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"Se trata de un gigantesco y torpe fracaso"

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Luis Fleischman, consultor en temas de seguridad de Medio Oriente

Es sociólogo, especializado en Medio Oriente, ha asesorado al Congreso de Estados Unidos en cuestiones de seguridad. Nació en Montevideo, estudió en Israel y reside actualmente en Estados Unidos. Fleischman fue consultado a propósito del voto favorable de Uruguay contra Israel en la sesión del pasado 23 de diciembre en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

La resolución no tiene validez legal dado que no tiene carácter vinculante. Sin embargo, establece un desafortunado precedente.

Previas administraciones norteamericanas nunca consideraron los asentamientos mayores obstáculos para llegar a un acuerdo de paz. Es más, también ofrecieron soluciones realistas al tema. Bajo la Administración del presidente George W. Bush se estableció que los asentamientos con población judía ya bien establecida, donde el 80% de los colonos residen y que se encuentran en un territorio que es menor al 10% de la Cisjordania, son legítimos. Por el contrario, la expansión física de la presencia israelí en la Cisjordania no sería aceptable. Algo similar fue propuesto por el presidente Bill Clinton cuando presentó sus parámetros para un acuerdo de paz.

Por lo tanto, en las concepciones de Clinton y Bush se estableció una diferencia entre lugares como el Muro de los Lamentos (el lugar más sagrado para la religión judía), o los suburbios de Jerusalén (que nunca tuvieron población árabe) y los asentamientos construidos en el corazón de la población Palestina.

Sin embargo, la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no establece ninguna distinción entre ambos tipos de asentamiento. El control israelí sobre el Muro de los Lamentos o el barrio judío de la ciudad vieja de Jerusalén es considerado ilegal porque como "asentamientos" se ha definido a cada pedazo de territorio tomado durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967. Tal definición generalizada incluye también la meseta del Golán, un territorio que antes de junio de 1967 pertenecía a Siria y desde cuya posición estratégica se bombardeaba a la población civil israelí. Si Israel se retira del Golán, el área estaría en manos del genocida Bashar Al Assad o del grupo islámico radical Al Nusra, que ahora se encuentra en territorio sirio adyacente al Golán. La resolución del Consejo de Seguridad fue una oportunidad malgastada y un gigantesco y torpe fracaso de la comunidad internacional que lo más probable es que estimule más aún la intransigencia palestina.

LA OPINIÓN DEL EXPERTO

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