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Año con riesgo de turbulencias

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Operadores en Wall Street viven a diario los cambios en la economía del mundo. Foto: AFP.
NEW YORK, NY - JANUARY 02: Traders work on the floor of the New York Stock Exchange during the morning of January 2, 2015 in New York City. The market quickly surged 100 points this morning, after briefly topping 18,000 points late last month but then slipping back to approximately 17,800 points. Andrew Burton/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY == US-MARKETS-OPEN-FOR-FIRST-DAY-OF-TRADING-IN-2015
Andrew Burton/AFP

La baja volatilidad de los mercados en 2014 puede haber sido la calma antes de la tormenta. En 2015, la Reserva Federal, China y (otra vez) la eurozona son tres fuentes potenciales de tempestades financieras.

La sola anticipación de la reducción de las compras de bonos por parte de la Fed causó un shock inicial en el mundo emergente (se le conoce como "taper tantrum") en 2013, que incluyó agudas depreciaciones de las monedas en relación con el dólar y crecientes costos para pedir prestado. A medida que la Fed avanza lentamente hacia su primer incremento de tasas de interés desde 2006, los capitales pueden alejarse de las economías emergentes, derivando en monedas más débiles y costos de créditos más altos. Los países vulnerables con pesadas deudas y déficits en cuenta corriente —casos de Turquía e Indonesia— podrían tener dificultades para pagarles a sus acreedores. Eso, a la vez, podría crear tensión a los bancos que tienen gran exposición a los mercados emergentes.

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Si la Fed no desata una crisis en los mercados emergentes, China podría hacerlo. El crecimiento de la economía china se ha enlentecido, pese a una rápida expansión del crédito. La deuda total en China —pública y privada— ha crecido de poco más del 100% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2008 a 250% en la actualidad. Si bien el nivel total es modesto en relación con las economías cargadas de deudas del mundo rico, el ritmo de incremento es preocupante. Cuando el gobierno de China actuó para restringir el crecimiento del crédito, la economía se tambaleó y productos financieros pobremente construidos quedaron quebrados.

Sin embargo, una crisis china no tendría el aspecto característico de un pánico, gracias al control estatal sobre el sistema financiero y el flujo de capitales que entra y sale de la economía. En cambio, significaría precios de los inmuebles en caída y problemas para instituciones desvencijadas en el sector de banca en las sombras (intermediarios financieros que facilitan el trédito en el sistema financiero, pero no están sujetos a la regulación, como son los fondos de cobertura) de China. Un desplome de los inmuebles podría dejar a los bancos cargados de créditos incobrables y ante la imposibilidad de otorgar nuevos créditos. El crecimiento se enlentecería de manera aguda. China ha sido el motor económico más confiable del mundo durante la última década, y un enlentecimiento rápido causaría el desplome de los precios de las commodities.

Se enlentece.

Un abrupto enlentecimiento podría reforzar el creciente pesimismo hacia los mercados emergentes, causando una sequía de capitales a los largo del mundo en vías de desarrollo. Las economías emergentes resistieron al shock inicial de la reducción de compras de activos por parte de la Fed en 2013 gracias a sus sistemas financieros que maduran y a la protección provista por sus grandes reservas internacionales. Pero, también fueron sostenidas por una perspectiva de crecimiento, en general, positiva. Eso terminó. Se espera que el crecimiento a lo largo de todas las economías emergentes, tomadas como un grupo, sea más lento durante los próximos años, de lo que fue en la última década: aproximadamente 5% por año en comparación con más del 7%. Esto hará crecer el número de inversiones que dejan de ser rentables y derivarán en dificultades para algunos bancos de mercados emergentes.

Amenaza.

Si los inversores asustadizos comienzan a preocuparse porque las pérdidas abierttas de capital pueden seguir a una apretura impuesta por monedas que se deprecian, entonces podría sobrevenir el pánico total.

Sin embargo, aún esa amenaza empalidece en comparación con el daño que podría causar en la eurozona. Las condiciones se han calmado desde que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, prometió en 2012 "hacer todo lo necesario" para salvar al euro. Pero, el crecimiento débil y la caída de precios alimentan las apuestas para un nuevo pánico. Italia parece el lugar más probable donde empezaría.

En valor denominado en euros de la economía de Italia casi no ha crecido desde 2007, su carga de deuda se disparó desde poco más del 100% del PIB a 134% este año. Su endeudamiento ahora está en un nivel similar al de Grecia en 2009 cuando comenzó la crisis del euro. Los rendimientos de los bonos italianos permanecen bajos gracias, en gran medida, a la continuación de la fe en el BCE. Pero, cuanto menos capaz parezca el gobierno italiano para solucionar sus problemas presupuestales, el BCE tendrá menos margen político para comprar deuda italiana. El nerviosismo podría volver rápidamente a los mercados de bonos. La eurozona podría encontrarse armando un paquete de créditos para Italia con abundante reestructura de la deuda y un renovado compromiso alemán y del BCE con la estabilidad de la eurozona. Pero, si la factura para un rescate de Italia crece demasiado, los alemanes podrían decidir que ya fue suficiente. Nuevas dudas existenciales sobre el propio euro harían que 2015 fuera, en efecto, desagradable.

Crece confianza del consumidor en EE.UU.

La confianza del consumidor en Estados Unidos subió en diciembre, impulsada por una mejora de la situación laboral que hizo que las percepciones sobre las condiciones económicas se ubicaran en un máximo visto por última vez en febrero de 2008, según un informe del sector privado.

El grupo de la industria The Conference Board dijo que su índice de actitudes del consumidor subió a 92,6 desde una lectura revisada al alza de 91,0 del mes previo.

Economistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban una lectura de 93,0, y la cifra de noviembre había sido reportada originalmente como en 88,7.

"La confianza del consumidor repuntó modestamente en diciembre, impulsada por una evaluación considerablemente más favorable sobre las actuales condiciones económicas y del mercado laboral", comentó la directora de indicadores económicos de The Conference Board, Lynn Franco.

El subíndice de expectativas se ubicó en 88,5 en diciembre, que se compara a una lectura revisada de 89,3 en noviembre, mientras que el subíndice sobre la situación actual avanzó a 98,6 desde una cifra revisada de 93,7 en noviembre.

El subíndice sobre la situación actual está en su nivel más alto desde febrero de 2008.

El subíndice de "empleos difíciles de obtener" fue de 27,7 en diciembre, frente a 28,7 el mes previo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Operadores en Wall Street viven a diario los cambios en la economía del mundo. Foto: AFP.

economías emergentes en su conjunto tendrán crecimiento más lento,del 5%THE ECONOMIST

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