Un duro cruce de acusaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina reflejó ayer el hielo en las relaciones, mientras Amnistía Internacional responsabilizó al Estado judío de "crímenes ilegales de palestinos" en Jerusalén Este y Cisjordania.
En Ginebra, en la Asamblea de los Derecho del Hombre de la ONU, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, señaló a Israel como el responsable de la "explosión de violencia" en la región.
La réplica israelí fue inmediata al denunciar la "propaganda e instigación" de parte del líder palestino. "Protéjannos, necesitamos de ustedes", dijo Abbas pidiendo a la ONU y al Consejo de Seguridad establecer un "régimen especial para la protección internacional del pueblo palestino, inmediata y urgentemente". "Lo que temíamos sucedió y a causa de la ocupación y las prácticas de Israel, la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados, Jerusalén Este incluida, es la peor y más crítica de 1948", agregó.
La réplica de Israel no se hizo esperar. "Una vez más Abu Mazen (Abbas) elige la vía de la propaganda y la instigación, en lugar de la del diálogo propuesto por Israel", dijo Emanuel Nahshon, portavoz de la cancillería israelí en respuesta a las acusaciones.
El líder palestino acusa a Israel de la ola de violencia