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Analizan ordenación de hombres casados donde faltan sacerdotes

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Río Caraparu. Foto: Reuters.
Paulo Santos

RELIGIÓN

Vaticano abre paso histórico en caso de Amazonia, y podría aplicarse a otras zonas aisladas

Un documento del Vaticano plantea que la Iglesia debería considerar ordenar sacerdotes a hombres mayores casados en áreas remotas de la Amazonia, un cambio histórico que algunos dicen podría allanar el camino para su uso en otras zonas donde el clero es escaso.

La recomendación está incluida en un documento de trabajo preparado por el Vaticano para ser debatido durante el Sínodo de Obispos sobre la Amazonia que se celebrará del 6 al 26 de octubre en el Vaticano con la presencia del papa Francisco.

Se trata de una apertura inédita en la historia de la Iglesia y que ha sido planteada por algunos religiosos de esta enorme región selvática de Sudamérica en un documento oficial de trabajo sobre el tema, el Instumentum laboris.

El documento, divulgado ayer lunes por la oficina de prensa del Vaticano, que lleva el título Amazonia: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, fue publica-do en tres idiomas (español, italiano y portugués) y está compuesto por 147 puntos di-vididos en 21 capítulos y tres partes.

“El celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable”, reza el documento.

Se trata de debatir en sustancia sobre el celibato, instituido a partir del siglo X y que implica la obligación para los sacerdotes a permanecer castos.

El documento pide también algún tipo de “ministerio oficial” para las mujeres de la zona de la Amazonia.

Es la mención más directa en un documento del Vaticano acerca de la posibilidad de un sacerdocio de casados, aunque limitado, y de un mayor papel pastoral para las mujeres.

El documento se refiere a la posibilidad de ordenar lo que se conoce como “viri probati” -hombres de carácter probado en latín- para hacer frente a la escasez de sacerdotes.

Solo los sacerdotes pueden decir misa u oír confesiones, lo que significa que los católicos de las comunidades aisladas de la Amazonia pueden pasar meses sin participar en ninguno de los dos sacramentos.

Monseñor Fabio Fabene, subsecretario del departamento del Vaticano que organiza los sínodos, dijo a Reuters que en las respuestas a los cuestionarios entregados a los obispos en la región hubo solicitudes “muy amplias” para que se considere la posibilidad de incluir a los “viri probati”.

Algunos eruditos católicos opinan que la aprobación del ‘viri probati’ en la Amazonia podría allanar el camino para su uso en otras partes del mundo como respuesta a la escasez de sacerdotes.

En una entrevista con un periódico alemán en 2017, el papa Francisco dijo que estaba dispuesto a considerar la ordenación de “viri probati” como sacerdotes en comunidades aisladas. También mencionó la posibilidad en remotas islas del Pacífico.

No obstante, descartó abrir el sacerdocio de forma generalizada a todos los hombres casados o diluir el compromiso de la Iglesia católica con el celibato, considerado como una virtud que libera a los sacerdotes para que dediquen sus vidas plenamente al servicio de Dios.

Pero hay miles de ejemplos de curas casados a quienes la Iglesia, en una suerte de silencio administrativo, ha dejado seguir adelante con muchas de sus funciones siempre que hubiese una comunidad que les aceptase, recordó ayer el diario El País de Madrid. Estos curas forman parte de la Federación Internacional de Curas Católicos Casados (FICCC), que agrupa a unas 90.000 personas de 34 países de cuatro continentes. Solo en España se calcula que hay unos 6.500 (la mayoría procedentes de otros ritos), agregó el diario madrileño.

Menos sacerdotes

En todo el mundo faltan sacerdotes. La tendencia a la disminución, según el anuario estadístico del Vaticano, comienza en 2014: a finales de 2016 había 414.969 sacerdotes católicos en todo el mundo, mientras en 2014 había 415.792.

Lo mismo sucede con las vocaciones, que según la Santa Sede han caído en un 3,1% desde 2010 a 2017

El sínodo que se celebrará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano incluirá a obispos y otros representantes, incluyendo de pueblos indígenas de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y Guayana Francesa, los países que abarca la región de la Amazonia.

El sínodo busca dar respuestas “al sufrimiento profundo de las comunidades indígenas y que no tienen acceso por meses o nunca a los sacramentos, como la comunión”, explicó monseñor Fabene.

Con este debate histórico para la iglesia, Francisco quiere dar una respuesta ante lo que llama “la ecología integral”, que tiene en cuenta “el clamor de la tierra y de los pobres”.

En el texto, basado en cuestionarios a los religiosos de la región, aparece también la preocupación y alarma por los graves problemas que afectan la Amazonia como la devastación de su territorio por grandes empresas, la corrupción, la inmigración hacia las ciudades, el abandono de los indígenas.

Para consultar al “pueblo de Dios en la Amazonia”, han sido escuchadas las comunidades católicas varios países sudamericanos.

La Amazonia tiene 7,8 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales 5,3 millones de kilómetros están cubiertos por bosques tropicales.

Un tema tabú sobre la mesa

La ordenación sacerdotal de hombres casados para poder garantizar los sacramentos en las zonas más aisladas ha sido un tiempo tabú en la Iglesia católica.

El jesuita argentino Humberto Miguel Yáñez, profesor titular de teología moral de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, confirmó a EFE que, aunque el tema se debatió ya incluso en el Concilio Vaticano II, “es la primera vez que se habla de manera tan explícita y aparece como forma de propuesta” en un documento. “El papa Francisco ha abierto los canales de escucha donde aparecen cuestiones que ya estaban, pero no se escuchaban”, agregó Yañez, quien destacó que no se trata de abolir el celibato porque “la excepción a la regla no quiere decir abolir”.

En el documento Instrumentos Laboris la Iglesia se ha cuidado mucho que no aparezca el termino “viri probati”, los hombres de fe comprobada que pueden ser ordenadas y cuya figura se remontaría a los primeros cristianos, ya que en otras ocasiones se desestimó que pudiera ser aprobado.

Para el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, el documento no utiliza ese término porque “se ha convertido casi en un mito” y se ha “abusado de la expresión”.

En el Sínodo sobre la Eucaristía de 2005, en un documento se resaltó la “preocupante” escasez de sacerdotes, pero los obispos consideraron que el de los sacerdotes casados era “un camino” que no se podía “recorrer”.

No se trata de un debate sobre el celibato opcional. Esto lo ha dejado claro la Iglesia en numerosas ocasiones y el papa en persona. Pero Francisco ya se refirió a la posibilidad, actualmente en estudio, de que los “viri probati” puedan ser ordenados solo en sitios muy lejanos, como las islas del Pacífico o la Amazonia, donde faltan sacerdotes.

El cardenal guineano Robert Sarah, representante del ala más conservadora de la Iglesia, ya expresó recientemente que la ordenación de los llamados “viri probati” es una “violación a la tradición apostólica”. Ahora se reabrirá el debate.

MÁS

Amazonia, un tema para los obispos en octubre

La Iglesia tiene “la oportunidad histórica de diferenciarse netamente de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos”: así se lee en el documento de trabajo del próximo Sínodo de los obispos en el que se abordarán los problemas de la Amazonia.

El Instrumentos laboris, el documento que sirve para debatir en cada Sínodo y en el que se recogen los informes y cuestionarios realizados durante la preparación de esta asamblea de obispos, que en esta ocasión se celebrará del 6 al 27 de octubre, fue presentado ayer lunes en el Vaticano. “La Amazonia clama por una respuesta concreta y reconciliadora”, se lee en este documento en el que sobre todo la Iglesia espera “reaccionar responsablemente ante la situación global de injusticia, pobreza, desigualdad, violencia y exclusión” en la región.

El territorio de la Amazonia, que comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa, representa el 40% del área de bosque tropical global, del 10 al 15% de la biodiversidad terrestre y almacena entre 150.000 y 200.000 millones de toneladas de carbono cada año.

Una zona que está amenazada, ante lo que la Iglesia debe “levantar la voz”, se expone en el documento del Sínodo que lleva el lema La Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

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