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Una tradición campera masiva

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En Tacuarembó.: las sociedades criollas desfilaron por las calles en la fiesta ecuestre más convocante. Foto: Fiesta de la Patria Gaucha

LA MAYOR FIESTA CRIOLLA

Fiesta de la Patria Gaucha convocó más de 50.000 personas; ayer desfilaron 4.000 jinetes.

Con la animación de los payadores, en la mañana de ayer se desarrolló el tradicional desfile de la Fiesta de la Patria Gaucha, en su edición 32. Más de cuatro mil jinetes trotaron sobre el asfalto de calles de Tacuarembó confirmando el carácter imponente del espectáculo ecuestre más convocante en todo Uruguay, en donde también se volvieron a lucir carros y carruajes históricos de las múltiples sociedades criollas invitadas o de las que llegan para competir en diversos eventos, y sobre todo para compartir actuales vivencias camperas y anécdotas de leyendas o episodios añejos, memorables o cotidianos, transmitidos de generación en generación o a través de documentos, como ser los libros de escuelas, iglesias y comisarías.

Hombres, mujeres y niños integrantes de distintas sociedades criollas y otras personas que llegan cabalgando desde los más recónditos lugares del país, se pasearon con orgullosa alegría bajo un sol ardiente y ante miles de personas que los aplaudían desde las vereda, y después colmarían los restoranes y parrilladas de la ciudad.

Este año, en el desfile se destacó la participación de José Luis Braga, un militante nacionalista que cabalgó, a los 88 años, portando una reliquia, la única espada de Manuel Oribe que se conserva en Uruguay, fabricada en Toledo en 1826 y símbolo de su lealtad al federalismo artiguista, que demostró combatiendo a los unitarios, aún en la otra orilla, cuando estaba al servicio de Juan Manuel de Rosas y persiguió al general Lavalle, que moriría en el norte argentino..

En la Plaza 19 de Abril, ante el monumento a Artigas, flanqueado por la guardia de honor del Cuerpo de Blandengues, se cumplió el acto que reunió a los paisanos que hace dos semanas están en Tacuarembó preparando la fiesta, y también a vecinos, autoridades nacionales y departamentales, o embajadores de distintos países. Como siempre, allí se entonó la canción del olimareño Rúben Lena: "A Don José".

En la jornada de hoy, desde la hora 9:00, en el escenario del parque "Monseñor Julio César Bonino", se realizará la Misa Criolla y al promediar la jornada se dará a conocer los nombres de las aparcerías que merecerán los premios por sus fogones, por las construcciones que levantaron y equiparon en homenaje a la vida pública y privada de antaño, ya sea en un pueblo, entre montes y penillanuras o dentro de establecimientos rurales.

Esta competencia coronará otras que se darán también hoy (como el Concurso Internacional de Perros Cimarrones, en el Rancho de la Cambicha, desde la hora 11:00) o las que se sucedieron desde el pasado 6 de marzo, sea a nivel de la gastronomía criolla más típica o durante pruebas de riendas y jineteadas bastante distintas a las que conocen los montevideanos en el Prado, porque son calificadas varias destrezas que permiten sumar puntos a nivel individual y colectivo.

En la noche del viernes ya se había anunciado que la representante de la sociedad criolla "Patria y Tradición", Agustina Soto, es la nueva Flor del Pago 2018. En la premiación estuvo presente la madrina de la Patria Gaucha, Laetitia DAremberg.

El honor de estar.

Como en la fiesta de cada año, del mismo modo que se reitera el concurso de guasqueros, algunas sociedades tradicionalistas llegaron a la Laguna de las Lavanderas —desde los departamentos de Paysandú, Rivera, Salto, Cerro Largo y Tacuarembó— casi un mes antes de la fiesta. Eso es así porque lleva un buen tiempo preparar las reconstrucciones de época representativas de las tradiciones orientales. Doce aparcerías participaron de la competencia con un fogón, como un gran campamento, donde se recrearon desde comisarías hasta postas, escuelas o ranchos familiares. Cada agrupación recibe por presentarse un apoyo de $100.000 y los que gastan menos en su producción invierten entre $200 y $250.000. Para ganar, los propios participantes dicen que debe volcarse $ 400.000 o más.

La fiesta que mueve más de US$ 3,5: en una semana

La organización de la Fiesta de la Patria Gaucha invierte unos US$ 600 mil en la celebración popular que a la vez mueve unos US$ 3,5 millones (entre: hotelería, más de cien casas y otras tantas habitaciones que se alquilan, la actividad comercial y la gastronomía). En la semana que pasó, lareunión ecuestre y de costumbres camperas vende entre 40 mil y 50 mil entradas. Cada año, las aparcerías hacen una propuesta distinta y después tienen 15 días para retirar los materiales usados; de lo contrario, la Intendencia pasa con las topadoras y carga todo en camiones.

Homenajes.

La organización de la Fiesta de la Patria Gaucha propuso para este año el tema de la niñez, pero eso solo fue una sugerencia. Cada sociedad criolla, cada aparcería, presentó propuestas muy diversas. Desde la reconstrucción de una estación de ferrocarril en Curtina o de una escuela de Batoví o de otros parajes, hasta comisarías, puestos de vigilancia del abigeato, homenajes a inmigrantes o a las raíces indígenas. Todo vale siempre y cuando sea anterior a 1920 y tenga respaldo de una documentación privada o pública.

APARCERÍAS.

Historias en torno a los fogones de orientales

La aparcería Batoví-Bonilla, creada hace 28 años, propuso rememorar la escuela 31, que está en el propio cerro y entre 1908 y 1933 fue un rancho de terrón. De ella se conserva el escudo, los bancos, la biblioteca, los libros de registros de maestras y alumnos. Los Paisanos Unidos de Achar, nacidos en 1996, recuerdan por su parte a la familia Cáceres de Villa San Fructuoso, actual Tacuarembó, que tuvo entre sus ancestros a un representante artiguista. Recrean un puesto de estancia de 1856.

Una capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, en ladrillo, barro, teja colonial y madera de monte, en una estancia de 1748 de los jesuitas de Florida, es la propuesta de Lazo, rienda y boleadora, de Cerro Chato, formada hace 25 años y con 150 socios.

La influencia de la familia Bálsamo en la fundación de Santa Isabel, Paso de los Toros, es la propuesta de La Pampa. Reconstruyen el pasaje del balsero por el Río Negro, su casa, la cocheras (con coches) y el hospedaje.

La aparcería Juan Gastelú, con 54 años de existencia, 300 socios y sede y ruedo en Ruta 26, recrea el rancho en donde se crió un niño descendiente de charrúas, en Paysandú, curiosamente bautizado Bernabé, nacido en 1908 (de apellido Duarte, alias el "Chueco"), alumno de la escuela de Piedra Sola, bisnieto de una india que escapó de la matanza de Salsipuedes en 1831.

ATRI de Rivera, que mueve más de 200 personas, con sede y ruedo en el balneario Paso Serpa, defiende la tradición con un puesto de estancia de 1894, en tierras de Aparicio Saravia, en la zona de Caraguatá, que servía para controlar el abigeato.

Los Tizones de Artigas vuelven a las tradiciones a través de un galpón en donde eran recibidos los inmigrantes italianos, españoles, franceses y libaneses que llegaban a Tacuarembó.

Con un homenaje a la familia chacrera del italiano Celestino Grassi llegó El Refugio de los Gauchos, una asociación de vecinos de Quiebra Yugos que hoy esperan los fallos como los paisanos de Curtina, de Melo y otros pagos de la patria.

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