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Un sacudón emprendedor

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Más de 50 mujeres cerraron el tercer ciclo de “Arena Emprendedora” con una jornada de circo y acrobacias. Foto: Archivo Arena Emprendedora

Oportunidad para muchas mujeres

El tercer “Arena Emprendedora” sorprendió con la participación de ocho venezolanas que quieren poner su propio negocio. Tres casos de mujeres uruguayas con planes variopintos entre manos.

Rebeca Briceño es economista de profesión y tiene "el don" de la repostería. La venezolana de 41 años está convencida de que sus sabrosos postres hacen feliz a la gente. Quiso poner un negocio gastronómico en su país pero la situación se lo "tiró abajo".

Terminó un curso de pastelería comercial un viernes de tarde y el lunes se tomó el avión para instalarse en Uruguay junto a su esposo y sus dos hijos. En la valija colocó sus batidoras y una máquina de coser porque también le apasiona diseñar ropa.

No eligió el destino para emigrar al azar. Investigó y descubrió que "Uruguay es el país con los mejores niveles macro económicos de América Latina, y por ende poseen la mejor calidad de vida, aunque no lo sepan porque se quejan mucho", dice Rebeca, que en un mes y medio le "sacó la ficha" a la idiosincrasia charrúa.

Llegó a la tercera edición del "Arena Emprendedora" convencida de que quiere poner un salón de té en Montevideo.

"Esto del emprendimiento lo traigo desde mi primera experiencia laboral, hace 15 años, porque sé que te cambia la vida, y más cuando está en manos de mujeres: tenemos el potencial de transformar y hacer los sueños realidad".

El "Arena Emprendedora" fue creado por el Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad ORT y la Compañía Circomedia a principio de 2018. Se financia gracias a un llamado de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) que fomenta el sistema emprendedor en mujeres.

La modalidad de este programa consiste en cuatro encuentros gratuitos donde se aplican dinámicas artísticas y circenses al ecosistema emprendedor.

En el primer "Arena Emprendedora" se anotaron 100 mujeres en 24 horas, y se abrieron 60 cupos. A lo largo de las tres ediciones hubo más de 300 interesadas.

El último ciclo se cerró el viernes 19 de octubre y sorprendió por la gran convocatoria de venezolanas: se pasó de dos en la edición pasada a ocho.

"Son mujeres que de repente están un poco desorientadas, queriendo adaptarse al país y buscando espacios donde desarrollarse, y empoderarse. También lo ven como una oportunidad para socializar", comenta Leticia Mato, directora de Circomedia y fundadora de este programa.

Atrévete.

La decisión de emigrar fue rápida y sin mucho análisis para Yaclin Muñoz. A la venezolana de 27 años le surgió una oportunidad laboral y la tomó. "En cuestión de una semana, ya estaba aquí", cuenta minutos antes de ponerse ropa cómoda para cerrar el tercer ciclo del Arena con prácticas circenses.

Llegó en diciembre de 2017 con 30 dólares en el bolsillo. El pasaje se lo pagó el hotel de Piriápolis que la contrató para trabajar en el área de turismo durante la temporada estival.

"Dormía y comía en el hotel, no gastaba en nada más. Trabajé todo el mes hasta que al fin cobré", relata.

Foto: Archivo El País
Foto: Archivo El País

Hace un par de meses logró traerse a su novia de Venezuela. Ella ya consiguió empleo, y Yaclin está en búsqueda de uno nuevo, o con miras a realizar un emprendimiento personal.

Su plan es crear una aplicación o una plataforma web (aún no lo definió) que integre diversos lugares turísticos de Montevideo y permita armar un cronograma digital.

"Es una idea que le surgió a mi novia en Venezuela, y cuando llegamos a Uruguay la mejoramos. Estamos en vías a desarrollarla", dice.

Yaclin llegó al programa en búsqueda de tips para llevar a cabo su proyecto. "Del Arena Emprendedora me llevo el atreverme a hacer las cosas. Una vez que llegué a Uruguay no me moví de mi zona de confort y ahora se da un sacudón. Hay algo que me dice inténtalo".

Es que el programa está dedicado a mujeres en etapa de sensibilización, aquellas que "necesitan cierto empujón para emprender y no se animan", según Leticia. Agrega que muchas se acercan "llenas de excusas: los hijos, la vida, el trabajo".

Valentina Techera, actriz, fundadora y facilitadora del programa, observa que la mayoría busca "confirmación, contención y aprobación. Quieren que les digas, vos podés con este proyecto". Por eso durante las cuatro jornadas se trabaja sobre la actitud y confianza a través del aprendizaje experiencial.

"Primero les hacemos pasar por el cuerpo lo que queremos transmitir y luego se baja a tierra con cuestiones teóricas sobre lo que implica ser una emprendedora", explica Leticia.

Los primeros tres encuentros se realizan en la ORT y se abordan dinámicas relacionadas al teatro, como la adaptación a personajes, o caminar con ojos vendados para aprender a manejarse en tiempos de incertidumbre.

La última jornada se lleva a cabo en el espacio Circomedia (Paraguay y Carlos Gardel), y a los creadores del programa les gusta llamarla "la graduación".

Allí se afronta la instancia de temores e incertidumbres haciéndolas colgarse de telas por primera vez, ponerse de cabeza, o estar en las alturas.

Estos ejercicios físicos apuntan a salir de la zona de confort, enfrentarse a miedos, animarse a hacer el ridículo y trabajar en equipo. Todas situaciones similares a las que se viven cuando alguien se propone emprender.

"Es increíble ver la transformación: el primer día llegan súper tímidas y en la cuarta jornada salen despegadas, con toda la actitud y prontas para comerse el mundo", dice Valentina.

Cosquillas.

Hacía nueve años que Diselys Ortiz ejercía como gerente de compras en una universidad de Venezuela y necesitaba armar un proyecto personal. "No me vine huyendo de la situación convulsionada de mi país, pero quería tomar nuevos caminos, asumir un desafío, y Uruguay me pintaba un paisaje muy bonito".

Llegó cuatro meses atrás con la residencia aprobada y encontró trabajo 60 días después. Se desempeña como asistente administrativa en una empresa por la mañana, y a la tarde en la peluquería de Heber Vera.

Mientras no tuvo empleo realizó tareas de limpieza. Desde hace un tiempo tiene "una cosquillita emprendedora": quiere brindar un servicio para organizar espacios y armarios.

Una conocida compatriota le recomendó que se inscribiera en el Arena. "Me dijo, esto te abrirá muchas puertas, te mostrará el concepto de lo que quieres y te servirá para hacer contactos".

No lo había postergado, lo hacía como hobby en Venezuela. "Empecé con mis amigos de forma casual: tomábamos algo mientras les acomodaba su closet. Me di cuenta de que los ayudaba a que advirtieran de que el desorden era más personal que físico. Ahora tengo ganas de hacer del hobby algo rentable y que me genere una ganancia".

Mujeres fortalecidas por las diferencias

Enrique Topolansky, director del Centro de Innovacción y Emprendimientos de la ORT, fue el ideólogo del "Arena Emprendedora". Quería fusionar el mundo artístico con el de los negocios, y encontró cómo hacerlo en un llamado del ANDE para promover el sistema emprendedor en mujeres. En la tercera edición hubo 50 participantes de profesiones bien variadas. En esa diversidad estuvo la riqueza, ya que surgieron valiosos aportes del trabajo en equipo.

Proyectos que tienen capacidad de empoderar
Noelia Maciel fue con su prima. Foto: Marcelo Bonjour

Hace dos años que las primas Ángela Ortiz y Noelia Maciel tienen una idea en mente pero no logran concretarla por falta de tiempo. Quieren armar un itinerario turístico que se enfoque en distintos hitos, relatos y personajes de la cultura afro uruguaya vinculado al candombe, la literatura, y las artes plásticas.

Pretenden que las comunidades del Barrio Sur, Palermo y Ciudad Viejas se empoderen de su espacio y lo visibilicen a través de las actividades que se pueden ofrecer.

El "Arena Emprendedora" les sirvió para colocar este proyecto como una prioridad en sus vidas. "Para poder materializarlo hay que comprometerse, tenerlo como un propósito y trabajar en ello todos los días fijándose metas, y objetivos", apunta Noelia Maciel.

Leticia Perdomo es química, trabaja en una farmacia hospitalaria hace muchos años y mientras pensaba en su tesis de maestría se le prendió la lamparita. No se animó a contar su idea hasta que llegó al "Arena Emprendedora".

"Quiero montar un centro de asesoramiento y gestoría para pacientes oncológicos. Considero que brindarles información en esa área los empodera en su salud", resume.

Confiesa que nunca fue de esas personas arriesgadas capaces de renunciar al trabajo para tirarse al agua por un proyecto, pero la maestría la hizo crecer y descubrió que necesitaba un cambio. "Tengo el equipo pensado, y deben tener empatía con los pacientes. Hay gente del taller interesada en participar", dice.


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