Entrevista con Carlos Enciso, intendente electo de Florida. 

—¿Cuáles fueron los principales temas que se plantearon en la reunión con el presidente Tabaré Vázquez? —Primero lo de destaque inicial es el ámbito institucional que generó el propio presidente con esta visita al Congreso de Intendentes.

Se abrió un ámbito interesante de relacionamiento con el Congreso, independiente de los planteos puntuales, porque hoy no era el día para las demandas. Se abordó una agenda de la región de la cuenca lechera, de una retracción en el trabajo y lo que nos preocupa es la desaceleración económica. Hay una preocupación de los intendentes por el tema del empleo y por las empresas lácteas que están cerrando. Esta preocupación es compartida por el propio presidente.

—¿Qué respuestas dio el gobierno a la crisis láctea?

—El gobierno habló de forma general de un fondo de asistencia lechera que va a ayudar a este sector por medio de un fideicomiso. Habrá un proyecto de ley que todavía está en borradores, pero no sabemos qué tiempo va a tomar para que le llegue al productor en el interior.

—¿Es grave la situación?

—Es compleja, porque aparte de los trabajadores que quedan sin empleo en la industria, afecta a los productores, porque el sector es una cadena que comienza con el ordeñe de la vaca.

—¿Qué fórmula tienen los intendentes blancos para la caminería rural?

—No es tan sencillo, la fácil sería que nos manden más recursos de los convenios ministeriales; pero es un tema de país. Nosotros no vamos a solucionar los problemas de la caminería, porque ya han desbordado los recursos y las competencias de las intendencias.

—¿Qué cambió en el relacionamiento con Vázquez si se compara con el gobierno anterior de José Mujica?

—Hay una formalidad y una prolijidad institucional mayor, respecto al seguimiento de los temas, sobre dónde hay que remitirse o la agenda en común. Lo que queda claro es que no habrá esa relación anterior de más informalidad en Anchorena. Esto va a ser más ordenado.

—¿Eso le parece bueno?

—En la medida que sea más ejecutivo no es una crítica, tal vez ayude a concretar proyectos que teníamos un poco enredados. Da la impresión que es un gobierno más ordenado. Cada presidente tiene su estilo, a uno le puede gustar lo coloquial de comer tallarines en Anchorena y charlar con él toda la tarde a agenda abierta. A otro le puede gustar más llevar una agenda y una planificación formal y es válido. Cada uno tiene su impronta, pero hay un diálogo abierto para que la gente viva mejor y eso es lo importante.

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