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Temen por la vida de Felipe y Lucho, dos lobitos de mar

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Lobos y leones marinos se acercan a las explanadas portuarias. Foto. R. Figueredo

En Piriápolis y Punta del Este se halló a los animales que tenían incrustado un tridente de pesca.

Primero en el puerto de Piriápolis y horas después en el de Punta del Este aparecieron dos lobos o leones marinos con una fija o tridente de pesca clavado en sus cuerpos.

Se trata de animales con un peso que ronda los 300 kilos y de dos metros de largo, lo cual dificulta su atención.

Felipe y Lucho se habían convertido en figuras de atracción de quienes frecuentan las ramblas de los dos balnearios ya que acostumbraban a ponerse a tomar sol en las rampas de los puertos, o ir detrás de la "comida fácil". En la tarde de ayer ambos habían desaparecido.

Pescadores malhumorados habrían sido los causantes de los ataques a los lobos.

Richard Tesore, al frente del equipo voluntario de la ONG SOS Rescate de Fauna Marina, dijo a El País que en sus veinticinco años dedicado a la protección animal, solo había visto dos casos idénticos a los que ponen en riesgo la vida de Felipe y Lucho, registrados en cambio en un solo día.

"O fue la misma persona que lo hizo, o alguien que vio las publicaciones de lo ocurrido el miércoles en Piriápolis y lo duplicó ayer, en menos de 24 horas, en Punta del Este", afirmó Richard Tesore.

"Sabemos que la guerra entre lobos y pescadores es antigua. Eso es a nivel mundial, en Japón matan los delfines porque comen pescado y en Europa, Canadá o Estados Unidos matan a las focas", agregó.

Asistencia.

A Felipe, en Piriápolis, en la madrugada de ayer, cerca de la hora 3:00, cuando el animal parecía medio dormido sobre una planchada del puerto, con una varilla de 4 metros y un gancho se intentó extraerle el tridente. "Después de un buen jalón, el arpón no apareció y el animal cayó al agua, pero se hizo eso a oscuras, no puedo confirmar nada. El animal ni reapareció en la planchada ni muerto, porque podría haberse desgarrado una arteria y desangrado", explicó Tesore.

Entre las estrategias de ayuda se había descartado en principio sedar al lobo disparándole un dardo, porque esa decisión implicaría el riesgo de que se fuera al agua y se ahogara.

En el caso de Lucho, la herida que sufrió no era tan profunda pero se decidió no actuar hasta las primeras horas de la mañana de hoy, debido a que el lobo se mostraba muy arisco e inquieto. Prefectura de Punta del Este fue quien había realizado el hallazgo de este animal malherido y dio cuenta a la ONG que dirige Tesore.

Lo acontecido en Piriápolis siguió el camino inverso, el rescatista fue quien avisó a los efectivos de la Armada. En el caso de Felipe, y antes de que dejara de vérselo, un grupo de otros 5 lobos se le habían acercado para rodearlo y ayudarlo.

Ante los ataques denunciados, además de Prefectura, tanto la Intendencia de Maldonado como la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara), se contactaron con la ONG manifestando voluntad de actuar.

"La vida de mar no es fácil, el pescador tiene una vida dura y es duro también. Pero por ley los lobos están protegidos aunque la cultura de mar opine que son una plaga. Es sabido que los matan a tiros, pero que ahora alguien les deje eso clavado para que los animales agonicen es salvaje", agregó Tesore.

Protección.

Debido a capturas y ante la aparición de lobos muertos, en 1998 debió emitirse un decreto presidencial de Julio María Sanguinetti que en su único artículo dice: "Mantiénese en vigor la prohibición de la persecución, caza, pesca y cualquier tipo de apropiación de ejemplares de todas las especies pinnipedios (focas, lobos marinos y leones marinos) y de cetáceos (delfines, marsopas y ballenas), que se encuentren en islas, costas y aguas de jurisdicción nacional".

Pescadores, turistas y fauna marina.

Los lobos y los leones marinos se acercan a las explanadas portuarias para dormitar. También merodean por esas aguas en busca de "comida fácil". Entonces se vuelven atracción de turistas y pesadilla de pescadores. A estos últimos se adjudica más de un ataque a los animales protegidos por ley en Uruguay. El que apareció en Piriápolis con un tridente clavado en su cuello es conocido como Felipe.

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Lobos y leones marinos se acercan a las explanadas portuarias. Foto. R. Figueredo

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