LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

La base argentina en la Antártida registró el jueves una temperatura récord, con el día más caluroso del que se tenga registro, informaron el Servicio Meteorológico Nacional en Buenos Aires y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en Ginebra.

Al mediodía del jueves, en la base Esperanza, la temperatura alcanzó los 18,3 grados centígrados. Según el Servicio Meteorológico supera el anterior récord de 17,5 del 24 de marzo de 2015.

“Es una temperatura que no asociamos a la Antártica, ni siquiera en la temporada de verano”, comentó en Ginebra la portavoz de la OMM, Clare Nullis.

Expertos del organismo formarán un comité especial para verificar si efectivamente se trata de un nuevo récord para el continente helado. El experto de la OMM sobre Clima y Extremos Climáticos, Randal Cerveny, adelantó que “todo lo que hemos visto hasta ahora indica que probablemente se trata de un récord legítimo”.

En Greenpeace no hay duda. Se trata de un récord de temperatura “ciertamente impactantes, pero que no sorprende puesto que la Antártida se recalienta al igual que el resto del planeta”, dijo ayer Frida Bengtsson, especialista en ambiente marino de la organización.

Tras una década de récords en aumento de las temperaturas, que cerró con 2019 como el segundo año más caluroso, el 2020 comenzó con la misma tendencia. El mes pasado quedó como el enero más caluroso que se haya registrado.

Como consecuencia directa del alza de las temperaturas por la actividad humana, los dos casquetes polares, en la Antártida y en Groenlandia, han perdido 430.000 millones de toneladas de hielo por año desde 2006, con el consecuente aumento del nivel de los océanos.

Según expertos en clima de Naciones Unidas, el nivel de los mares aumentó 15 centímetros durante el siglo XX y alertan que el ritmo al que sube el nivel de las aguas seguirá acelerándose.

En la Antártida los científicos observan el glaciar Thwaites, uno de los mayores de la parte occidental del continente y de los de más difícil acceso del planeta.

Con una superficie similar a la de Gran Bretaña, su eventual hundimiento elevaría el nivel de los mares 65 centímetros, según la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites, la mayor misión conjunta de Estados Unidos y Reino Unido en la Antártida para investigar el glaciar. “A lo largo de los últimos 30 años, la cantidad de hielo desprendida del glaciar Thwaites y de los vecinos prácticamente se ha duplicado”, advirtieron los científicos.

Lo que se sabe por ahora de la Antártida es preocupante ya que la región donde se observó el récord de temperatura es la más cercana al extremo sur de Sudamérica y la que más rápido se está calentando en todo el planeta. “Hablamos mucho del Ártico, pero esta parte específica de la península antártica se está calentando muy rápido. En los últimos cincuenta años la temperatura allí ha aumentado casi 3 grados”, explicó Nullis. La mayoría de la pérdida de masa helada ocurre por derretimiento, en particular en la parte oeste del territorio, que cubre 14 millones de kilómetros cuadrados y donde las temperaturas oscilan entre -10 en las costas y -60 en las partes más altas del interior.