenaza terrorista ha rebasado ampliamente Afganistán y llegado a otros países”, entre los que citó Somalia (Al Shabab) o Irak y Siria bajo el ISIS. “El objetivo del despliegue nunca fue construir una nación democrática, sino evitar un ataque terrorista en Estados Unidos”, un argumento, recordó Biden, que defiende desde sus tiempos como vicepresidente de Barack Obama.

El mandatario aseguró que ante él solo había dos opciones: seguir el acuerdo suscrito por su antecesor Donald Trump con los talibanes en febrero de 2020 “o escalar el conflicto” bélico. Pero “si las fuerzas afganas no iban a luchar, permanecer un año o más no iba a significar nada”, subrayó, acusando a los líderes afganos de falta de voluntad pese a haberles dado “todo lo que necesitaban”.

“Les dimos todas las oportunidades para determinar su propio futuro. No pudimos darles la voluntad de luchar por ese futuro”, apuntó.

Ante el caos reinante en Afganistán, Biden también amenazó a los talibanes con represalias si interrumpían las operaciones de evacuación en el aeropuerto de Kabul. En caso de un ataque, la respuesta será “rápida y contundente”, sostuvo el presidente y prometió defender a los ciudadanos estadounidenses con “un uso devastador de la fuerza si es necesario”.

Error.

En el mundo hubo amplias repercusiones, con conceptos expuestos por diversos líderes como el secretario general de la ONU, António Guterres, que advirtió que Afganistán no puede convertirse otra vez en refugio de organizaciones terroristas y el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, que exhortó a la comunidad internacional a estar unida ante el futuro gobierno de los talibanes y para prevenir una crisis humanitaria.

Por su parte, la canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que “todos, y por eso también asumo mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación. Toda la comunidad internacional dio por supuesto que podríamos seguir con la ayuda al desarrollo” en Afganistán, afirmó.

Un soldado de Pakistán observa como huyen ciudadanos afganos en la zona fronteriza entre su país y Afganistán. Foto: AFP
Un soldado de Pakistán observa como huyen ciudadanos afganos en la zona fronteriza entre su país y Afganistán. Foto: AFP

Merkel calificó los sucesos de los últimos días, de “amargos, dramáticos y horribles”. La intervención internacional más allá de las operaciones antiterroristas, agregó, ha sido “un esfuerzo sin éxito”. Consideró que la intervención de Estados Unidos y sus aliados durante casi 20 años en Afganistán ha logrado que actualmente no pueda prepararse desde el país un ataque terrorista como el del 11 de septiembre. Sin embargo, todos los esfuerzos internacionales para crear un Estado democrático y de derecho “no se ha logrado como nos lo habíamos propuesto”. Es una lección “amarga” para millones de afganos que apostaron por una “sociedad libre, democracia, educación y los derechos de las mujeres”.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, expuso un enfoque diferente al anunciar una iniciativa europea para hacer frente a los flujos irregulares de migrantes que se teme desencadenen desde Afganistán. En un discurso en televisión, Macron avisó que si bien Francia seguirá protegiendo “a los más amenazados, Europa por sí sola no puede asumir las consecuencias de la situación actual”.

Explicó que ya ha hablado con Merkel, y que en asociación con otros países europeos se abordará “la lucha contra los flujos irregulares, la solidaridad en el esfuerzo, la armonización de los criterios de protección y la cooperación con los países de tránsito y de acogida” de los afganos que puedan huir en dirección de Europa.

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