Publicidad

El triple homicida saldrá de la cárcel con más de 60 años

Compartir esta noticia
Pablo García reconoció los tres crímenes cometidos. Foto: R. Figueredo
Reconstruccion de homicidio de Alejandro von Graevenitz, operativo policial, chalet los picaflores, 20150516, foto Ricardo Figueredo, Maldonado
Archivo El País

La jueza penal Adriana Morosini dispuso el procesamiento y prisión del triple homicida Pablo García (33), imputándole tres delitos de "homicidio muy especialmente agravado".

La fiscal Adriana Arenas pidió la aplicación del delito previsto por el artículo 312º del Código Penal que establece una pena máxima de 30 años.

En este caso, fuentes judiciales aseguraron ayer que Pablo García saldrá de la cárcel donde le toque cumplir la pena "cuando tenga más de 60 años".

En el fuero local aseguraron que este crimen hace recordar a los cometidos en los años 90 por el asesino serial Pablo Goncálvez.

Por el doble homicidio de un armero de Montevideo y de su hija, ocurrido en Piriápolis, la justicia de Maldonado aplicó una pena de 26 años de penitenciaría. El autor de la violación y del homicidio de la niña Pamela Silva fue condenado a 22 años.

Tres fueron las víctimas que hallaron la muerte a manos de Pablo García, entre comienzos de abril y mediados de junio.

Primer crimen.

El múltiple homicida fue procesado por el asesinato de Alejandro von Graevenitz, por el delito de homicidio con el agravante de haber sido cometido "por precio o promesa remuneratoria". El mismo fija una pena mínima de 15 y una máxima de 30 años.

Fuentes del caso recordaron que el asesino serial fue el principal sospechoso investigado por la Policía a partir de la muerte ocurrida el 2 de abril pasado. Si bien Pablo García fue detenido en dos ocasiones y remitido ante el juez, presentó una coartada que lo sacó de la escena del crimen. Pero hubo, en este caso, un error pericial. El informe forense aseguraba que el homicidio se había cometido en una hora determinadas, cuando el sospechoso estaba en otro lugar con testigos. Pero de su confesión ayer en el juzgado, se comprobó que en realidad el homicidio ocurrió a otra hora, en la que García no tenía coartada.

La hermana del productor le pagó US$ 5.000 dólares por el trabajo.

Koni Silva.

El móvil de este crimen fue el último confesado por el procesado. Esto ocurrió en la noche del martes cuando llegaba a su fin una extensa jornada de interrogatorios y reconstrucciones.

El asesino dijo que ultimó a la joven de 19 años por los reiterados pedidos de cosas que ella le hizo a partir de que el homicida le admitiera la autoría de la muerte del productor de arándanos.

"Me tenés que comprar aquello", le dijo en reiteradas ocasiones Koni al asesino, según confesó éste en la sede.

Tercer crimen.

En este caso, fue procesado por "homicidio muy especialmente agravado con impulso de brutal ferocidad".

La muerte de Claudia Von Graevenitz fue de pura casualidad, cuando la mujer llegó el domingo pasado, al mediodía, al hostal de la parada 8 de Punta del Este. La discusión comenzó a partir del destino final de varios muebles que formaban parte del hostal. La misma subió de tono y generó la reacción del criminal que, con una navaja que encontró en una mesa, le aplicó puntazos y le seccionó la yugular entre otras heridas.

García llegó al hostal alrededor de las 3:00 de la madrugada del domingo 14.

El múltiple homicida tomó un taxi que lo condujo hasta el lugar. El chofer narró después que el sujeto no pagó el viaje (de unos $ 500) porque le dijo que lo habían robado mientras circulaba en su moto.

Luego se acostó a descansar de la trajinada jornada que había vivido, donde fue herido de escasa entidad de dos disparos. Además, perdió uno de los championes que tenía puesto.

La víctima llegó al lugar al mediodía del domingo de pura casualidad para llevarse unos perros que estaban allí.

La discusión se inició luego que García admitió a Von Graevenitz, la venta de un recibidor, el único mueble que la mujer no quería vender del hostal que pretendía vender. Esto motivó los reproches de la víctima. La discusión fue terminada a navajazos. El sujeto huyó del lugar en la camioneta Nissan propiedad de Claudia. Se dirigió a la zona boscosa de Chihuahua donde dejó escondido el vehículo entre unos arbustos. Luego salió caminado hacia la casa de sus padres en Ocean Park del otro lado del arroyo El Potrero.

En la casa se bañó, comió algo y se sentó pensativo al lado de la estufa.

Luego le pidió a su madre que llamara a las autoridades policiales. Iba a entregarse.

Esta vez, nadie se atribuyó el "éxito".

"Cada uno sabe qué hizo bien y qué hizo mal", sentenció el Director Nacional de Policía, Julio Guarteche. Hablaba del caso de Milvana Salomone y pretendía criticar la cobertura mediática sobre la "desaparición" de la médica.

Otra "desaparición", la de Koni Silva, ocupó a la prensa varios días después, y su búsqueda no comenzó hasta que una amiga, por Facebook, hizo un pedido de ayuda para averiguar su paradero. Pasó una semana hasta que se encontró su cadáver en una cabaña de Punta del Diablo, donde estuvo alojada con un hombre de 33 años: su asesino. La Policía de Maldonado conocía a ese sujeto desde el mes de abril, cuando fue interrogado como sospechoso por el asesinato de un productor de aránda- los. Fue dejado en libertad. No se lo investigó más. Ese "sospechoso", un mes después, acabó con la vida de Koni Silva. Fue identificado por la Policía, fue perseguido, herido de bala y "cercado" en un campo próximo a San Carlos. Sin embargo, desarmado, logró burlar el cerco, consiguió abordar un taxi (!) y se dirigió al hostal de Punta del Este donde trabajaba. Un lugar que la Policía conocía bien. En el hostal no había guardia policial. El asesino llegó y mató a la dueña del establecimiento, se cambió de ropa y se llevó su camioneta, sin que ningún efectivo lo advirtiera.

Muchas horas después, la Policía decidió montar una "ratonera" en el hostal. Allí, un agente que miró por la ventana descubrió el cadáver de la propietaria.

El asesino, en tanto, se había dirigido a la casa de sus padres. Allí tampoco había vigilancia. Como dijo Guarteche: "Cada uno sabe qué hizo bien y qué hizo mal".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Pablo García reconoció los tres crímenes cometidos. Foto: R. Figueredo

El asesinó confesó que mató a Koni porque ella lo estaba extorsionandoMARCELO GALLARDO

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Inseguridad ciudadana

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad