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Un año sin avances entre EE.UU. y Corea del Norte, pero con tercera cumbre en agenda

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Un apretón de manos que quedará para la historia. Foto: AFP

RELACIONES DIPLOMÁTICAS

Expertos no creen que el régimen de Pionyang renuncie a su programa nuclear.

El 12 de junio de 2018, hace hoy miércoles exactamente un año, el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el líder de Corea del Norte Kim Jong-un se vieron las caras por primera vez. Esa histórica cumbre en Singapur hacía augurar un deshielo en la última frontera de la Guerra Fría del siglo XX entre las dos Coreas. Pero, tras el fracaso de su segunda cumbre, en febrero en Vietnam, hoy lo que prevalece es el escepticismo.

Ahora se habla de un tercer encuentro. Trump anunció ayer martes que ha recibido otra “preciosa carta” de Kim. Y pese a los escasos avances para lograr que Corea del Norte desista de su programa nuclear, dijo que aún confía en Kim, quien “ha mantenido su palabra”.

“Eso es muy importante para mí”, señaló, aunque no divulgó el contenido de la carta.

El mandatario ha calificado de “preciosas” cartas previas de Kim e incluso ha señalado que ambos se han “enamorado”.

También ayer martes el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmó que es “totalmente posible” una tercera cumbre entre Trump y Kim. “Estamos listos cuando ellos estén listos”, dijo Bolton en una conferencia organizada por el diario The Wall Street Journal.

Corea del Norte lanzó el pasado mes de mayo varios misiles balísticos de corto alcance, en pruebas que fueron supervisadas por Kim.

Kim Jong-un: anunció el cese de las pruebas con misiles antes de sostener las reuniones con los presidentes Moon Jae-in y Donald Trump. Foto: EFE
Kim Jong-un en una de las pruebas de misiles balísticos. Foto: EFE

Eran las primeras pruebas con misiles desde que quedaron colapsadas las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte para la desnuclearización de la península coreana a raíz de la fracasada cumbre de Vietnam de finales de febrero.

A su vez, las tensiones han aumentado desde que Estados Unidos decidiera requisar recientemente un carguero norcoreano al que acusa de violar las sanciones impuestas sobre el régimen por sus pruebas de misiles.

El contacto entre ambos países ha sido mínimo desde febrero y Estados Unidos no ha recibido respuesta a su oferta de reanudar las negociaciones al nivel de sus equipos de trabajo, según el diario The Washington Post.

La pasada semana, Corea del Norte volvió a instar a Estados Unidos a que modifique su postura en el diálogo sobre desnuclearización para poder retomar las negociaciones y advirtió que de no hacerlo comprometería lo que ambos países acordaron en su cumbre de Singapur de hace un año.

Antes del segundo encuentro de Vietnam, Estados Unidos y Corea del Norte estuvieron semanas negociando una declaración conjunta para dar seguimiento a la suscrita en la histórica cumbre de Singapur, en la que planeaban incluir ciertos avances en materia de desnuclearización a cambio de un modesto relajamiento de las sanciones económicas de Washington.

Donald Trumop y Kim Jong-un. Foto: AFP
Donald Trumop y Kim Jong-un el 27 de febrero en Hanoi. Foto: AFP

Se rumoreaba, además, que Trump y Kim podrían firmar una declaración de paz en la península coreana, un documento no vinculante pero que habría tenido un peso simbólico claro en una región que sigue técnicamente en guerra tras el armisticio de 1953.

La cumbre de Vietnam concluyó antes de lo previsto cuando Trump decidió levantarse de la mesa de negociación ante los escasos avances para alcanzar un compromiso por parte de Pionyang.

“Tras la cumbre de Singapur, asistimos a un torbellino de expectativas totalmente irrealistas, casi cómicas”, declaró a AFP el historiador ruso Andrei Lankov, profesor en la universidad Kookmin de Seúl. “Y luego, lo que era evidente se tornó claro, y es que los norcoreanos no iban a entregar sus armas nucleares”, agregó. “Con cero avances en los diálogos nucleares, dirías que la situación actual no responde a las expectativas”, declaró por su parte Go Myong-hyun, analista en el Instituto Asan. “Pasamos de algo que se parecía al optimismo y a la esperanza a la incertidumbre”, apuntó Harry Kazianis, del grupo de reflexión Center for the National Interest.

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