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Abusos: el Papa recibe a otro grupo de víctimas

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Papa Francisco: prepara una profunda reforma de la iglesia chilena. Foto: AFP

LOS ABUSOS EN LA IGLESIA DE CHILE

Siguen las investigaciones en la Iglesia de Chile; 14 curas fueron suspendidos por nuevas denuncias.

El papa Francisco mantiene sus ojos puestos en el clero de Chile. Tras reunirse con tres víctimas directas del cura pedófilo Fernando Karadima y citar a Roma a todos los obispos chilenos, el Papa se reunirá ahora con siete sacerdotes y dos laicos que también padecieron abusos.

"La mayoría de nosotros fuimos víctimas del sistema abusivo que se practicaba cuando participábamos en la parroquia del Sagrado Corazón de Providencia", llamada El Bosque, de la cual Karadima fue su máximo jerarca por varias décadas, dijeron en una declaración pública quienes se reunirán con el papa en junio.

Desde la iglesia de El Bosque, Karadima ejercía una gran influencia sobre la alta sociedad chilena y el clero, donde se le destaca como formador de varios obispos y sacerdotes.

Otros miembros del grupo que viajará a Roma entre el 1 y el 3 de junio, colaboraron en los procesos de acompañamiento y cercanía con los tres denunciantes de Karadima: James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, a quienes Francisco recibió ya en Roma al inicio de su ronda de entrevistas.

"Los nueve esperamos que nuestra experiencia pueda servir también para dar voz a muchos otros que han sufrido abusos o han acompañado a personas abusadas", agrega la declaración pública, que se dio a conocer un día después que la Iglesia católica chilena informara de la suspensión de 14 sacerdotes de la ciudad de Rancagua por cometer supuestos delitos sexuales.

La Santa Sede abrió una profunda investigación tras las denuncias en contra del obispo Juan Barros, a quien se le acusa de encubrir los crímenes de Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores de edad en los años 1980 y 1990.

Desde ahí ha puesto sus ojos sobre toda la Iglesia católica chilena, donde habría existido una estructura de poder que habría posibilitado la sucesión de abusos.

"Es una tema de estructura del poder que ha permitido todos estos abusos. El Papa constató de que había un problema en la Iglesia chilena, una crisis", explicó Eugenio de la Fuente, uno de los sacerdotes que serán recibidos por el Papa.

¿Por qué ahora?

Si bien los abusos de Karadima ocurrieron hace casi dos décadas y ya fue condenado por el Vaticano, es él quien desencadenó esta crisis en la Iglesia.

Los chilenos Cruz, Hamilton y Murillo ayer en la sede de la prensa extranjera en Roma. Foto: AFP
Los chilenos Cruz, Hamilton y Murillo, víctimas del cura Fernando Karadima. Foto: AFP

Barros —nombrado en el cargo por el propio Francisco tras las denuncias de abusos de Karadima— fue acusado de encubrirlo, y eso empañó la visita del pontífice en enero a Chile. Barros participó de todos los actos públicos y el propio Francisco lo defendió públicamente, señalando que no había "ninguna prueba en su contra".

Una vez en Roma y tras el revuelo generado por el apoyo que le dio a Barros, el Papa envió a Chile al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, para investigar directamente las denuncias de encubrimiento.

Después de leer su informe, Francisco citó a todos los obispos a Roma y reconoció haber "incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada".

"Las circunstancias históricas nos han llevado a este momento y nos sorprende. En 20 años no me imaginé nunca que iba a estar con ustedes dándoles esta entrevista", dijo el sacerdote Francisco Javier Astaburuaga, quien por dos décadas acompañó a las víctimas de Karadima.

Tras ser recibidos la semana pasada por el Papa en el Vaticano, los 34 obispos chilenos pusieron sus cargos a disposición de Francisco, aunque una vez que llegaron a Chile aclararon que se mantenían en sus funciones.

Más investigados.

A todo esto se agregó ayer el caso de la diócesis de la ciudad chilena de Rancagua, que anunció la suspensión de 14 de sus sacerdotes por estar presuntamente involucrados en delitos de abuso sexual. El caso saltó por un reportaje del Canal 13 de Chile, que dio cuenta de abusos sexuales por parte de un grupo de prelados de esa ciudad, ubicada 90 kilómetros al sur de Santiago. Todos ellos pertenecerían a una cofradía llamada La Familia.

"Se ha restringido de su ministerio sacerdotal a 14 sacerdotes. Lo que significa que se ha tomado conocimiento, fundamentalmente por lo expuesto en los medios de comunicación de que estos sacerdotes han incurrido en acciones que pueden constituir delitos tanto en el ámbito civil como canónico", precisó el presbítero Marcelo Lorca, hablando en nombre del obispo de Rancagua, Alejandro Goic.

En el reportaje de Canal 13, el sacerdote Luis Rubio fue entrevistado por las imágenes de fuerte contenido sexual que enviaba a menores y que él mismo admitió al ser confrontado por el periodista.

Ante ello, la diócesis de Rancagua precisó que desde el momento en que se tomó conocimiento de la denuncia que hay en su contra, en 2013, este cura no ejerce ninguna función en la Iglesia y que él presentó su dimisión al diaconado, estando todos sus antecedentes en la Santa Sede.

En el reportaje, Elisa Fernández, excoordinadora de pastoral juvenil, denunció que una docena de presbíteros integran un grupo secreto autodenominado La Familia que en los últimos años presuntamente ha cometido abusos sexuales contra menores de edad y jóvenes.

Acercamiento al régimen chino

El papa Francisco invitó ayer a los católicos a estar "espiritualmente unidos a todos los fieles que viven en China", en un contexto en el que la Santa Sede intenta acercarse al régimen comunista chino, con quien no tiene relaciones diplomáticas desde 1951. Este llamado tuvo lugar con motivo del 24 de mayo, día internacional de la oración con los católicos de China instaurado en 2011. En este día, la Virgen es especialmente venerada en el santuario de Sheshan en Shanghái, China. El Vaticano intenta, entre dificultades, concluir un acuerdo histórico con la China comunista sobre la espinosa cuestión del nombramiento de los obispos.

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