CONMOCIÓN INTERNACIONAL

El asesinato del embajador italiano en la República Democrática del Congo (RDC) fue obra de los rebeldes hutus ruandeses, según el ministerio congoleño del Interior. El embajador italiano Luca Attanasio, de 43 años, fue asesinado durante un ataque contra su convoy, en el que también murieron su guardaespaldas y el chofer, confirmó el comunicado.

Según la versión del gobierno congoleño, el convoy fue atacado por “elementos de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR)” en la provincia de Kivu del Norte.

“Las fuerzas de seguridad y las autoridades provinciales no pudieron garantizar un dispositivo específico de seguridad ni ayudar al convoy por falta de información sobre su presencia en esta parte del país considerada inestable”, indicó el ministerio del Interior.

Herido de bala en el abdomen, Attanasio fue atendido por agentes del Instituto congoleño para la conservación de la naturaleza (ICCN), del parque nacional de Virunga. Luego lo transportaron al hospital de la Misión de Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) en Goma, donde falleció debido a las heridas.

Attanasio era uno de los embajadores más jóvenes de Italia. Nacido en Saronno, al norte de Italia, a unos 30 kilómetros de Milán, el 23 de mayo de 1977, se incorporó al servicio diplomático en 2003.

Llegó a RDC en 2017 como jefe de misión y fue designado embajador extraordinario y plenipotenciario en 2019.

Graduado en la prestigiosa universidad Bocconi de Milán, Attanasio se había doctorado en política internacional y había sido consultor de negocios.

Sus primeras misiones fueron como secretario de Comercio en Suiza, de 2006 a 2010, y cónsul en Casablanca, Marruecos, de 2010 a 2013.

Entre 2013 y2015 trabajó en la sede del ministerio de Relaciones Exteriores de Roma. En 2015 regresó a África como primer consejero de la embajada de Italia en Nigeria, y se mudó a Kinshasa, capital de la RDC, en septiembre de 2017.

El año pasado recibió el premio internacional Paz Nassiriya “por su compromiso con la salvaguarda de la paz entre los pueblos” y “por haber contribuido a la realización de importantes proyectos humanitarios, distinguiéndose por su altruismo, dedicación y espíritu de servicio en apoyo de las personas en dificultad”.

Padre de tres hijos, el diplomático estaba casado con Zakia Seddiki, de origen marroquí, fundadora de la ONG “Mama Sofia”, que ayuda a madres solteras y sus hijos de las zonas más pobres.

Además del embajador, en el ataque de ayer al convoy de la ONU murió un carabinero y el chofer congoleño.

El noreste de la RDC lleva años sumida en un conflicto alimentado por decenas de grupos armados rebeldes, pese a la presencia del Ejército congoleño y las fuerzas de la Misión de las Naciones Unidas, que tiene desplegados más de 15.000 efectivos en el país.