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Argentina quedó paralizada

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Sindicatos argentinos del transporte paralizaron ayer Argentina con una huelga para exigir menos retenciones fiscales a los trabajadores, a menos de siete meses de los comicios presidenciales para elegir al sucesor de Cristina Fernández.

El paro fue convocado por una alianza de gremios del transporte a los que se sumó la facción opositora de la Central General de Trabajadores (CGT), liderada por Hugo Moyano, un exaliado del kirchnerismo y convertido en uno de sus más acérrimos adversarios, y afectó también a otros sectores, como la banca. Los gremios exigen modificar el impuesto a las Ganancias, aplicado a salarios superiores a los 15.000 pesos mensuales (1.700 dólares), un reclamo al que se opone el Gobierno con el argumento de que solo afecta "al 10 % de los trabajadores" mejor pagados.

"El paro fue contundente", afirmó en rueda de prensa Moyano, quien pidió que la huelga "sea interpretada por quienes deben dar respuesta legítima a estos reclamos legítimos".

En tanto, Luis Barrionuevo, de la facción Azul y Blanca de la CGT, advirtió la intención de los sindicatos de mantener el "plan de lucha" y planteó la posibilidad de una huelga de 36 horas con una movilización en la Plaza de Mayo de Buenos Aires "para que se entienda que hay que atender a los problemas de los trabajadores". Por su parte, el Gobierno criticó el paro y consideró que solo es un reclamo del 10 % de los trabajadores formales, alcanzados por el impuesto a las Ganancias sobre los salarios.

"No estoy enojada porque si no hubiera habido huelga de transporte, como lo que realmente fue, no hubiera habido paro nacional. Lo saben todos", dijo la presidenta argentina, Cristina Fernández.

"Hubieran ido todos a trabajar, inclusive aquellos que integran ese pequeño 10 % que aporta solidariamente al resto de los compañeros trabajadores formales e informales", indicó la mandataria argentina.

En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, transmitido por cadena nacional, Fernández criticó duramente a las centrales sindicales opositoras que convocaron a la huelga.

"Como decía Evita (Perón), le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron, que a los oligarcas", afirmó la jefa de Estado ante un colmado estadio polideportivo.

"Que los trabajadores que están mejor pagos no le permitan al otro 90 % ir a trabajar eso no me da orgullo. Siento mucha vergüenza como argentina que estas cosas sucedan en nuestra patria porque estamos perjudicando a muchos argentinos y no es justo", añadió.

Para la mandataria, el paro no tuvo que ver con "reivindicaciones obreras", sino "de oposición".

La medida de fuerza se hizo sentir en sitios clave, como el Aeroparque porteño, que no operó, y todos sus vuelos domésticos y regionales fueron reprogramados, en tanto en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza una veintena corrieron la misma suerte o se desviaron a Montevideo.

"No estoy enojada porque si no hubiera habido huelga de transporte, como lo que realmente fue, no hubiera habido paro nacional. Lo saben todos. Hubieran ido todos a trabajar, inclusive aquellos que integran ese pequeño 10 % que aporta solidariamente al resto de los compañeros trabajadores formales e informales", dijo la mandataria.

En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, transmitido por cadena nacional, Fernández criticó duramente a las centrales sindicales opositoras que convocaron a la huelga para exigir un cambio en el impuesto a las Ganancias que pesa sobre los salarios de un décimo de los trabajadores formales de Argentina. Según la presidenta, "cuando los que lograron un trabajo mejor remunerado se olvidan de los que todavía están fuera del trabajo o no ganan lo suficiente, entonces hacen un paro porque tal vez tengan que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros".

"Como decía Evita (Perón), le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron que a los oligarcas", afirmó la jefa de Estado ante un colmado estadio polideportivo.

Fernández acusó a los líderes sindicales que llamaron a la huelga de olvidarse de los logros obtenidos por los trabajadores en los últimos años.

"Que los trabajadores que están mejor pagos no le permitan al otro 90 % ir a trabajar, eso no me da orgullo. Siento mucha vergüenza como argentina que estas cosas sucedan en nuestra patria porque estamos perjudicando a muchos argentinos y no es justo", sostuvo. Para la mandataria, el paro no tuvo que ver con "reivindicaciones obreras", sino "de oposición".

"Todo el mundo tiene derecho a ser opositor, hasta un dirigente sindical. Pero no de ir a presionar a un gobierno", dijo Fernández, quien consideró que los dirigentes sindicales "deben presentarse a elecciones pero no llevar a actitudes que le hacen mucho mal a los trabajadores".

La presidenta aseguró que tiene "espaldas" para "bancar" (aguantar) este tipo de medidas de fuerza, que hoy paralizó la actividad en todo el país y que para los gremios convocantes tuvo un nivel de adhesión contundente.

Y Cristina respondió.

"No estoy enojada porque si no hubiera habido huelga de transporte, como lo que realmente fue, no hubiera habido paro nacional. Lo saben todos. Hubieran ido todos a trabajar, inclusive aquellos que integran ese pequeño 10 % que aporta solidariamente al resto de los compañeros trabajadores formales e informales", dijo la mandataria. En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, transmitido por cadena nacional, Fernández criticó duramente a los sindicatos opositores que convocaron a la huelga para exigir un cambio en el impuesto a las Ganancias que pesa sobre los salarios de un décimo de los trabajadores formales de Argentina.

Según la presidenta, "cuando los que lograron un trabajo mejor remunerado se olvidan de los que todavía están fuera del trabajo o no ganan lo suficiente, entonces hacen un paro porque tal vez tengan que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros".

"Como decía Evita (Perón), le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron que a los oligarcas", afirmó la mandataria. Fernández acusó a los líderes sindicales que llamaron a la huelga de olvidarse de los logros obtenidos por los trabajadores en los últimos años.

"Que los trabajadores que están mejor pagos no le permitan al otro 90 % ir a trabajar, eso no me da orgullo. Siento mucha vergüenza como argentina que estas cosas sucedan en nuestra patria porque estamos perjudicando a muchos argentinos y no es justo", sostuvo. Para la mandataria, el paro no tuvo que ver con "reivindicaciones obreras", sino "de oposición". "Todo el mundo tiene derecho a ser opositor, hasta un dirigente sindical. Pero no de ir a presionar a un gobierno", dijo Fernández, quien consideró que los dirigentes sindicales "deben presentarse a elecciones pero no llevar a actitudes que le hacen mucho mal a los trabajadores".

Supuestas cuentas secretas de Máximo K.

La diputada de Unión Pro, Patricia Bullrich pidió investigar si el hijo de la presidenta Cristina Fernández es cotitular de cuentas secretas en el exterior, extremo negado ayer por Máximo Kirchner. Bullrich presentó un proyecto para solicitar de forma "urgente" información sobre cuentas bancarias abiertas en EE.UU. e Irán y comparta su titularidad con la exministra Nilda Garré. "Nunca tuve, ni tengo, una cuenta en el exterior", afirmó Kirchner a radio Continental e insistió en que "la disputa es política".

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