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Viejo cine busca proyectarse

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Décadas atrás, niños aprendían de cine en la histórica Sala Pocitos. Foto: Archivo El País
Nota a niños haciendo cine en Cinemateca, 19781211, sobre 24304, Coleccion Caruso, Archivo El País
Archivo El País

La Sala Pocitos, ubicada en el barrio que le da nombre, y que es el más poblado de Montevideo, es el cine en actividad más antiguo de Montevideo: este año cumple 95 años.

Sus responsables realizaron mejoras con el fin de que este complejo —que además de la sala incluye uno de los más importantes videoclubes del país, una escuela de cine y una distribuidora—, vuelva a posicionar al ex Cine Pocitos como un lugar de referencia cultural en el barrio.

Para ello se cambió el proyector, el sonido y las butacas y prevén otras medidas para atraer más público al lugar. La sala volvió a realizar estrenos con un perfil definido: películas uruguayas, latinoamericanas y europeas de calidad.

Desde el 2014, la programación de esta histórica sala es compartida por Cinemateca Uruguaya y la distribuidora de películas BuenCine, desde ambas instituciones sostienen que el crecimiento en la afluencia de público ya se nota pero la expectativa es que este año 2015 sea aún mayor.

BuenCine se especializa en distribuir cine uruguayo y cine independiente de calidad, y desde hace años trabaja en conjunto con Cinemateca. En septiembre de 2013, tras el fallecimiento de uno de sus propietarios —el crítico de cine Ronald Melzer—, el Video Imagen Club (también llamado VIC) de esta empresa se mudó a Cinemateca Pocitos. Desde ese momento la relación se afianzó mucho más y desde mediados del año pasado programan en conjunto la Sala Pocitos, propiedad de Cinemateca.

En este marco comenzaron a mejorar las instalaciones: primero cambiaron el proyector digital por uno HD de mejor calidad. Luego, cambiaron todas las butacas (la sala cuenta con 215), y el tercer paso realizado a fines del año pasado fue cambiar el sonido.

Desde junio del año pasado llevan adelante una programación de "gran diversidad y calidad, intentando al mismo tiempo estrenar la mayor cantidad de películas uruguayas", dijo Gabriel Massa, de BuenCine.

Entre esos estrenos se cuentan El Padre de Gardel, Entre Valles (brasileña con Daniel Hendler), El lugar del hijo y Kaplan. También se exhibieron Que extraño llamarse Federico (la última película de Ettore Scola sobre su amigo y colega Federico Fellini), Trío (Alemania), Blancanieves (España), Los insólitos peces gatos (México), Esto no es un film (Irán), El payaso (Brasil), Realiy (Italia) y Tutti i santi giorni (Italia),

Al videoclub, ubicado en la planta baja, sumaron un espacio dedicado a la venta de películas en DVD, que incluyen filmes uruguayos, clásicas e independientes.

95 AÑOS.

Este cine fue inaugurado el 3 de septiembre de 1920. Su primer nombre fue Rex Pocitos, denominación que le asociaba con el por entonces lujoso Cine Rex (actual Sala Zitarrosa). Ambos Rex pertenecían al circuito Glücksmann, según informó Álvaro Sanjurjo Toucón en el Semanario Crónicas el año pasado. Agregó que en 1939 se convirtió en el cine Pocitos, nombre que conservó hasta que en la década de 1980 pasó a ser parte de Cinemateca Uruguaya.

En los últimos años, este cine había dejado de ser sala de estrenos, exhibía filmes del repertorio de Cinemateca además de ser destinado a exhibiciones para los alumnos de la escuela de cine.

Casí había desaparecido del circulo de posibilidades culturales que manejaban los pocitenses no socios de Cinemateca, pero desde las mejoras y los estrenos la situación comenzó a cambiar y el público del barrio a crecer, con picos altos en las películas El Padre de Gardel y Que extraño llamarse Federico.

La coordinadora general de Cinemateca, María José Santacreu, dijo que "las mejoras apuntan a traer más público". Y que "es necesario un estándar de confort más elevado que antes", al que el circuito alternativo le cuesta llegar porque "tiene un producto mas difícil de vende", no cuenta con campañas internacionales de marketing y porque en el caso de Cinemateca, "carga con su archivo fílmico que las distribuidoras comerciales no tienen que mantener".

Massa y Santacreu señalaron que, a diferencia del teatro y la música, el circuito alternativo de cine no cuenta con apoyo estatal. Massa dijo que su distribuidora con perfil de cine nacional e independiente europeo y latinoamericano siempre tuvo dificultades para estrenar en el circuito comercial y que "cada vez es peor". "En la sala más antigua de la ciudad vimos una posibilidad para estrenos y una mayor oferta de este tipo de películas", concluyó.

La Formación de públicos en cine

Gabriel Massa de BuenCine y María José Santacreu de Cinemateca Uruguaya expresaron la necesidad de trabajar en la formación de públicos. "El circuito alternativo al cine comercial se ha preocupado de tratar que nuevas generaciones se puedan acercar a ver un cine distinto al de los shoppings y la televisión", dijo Massa. "Muchas veces va gente a ver cine uruguayo y dice que es lento, aburrido. Pero si estás acostumbrado a ver Transformers, una película uruguaya te parece una foto fija", dijo Santacreu.

Afirmó que las salas del circuito alternativo "forman público y de alguna manera enseñan a ver otro cine para que no te parezca tan raro que un plano dure varios minutos". Relató que en 2013 en el circuito comercial hubo 126 estrenos estadounidenses , seis franceses, uno italiano, uno alemán, los argentinas en general con Ricardo Darín "y prácticamente de ningún otro lado, ni mexicanos, brasileños o suecos".

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Décadas atrás, niños aprendían de cine en la histórica Sala Pocitos. Foto: Archivo El País

Cinemateca Pocitos, la sala más antigua en actividad, se aggiornó a los tiemposEDUARDO DELGADO

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