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El arte logra un récord asombroso

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La obra de Picaso estableció un nuevo récord de US$ 179,4 millones. Foto: EFE.

Fue una semana jamás vista en el mundo del arte. Por primera vez, una casa de subastas vendió arte por un valor superior a US$ 1.000 millones —a lo largo de tres días— un vasto derrame de dinero que asombró hasta a los más ricos y celebridades que concurrieron a la sala de remates.

El miércoles, Christie’s indicó que vendió US$ 658,5 millones de obras en su subasta de arte de posguerra y contemporáneo, a los que se agregan US$ 795,9 millones vendidos el lunes pasado en obras del siglo XX. El umbral de los US$ 1.000 millones fue un golpe simbólico para Christie’s y pareció ampliar la brecha con su rival Sotheby’s, aunque las ganancias no se conocen con exactitud.

El martes pasado, Sothebys reunió US$ 379,7 millones, con honorarios, por los 63 lotes de piezas de arte contemporáneo estadounidense. En su subasta la semana pasada, proclamó como resultado US$ 368 milloones, como la segunda venta más alta de arte moderno e impresionista de su historia.

En una de las subastas vendió obras de Claude Monet, como es el caso de Nymphéas, que alcanzó US$ 54 millones.

"Es un espectáculo de exceso al más alto nivel", dijo Abigail Asher, socia en Nueva York y Los Angeles de los consultores de arte Guggenheim Asher Associates Inc., quien estuvo en la subasta del lunes pasado. "En los últimos años se fue construyendo para llegar a este momento. Una nueva clase de comprador ha entrado al mercado y está preparado para pagar sumas que asombran por obras que son trofeos".

La disponibilidad de montos enormes de dinero para gastar en arte en el mercado de las subastas es, por un lado, un síntoma de creciente desigualdad de ingresos. Pero, también refleja la popularidad globalizada del arte de grandes nombres como un símbolo de estatus, y la seriedad creciente con que las más de 170.000 personas de valor ultra alto —quienes tienen al menos US$ 30 millones en efectivo para gastar, según una estimación— toman el arte como una alternativa de inversión.

Les han dado confianza figuras como Laurence D. Fink, presidente de BlackRock Inc. —la mayor empresa de administración de activos del mundo—, quien en una conferencia, el 21 de abril, en Sigapur, declaró que el arte contemporáneo, al igual que los bienes inmuebles en ciudades como Nueva York y Londres, desplazaron al oro como depositario de riqueza.

"Querer ser porpietario de estas cosas es algo levemente ostentoso", dijo Asher. "Hay un sentido prevaleciente de que esto también tiene algo que ver con reunir activos, no solo con coleccionar".

La subasta, el miércoles pasado, comenzó con un rugido. El primer item, Torsione, una escultura metálica de Giovanni Anselmo, se vendió por US$ 6,4 millones, o más de siete veces el monto máximo estimado. "¡Qué comienzo!", dijo el remataor Jussi Pylkkanen.

Un precio de compra de US$ 5,8 millones por la pjntura abstracta expresionista de Joan Mitchell, titulada Afternoon, llevó el total de ventas a más de US$ 1.000 millones. El precio más alto de la noche fue de US$ 81,9 millones y correspondió a N° 10, de Mark Rothko, un óleo compuesto de rectángulos flotantes de rojo incandescente sobre un fondo negro.

Otras ventas notables fueron el óleo Benefits Supervisor Resting, de Lucien Freud, y la monumental obra en tela de Andy Warhol La Mona Lisa coloreada. Cada una se vendió por US$ 56,2 millones.

El martes, una subasta de 322 lotes, en Christies, sumó US$ 45,6 millones.

Si se la mira como una carrera de caballos, los resultados muestran una brecha creciente en la participación en el mercado entre las dos casas de subastas, particularmente en el sector de arte contemporáneo. Eso se debe, en parte, a la política agresiva de Christies de asegurar lotes de alto valor prometiendo precios mínimos a propietarios de arte ricos. En la venta del martes pasado, en Sothebys, 16 obras tuvieron garantías de empresas. Cuarenta y nueve de los 82 lotes en la venta de Christies, el miércoles, tuvieron precios mínimos garantizados. Dieciocho de los 35 lotes del lunes estuvieron garantizados, incluyendo un Picasso que se vendió por US$ 179,4 millones, el mayor precio que se ha pagado hasta ahora en una subasta.

No solo hubo ofertas en el salón, sino también vía telefónica desde Rusia, países de América Latina, Corea del Sur y China.

Picasso superó a todos con US$ 179,4 millones.

Una obra tardía de Pablo Picasso, vendida por US$ 179,36 millones , y una pieza de Alberto Giacometti, por US$ 141,28 millones, se convirtieron en la pintura y en la escultura más caras jamás subastadas y protagonizaron, en una dulce noche para Christies, la subasta del año en Nueva York.

La casa de subastas londinense diseñó Looking forward to the past (así denominó la sesión) para pulverizar récords, y lo consiguió al ensalzar a la pintura Les femmes dAlger (Version O), de Pablo Picasso, como la obra de arte con el mayor precio alcanzado en una noche de subastas. Esta obra de madurez de Picasso confirmó la burbuja del arte al revalorizarse, después de ser subastada en 1997 por US$ 32 millones, hasta superar el precio de Tres estudios de LucianFreud, de Francis Bacon, tríptico que se subastó en 2013 por US$ 142,4 millones que hasta ahora marcaban el récord en pintura.

Los aplausos al sonido del martillo redondearon una bonita puja entre varios compradores que empezó, entre suspiros, con un precio de partida de 100 millones de dólares y que, tras unos largos once minutos de tanteo, consiguió superar de lejos la marca de Bacon.

La mayoría de los asistentes corrió a la salida a ver y fotografiar el cuadro en su noche histórica.

La obra, realizada por el pintor español en 1955 y con unas dimensiones de 114 por 156,4 centímetros, es la culminación de una serie de 15 cuadros con los que revisó en clave cubista el cuadro del mismo título del artista francés Eugène Delacroix, que le llegó a obsesionar y en el que creía ver a la última de sus mujeres, Jacqueline Roque.

Les femmes dAlger (Version O) también es, como el de Bacon, un diálogo entre dos artistas (Picasso y Delacroix) o incluso tres, puesto que es "una especie de respuesta a la muerte de Matisse, su amigo y rival", que sucedió en noviembre de 1954, explicó a Efe Ana María Celis, del departamento de arte contemporáneo de Christies.

Subastó, además otras dos obras de Picasso, Buste de femme (Femme à la résille) por USS 67,36 millones, y Femme assise (Dora Maar), por US$ 4,3 millones, con lo que el pintor malagueño vivió una noche de oro al reunir, con solo tres obras, US$ 251 millones. EFE

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La obra de Picaso estableció un nuevo récord de US$ 179,4 millones. Foto: EFE.

Subasta en Nueva York superó US$ 1.000 millones

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