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Al tranco y al trote por el país

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En camino, el duraznense Miguel Cotto montado en un caballo criollo.
KODAK Digital Still Camera

Alos 22 años de edad, Miguel Ángel Cotto Fernández, oriundo de Sarandí del Yi, Durazno, solo soñaba con cabalgar por los caminos de la patria, recorriendo los 19 departamentos hasta entrar en cada una de las capitales. No le pasaba por la cabeza el matrimonio, ni tener hijos o un puesto de trabajo estable.

El devenir del tiempo estancó sin embargo su ilusión de trotamundos.

Se casó, tuvo dos hijos, que hoy tienen 36 y 34 años, y trabajó no sólo en tareas camperas sino varios años en la Administración de Ferrocarriles del Estado y después en el Banco de Previsión Social, en donde ha pedido su última licencia para recorrer el país, cumplir su sueño y después jubilarse, cuando ya cumplió los 62.

En estos días ha llegado a Tacuarembó para participar de la Fiesta de la Patria Gaucha y armó campamento en la Laguna de las Lavanderas, junto a otro jinete con ambiciones similares, conocido como El Solitario Abreu, un amigo minuano de nombre Eduardo. "Desde la escuela rural siempre estuve entre caballos, metido en el campo. Mis padres fueron empleados rurales, mi madre cocinera y mi padre peón casero. Como todo niño criado en el campo, siempre sentí un sentimiento especial hacia los caballos. Comencé a trabajar en un establecimiento rural a los 17 años. Más grande, una vez, revisando tropas con mi padre, en la noche le dije que tenía en la mente recorrerme el Uruguay a caballo. Tenía 22 años y me volaban los sueños, los colibríes como se dice, aunque no tenía la cabeza asentada para hacerlo", dijo Miguel Cotto a El País.

El 26 de diciembre del año pasado fue su último día de trabajo como administrativo en el BPS de Sarandí del Yi. Ahí llegó en comisión, con el cargo de auxiliar de servicio, luego de quedar —hacia 1988— en la lista del personal excedente de AFE, donde había sido contratado en 1978 como peón.

"Pensé que iba trabajar en la chacra que solían tener por aquellos años los jefes de estación, pero terminé llevando máquinas y vagones para acá y para allá", afirmó Cotto, riendo.

El tour campero que se propusieron los cabalgantes Miguel Coto y Eduardo Abreu totaliza 2.350 kilómetros. El promedio diario de la marcha es de 38 a 40 kilómetros por día. Llevan tres caballos cada uno.

"Hasta mediodía usted anda en uno y por la tarde en otro, los va rotando. De repente de mañana hace 27 kilómetros y le quedan 13 para la tarde. Porque tratamos de salir temprano. Nos movemos a la seis y media de la mañana, que está más fresco. Cada uno lleva un caballo y dos yeguas. Tenemos que cuidarlos de los golpes en las orillitas de las rutas, en donde hay piedras. También se pueden tirar tarascones, los que vienen atrás de nosotros. Además traemos una especie de carguero, son unas alforjas que vienen sobre otro caballo con nuestras cosas. En eso también los vamos rotando", explicó Miguel Cotto a El País.

Los equinos en viaje son de trabajo ganadero; Cotto tiene dos criollos y un Cuarto de Milla cruzado también con criollo, todos resistentes a las enfermedades, tenaces, muy aptos para desplazamientos extensos, con lo que se llama buen fondo, y velocidad media, un dorso amplio e inclinado, el tórax amplio, buena musculatura y articulaciones muy resistentes.

"Mis caballos en realidad tienen menos actividad que los de El Solitario; él tiene sus actividades privadas, en su campo, pero es un multifuncional. Se dedica desde llevar caballos a Manantiales para pasear turistas hasta hacer los quinchos y barbacoas de Punta del Este", afirmó Miguel Cotto.

La ruta y la cocina.

Cuando termine la fiesta de la Patria Gaucha, los jinetes irán a Rivera el próximo domingo. Esperan arribar el martes de mañana y desde allí dirigirse hasta Artigas por la Cuchilla Negra, en parte por territorio brasileño de tierras coloradas, lo cual permite acortar la distancia.

Continuarán por el litoral oeste desde Salto hacia el sur. En Montevideo no pretenden ingresar al Centro sino visitar la Sociedad Criolla Elías Regules, "que es la más antigua de Latinoamérica, fundada el 25 de mayo de 1894, para mantener las tradiciones", sostuvo Cotto.

La marcha proseguirá desde Montevideo hasta Maldonado, Rocha, Minas, Florida, Flores, Durazno y Sarandí del Yi.

La colaboración que vienen recibiendo y no tenían prevista, lleva a que Cotto manifieste de modo especial su agradecimiento. "La gente es una cosa imponente. Desde darnos una cama con buen colchón, buenas sábanas, buenas comidas, es una cosa impresionante como colabora. Si alguien nos pregunta si precisamos algo, les decimos que nos consigan por ejemplo una bolsa de avena en alguna barraca, y le damos a los animales también, que así se sienten más fortalecidos. En los establecimientos no falta un pedazo de carne. Y nosotros incluso viajamos con un equipo para cocinar en el camino. Traemos una olla que da para dos personas, para un almuerzo o la cena; no podemos llevar la comida a caballo, tenemos que comerla sí o sí", dice don Cotto, apellido que suena al nombre de una parrillada capitalina, pero nunca se escribió con K, y originariamente llevaba una sola t, hasta que a Miguel lo inscribieron mal, con doble t.

Detalles.

Cotto y El Solitario van a ingresar mañana al ruedo de la Patria Gaucha y participarán asimismo del gran desfile portando banderas nativistas.

En el día de hoy ambos estarán abocados a cambiar el sistema de herraduras de los caballos. "Vamos a hacer más o menos seiscientos kilómetros de caminos muy duros, con mucha piedra. Por eso tenemos que ponerles punteras en las herraduras, para evitar los golpes y el desgaste o rotura de los cascos y pezuñas de los animales", dijo Cotto a El País.

A lo largo de la travesía, siempre se andará "al tranco y al trotecito". No es posible galopar. "Si queremos llegar a la meta tenemos que andar a cinco kilómetros por hora, no más. Hay que cuidar a los animales y a uno también. Los caballos estos tienen mucho amor propio, tienen muchísimo espíritu. La yegua, que es Cuarto de Milla con criollo, tiene una nobleza y un temperamento que llegará igual hincada de rodillas. Tengo un criollo puro que me lo prestó un amigo y es un tractor. Y otra criolla, menuda pero combativa. Son como las personas que tienen amor propio ¿no? Ahora estamos en una zona recaliente, no va a ser fácil. Pero como hablamos con El Solitario, vamos suave, tranquilos, estamos muy mentalizados".

La paisanada

Como en las 28 ediciones anteriores, en la Fiesta de la Patria Gaucha de 2015 organizada en el departamento de Tacuarembó, se podrá ver a los Blandengues de Artigas, los jinetes más renombrados, los mejores baguales reservados, el mayor número de aparcerías con sus fogones, como así también espectáculos de danza, la misa criolla, la flor del pago y otras expresiones del quehacer rural que reconstruyen, rescatan o reafirman tradiciones y la figura del gaucho con sus hábitos, replicados después por los paisanos.

Viajando con las riendas y los estribos muy firmes

El itinerario de los dos jinetes uruguayos, Miguel Cotto (en la foto) y Eduardo Abreu, que recorren el territorio nacional montados a caballo, fue determinado de tal forma que pudieran llegar en fecha a la fiesta de la Patria Gaucha, organizada cada año en Tacuarembó. Ambos ya están acampados en la Laguna de las Lavanderas, ingresarán al ruedo criollo y participarán del tradicional desfile, en un evento que reconstruye la cultura de gauchos y paisanos. Desde las destrezas ecuestres hasta la música o la típica gastronomía basada en la parrilla.

En camino, el duraznense Miguel Cotto montado en un caballo criollo.
En camino, el duraznense Miguel Cotto montado en un caballo criollo.
En camino, el duraznense Miguel Cotto montado en un caballo criollo.
En camino, el duraznense Miguel Cotto montado en un caballo criollo.
El martes, Abreu y Cotto llegarán a Rivera.
El martes, Abreu y Cotto llegarán a Rivera.
Se podrán ver espectáculos tradicionales de danza criolla.
Se podrán ver espectáculos tradicionales de danza criolla.
Se reconstruyen las tradiciones y la figura del gauchio. Foto: Darwin Borrelli.
Se reconstruyen las tradiciones y la figura del gauchio. Foto: Darwin Borrelli.

VEA LA FOTOGALERÍACARLOS CIPRIANI LÓPEZ

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