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Un aniversario bajo amenaza

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Manifestaciones en Europa

La grandeza de la Unión Europea, al cumplir 60 años, enfrenta problemas y riesgos por terrorismo, desempleo, disparidad económica y división regional.

El ataque terrorista en Londres, con su combinación de muertes al azar y de fuerte simbolismo a raíz del Parlamento cerrado, surge en un año electoral importante en países europeos cruciales, así como en un momento de angustia ante el ascenso del populismo, la migración y la integración de los musulmanes.

Con elecciones en Francia, Alemania y posiblemente Italia, los analistas se preguntan desde hace tiempo si un acto de terrorismo puede alterar la dinámica electoral e impulsar la más amplia narrativa de una "Europa en crisis" que hace ascender a partidos de extrema derecha a lo largo del continente.

"Esto tendrá un eco en Francia y Alemania", indicó Mark Leonard, director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "Se convierte en parte de un esquema. Es otro eslabón de la cadena".

Pero, si es un eco, puede ser débil. Muchos votantes europeos, ansiosos pero también cada vez más acostumbrados, esencialmente incluyen el costo del terrorismo entre los riesgos, al menos cuando ocurre fuera de sus propias fronteras y cuando hay un número bajo de víctimas. No se considera probable que un ataque como el ocurrido en Londres cambie el terreno político.

"Esto conecta a Londres con París, Niza, Berlín y Bruselas, en el contexto del espacio político en el que nos encontramos", sostuvo Robin Niblett, director de Chatham House, al disparar la lista de capitales europeas que han sido desgarradas en los últimos dos años. Mientras un ataque terrorista puede alimentar la postura de una minoría, "políticamente también puede unir a las personas en un tiempo en el que estamos en permanente riesgo de fragmentación", señaló.

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Problemas.

Unidad es lo que los líderes de la Unión Europea (UE) enfatizaron ayer al congregarse en Roma para la celebración del 60° aniversario del bloque. Pero, el ataque en Londres es un recuerdo de otro problema que se agrega a la lista: está pendiente la salida del Reino Unido del bloque, y hay divisiones regionales, disparidad económica, desempleo, sentimiento antieuropeo y el terrorismo.

Si bien las consecuencias de otro ataque a gran escala en un país que va a votar todavía pueden ser dramáticas, la capacidad de los islamistas radicales para organizar asaltos de esa magnitud parece haber disminuido de manera aguda. Al igual que los votantes, la policía y las autoridades de contrainteligencia también se acostumbran a la amenaza y por eso, han fortalecido el seguimiento y los controles fronterizos en muchas partes de Europa.

Mientras los investigadores británicos buscaban pruebas que puedan vincular a este atacante solitario a una red más grande, los europeos parecían especialmente endurecidos ante los ataques terroristas como el de Londres, que no fue sofisticado, aunque casi imposible de impedir, con un saldo de muertos menor a los perpetrados en París, en enero y noviembre de 2015 y lejano al caos desatado por aquellas acciones. El ataque en Londres pone en evidencia que Occidente siempre será vulnerable. Los medios usados son comunes y están a disposición en todos lados; los objetivos fueron lugares de alto perfil y las víctimas, civiles de diez nacionalidades que desarrollaban su vida diaria. Para eso, las urnas electorales no pueden dar un remedio.

"Aquí, la gente sabe que es un problema internacional", dijo François Heisbourg, asesor de la Fundación Francesa de Investigación Estratégica, institución con sede en París. "Me provocaría gran sorpresa si esto fuera a tener un efecto significativo en la campaña electoral francesa".

Hasta Marine Le Pen, candidata a la presidencia de Francia por el Frente Nacional, de extrema derecha, dijo poco sobre el ataque en Londres, aunque una de las promesas destacadas de su campaña es "volver a poner a Francia en orden".

"Otra vez, el terrorismo golpea en el corazón de Europa, en una capital europea donde entre las víctimas hay jóvenes franceses", expresó en una entrevista relativamente suave en el diario Le Figaro. "Este es un recuerdo cruel de que el terrorismo es una amenaza diaria".

Sin embargo, la retórica en Europea se mantiene generalmente incendiaria, debido a que los problemas acechan. Pocas horas antes del ataque en Londres, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, emitió una advertencia extraña a las naciones de Occidente que han criticado a su gobierno. "Si continúan comportándose como hasta ahora, mañana en ninguna parte del mundo, ningún europeo ni occidental podrá caminar por las calles en paz y con seguridad", indicó.

Resulta difícil descifrar lo que quiso decir, pero de manera reiterada ha amenazado romper un acuerdo con la UE por el cual ha restringido el flujo de migrantes de Medio Oriente a Europa.

Esa migración —a veces erróneamente, a veces no—, ha sido vinculado a ataques terroristas prominentes en capitales europeas, que han sido intercalados con otros numerosos y de mucho menor alcance en localidades y ciudades más pequeñas, incluyendo a Alemania y Francia.

Muchos agresores, como Khalid Masood, de 52 años, que tenía una larga historia delictiva, pero ningún procesamiento por terrorismo, han crecido en los propios países, aunque si bien influenciados desde el exterior, particularmente por el Estado Islámico. Sin duda, el grupo que calificó al atacante de Londres como uno de sus soldados, tenía interés de montar un ataque en Gran Bretaña desde hace al menos dos años.

Inseguridad.

Los británicos han señalado en público que frustraron trece planes de atentados desde julio de 2013, cuando el soldado Lee Rigby fue atropellado por un vehículo y luego acuchillado hasta morir por musulmanes británicos conversos. Los británicos revelaron que al menos dos de los planes frustrados eran de gran escala. Sin embargo, organizar ataques grandes aparentemente resulta difícil en Gran Bretaña, que tiene controles fronterizos más fuertes que en la mayor parte de Europa y leyes de armas estrictas. Gran Bretaña también es conocida por su buen trabajo de contraterrorismo.

"Tengo cierto recelo de decir que esto refleja el enorme éxito de las autoridades", dijo Raffello Pantucci, director de estudios de seguridad internacional en el Royal United Institute Services. "Pero, el hecho es que hemos visto cómo los complotados en el Reino Unido han enfrentado muchas dificultades para tener acceso a armas y encontrar otros medios".

Un ataque como el ocurrido el miércoles pasado, con un vehículo y un cuchillo, es casi imposible de prevenir. Si bien el simbolismo es muy fuerte, el número de muertos fue bajo y el ataque no pudo provocar una sensación perdurable de que la seguridad se cae a pedazos, más allá del primer día caótico, especialmente cuando se ve desde un continente que se encuentra hastiado del terrorismo.

Christoph Schult, analista del diario Der Spiegel, en Berlín, apuntó que los alemanes reaccionaron con sorprendente calma al gran ataque cometido en una feria de Navidad, en Berlín, en diciembre pasado. "La vida volvió a la normalidad, en gran medida, en un día", dijo. "Por tanto, un incidente como el de Londres, tiene poca probabilidad de crear una sensación adicional de inseguridad. Si bien la gente se siente insegura por el terrorismo y puede vincularlo a la crisis de los refugiados, creen que el gobierno actúa bien y que es poco lo que se puede hacer ante algunos fanáticos que hay en el mundo.

Ratifican el compromiso asumido en la fundación.

"Europa es nuestro futuro común", proclama la declaración que firmaron ayer los 27 gobernantes de la UE, en Roma. Es el mismo cierre que tiene el texto firmado hace 60 años. Los líderes arremeten contra las "tensiones nacionalistas", según el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni (foto), los riesgos de una Europa cada vez más dividida en asuntos como la migración, la economía y terrorismo y con el desafío que genera el auge de partidos populistas. Quieren "una Europa segura y protegida, con fronteras exteriores protegidas y una política migratoria eficaz", así como que sea "fuerte en la escena mundial" y dispuesta a "asumir más responsabilidades". Abren la puerta a "avanzar a diferentes velocidades e intensidad donde sea necesario". La canciller de Alemania, Angela Merkel destacó que se comprometen "a luchar decididamente contra el desempleo juvenil".

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VIDEOTHE NEW YORK TIMES

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