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Batista, la caída del Rey Midas brasileño

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Batista fue el hombre más rico de Brasil, con US$ 30.000 millones. Foto: EFE
El magnate brasileño Eike Batista consulta su teléfoino móvil durante una audiencia judicial en Río de Janeiro. 18 de noviembre 2014. La policía brasileña y fiscales federales emitieron el jueves una orden de detención contra el empresario Eike Batista y otras ocho personas, en medio de una serie de allanamientos y registros vinculados a la mayor investigación por sobornos y corrupción en el país. REUTERS/Ricardo Moraes BRAZIL-BATISTA
© Ricardo Moraes / Reuters

El empresario, que tuvo la octava mayor fortuna del mundo, está prófugo por casos de corrupción.

El empresario brasileño Eike Batista, declarado prófugo de la justicia por delitos de corrupción, llegó a ser uno de los diez hombres más ricos del planeta, pero cayó en desgracia y ahora tiene una celda reservada en Río de Janeiro.

La Policía Federal allanó su residencia y sus oficinas en el marco de investigaciones sobre una red de corrupción que operó en Río de Janeiro y que supuestamente dirigía el exgobernador carioca Sergio Cabral, preso desde noviembre pasado.

Batista, de 60 años, es acusado del pago de comisiones ilegales por 16,5 millones de dólares a Cabral mediante una compleja trama de corrupción.

Batista no estaba en casa cuando la policía fue a buscarlo el jueves. Sus abogados dijeron que se encontraba fuera del país y garantizaron que se entregará cuando regrese, aunque no aclararon dónde estaba ni cuándo volverá.

La orden de arresto dictada contra Batista puede poner un punto final al currículum de este empresario de vida ostentosa y que hasta no hace muchos años se codeaba con personalidades de la política y la farándula planetaria, como la cantante Madonna, a quien donó unos 7 millones de dólares para campañas sociales alrededor del mundo.

"No quiero ser solo el hombre más rico de Brasil, quiero ser también el más generoso", solía decir el empresario cuando anunciaba sus abultadas donaciones para asuntos sociales.

Hijo de Eliezer Batista, un exministro de Energía y expresidente de la antigua estatal Vale do Río Doce, privatizada en 1998 y hoy llamada solamente Vale, el empresario nació en cuna de oro pero el dinero que heredó lo multiplicó en forma exponencial al punto de amasar unos 30.000 millones de dólares.

Mediante inversiones de riesgo y gracias a relaciones políticas, Batista creció en el mundo de los negocios desde 1982, cuando fundó el Grupo EBX, que operaba en minería, petróleo, diamantes, energía, logística y hasta en la industria del entretenimiento.

A inicios de la década de 1990 amplió sus actividades a Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Estados Unidos, Canadá, Congo, Grecia, República Checa, Rusia y Australia, pero sin perder de vista sus operaciones en Brasil.

Sus negocios se expandieron en la primera década de este siglo, cuando el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, hoy reo en cinco procesos por presunta corrupción, apostó en el desarrollo del sector petrolero brasileño.

En 2010 fue incluido entre las diez personas más ricas del mundo por la revista Forbes, que le atribuyó una fortuna de casi 30.000 millones de dólares, cuya tercera parte habría ganado solo durante 2009. En esa época donó 13 millones de dólares a la campaña para la promoción de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016, que finalmente la ciudad obtuvo con un firme apoyo político del gobierno de Lula.

Batista adquirió entonces el tradicional hotel Gloria y la marina que serviría de sede a las competiciones olímpicas de vela, pero en 2010 el empresario que parecía convertir todo en oro comenzó a caer en desgracia, lo que analistas del mercado atribuyeron al descontrol en que habían caído sus inversiones. Ello lo llevó a declarar en quiebra algunas de sus empresas, a vender otras y a abandonar muchas obras para los Juegos Olímpicos que habían sido adjudicadas a sus empresas. También se deshizo de muchos de sus lujos, como el Lamborghini Aventador LP700-4 que usaba solo como objeto decorativo en la enorme sala de su casa y que vendió por un millón de dólares.

El año pasado, tras un prolongado ostracismo, Batista se presentó voluntariamente a la justicia para colaborar con las investigaciones sobre la corrupción en la estatal Petrobras (el caso Lava Jato), que afectan a decenas de políticos y empresas del sector privado.

En su declaración, confesó haber colaborado en forma fraudulenta con algunas campañas electorales, mediante "donaciones" que no eran declaradas a las autoridades fiscales y correspondían a comisiones acordadas por la adjudicación de contratos con empresas públicas. Según el Tribunal Superior Electoral, las "donaciones" de Batista beneficiaron a 13 partidos y alcanzaron unos 3,8 millones de dólares.

Entre esas campañas, Batista citó la que llevó a la reelección de Dilma Rousseff en 2014, que está bajo investigación en la justicia electoral por sospechas de diversos fraudes. Rousseff fue reelegida en una fórmula que también integraba Michel Temer, quien por su condición de vicepresidente asumió el poder en agosto pasado, tras la destitución de la mandataria por irregularidades en el manejo de los presupuestos.

Lava Jato se llevó US$ 13.000 millones.

La operación Lava Jato, considerada por muchos como la mayor investigación de corrupción de la historia, comenzó en marzo de 2014 como una pesquisa sobre el mercado paralelo de cambio en una red de gasolineras de Brasil. El caso llevó desde entonces a la cárcel a decenas de empresarios y políticos de primer plano, por su implicación en una red de sobornos pagados por grandes constructoras para obtener licitaciones en Petrobras. Se estima que el esquema drenó el equivalente de unos 2.000 millones de dólares de la petrolera estatal y que causó, según números de la fiscalía, un perjuicio total de más de 13.000 millones de dólares. Entre los condenados, figura el expresidente de la constructora Odebrecht, Marcelo Odebrecht, que purga una pena de más de 19 años de cárcel. José Dirceu, que fue jefe de gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), fue condenado a 23 años de reclusión. También están tras las rejas, el expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha y el exministro de Finanzas de Lula, Antonio Palocci. Lula responde a varias acusaciones de corrupción pasiva. El actual presidente Michel Temer es a su vez mencionado en testimonios de "delación premiada" de por lo menos un ejecutivo de Odebrecht. AFP

A EE.UU. con pasaporte alemán.

Según la policía brasileña, el empresario Eike Batista viajó a Nueva York. Batista habría abandonado Brasil con un pasaporte alemán el martes por la noche, dijo el delegado Tacio Muzzi, de la Policía Federal. Globo TV reportó el jueves en la noche que Batista volaría de regreso a Brasil desde Estados Unidos en las próximas horas. La Policía Federal informó que pidió la inclusión del empresario en la lista roja de la Interpol para su captura internacional, dentro de la investigación por el caso Lava Jato. Dos de las empresas del Grupo EBX que se declararon en quiebra, la minera MMX y el constructor naval OSX, dijeron que los procedimientos legales contra Batista no tendrán efecto sobre ellas.

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Batista fue el hombre más rico de Brasil, con US$ 30.000 millones. Foto: EFE

LA CORRUPCIÓN EN BRASIL

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