Las mañas de los políticos tucumanos para intentar sacar una ventaja electoral no se agotaron durante la escandalosa jornada comicial del último domingo, que estuvo signada por el clientelismo, los hechos de violencia y las denuncias de fraude.

Entre el martes y ayer, los gendarmes que custodian la sede de la Junta Electoral Provincial (JEP) secuestraron miles de votos que fiscales de distintas agrupaciones políticas, tanto del oficialismo como de la oposición, quisieron ingresar al recinto donde se realiza el escrutinio definitivo con presuntos fines fraudulentos. Así lo confirmó a la prensa el secretario del órgano encargado de controlar los comicios, Darío Almaraz, quien aclaró que los fiscales implicados fueron expulsados y se les prohibió el acceso definitivamente.

El funcionario dijo que por la gran cantidad de fiscales que fueron acreditados, el escrutinio definitivo se realiza de manera lenta y obliga a la Junta a extremar cuidados para evitar que se cometan irregularidades. "Nos encontramos con varios fiscales que entre ayer y hoy (por ayer) quisieron entrar con miles de boletas de sufragio al lugar donde se hace el escrutinio definitivo. El riesgo es que esos votos sueltos puedan ser arrojados, en algún tumulto o descuido, en las mesas de escrutinio, lo que puede sembrar confusiones y discusiones acerca de por qué había boletas ahí, cuando en realidad deben estar dentro de las urnas", explicó Almaraz.

El secretario de la JEP sostuvo que los dirigentes involucrados dieron explicaciones inverosímiles sobre el incidente. "Algunos dijeron que se trató de un error involuntario y otros dijeron que no se dieron cuenta de que habían llevado votos sueltos junto con sus documentos y planillas", detalló.

Según el último reporte emitido por la JEP, escrutadas 24 de las 641 mesas que no fueron tenidas en cuenta durante el recuento provisorio, en la categoría gobernador, el opositor Acuerdo para el Bicentenario obtiene el 73,92% de los votos contra un 17% del Frente para la Victoria. 

Elecciones 2015