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Román, el hijo multitarea de Rafael Viñoly

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Román Viñoly. Foto: Leonardo Mainé

ENTREVISTA

El hombre que complementa al arquitecto de mayor prestigio en el país.

Siempre le fue muy difícil saber qué hacer de su vida. Entonces hizo de todo. Román Viñoly, el hijo del arquitecto más famoso de Uruguay, ha sido un investigador, escritor, artista de visualización, fotógrafo, cineasta, director de comunicaciones, planificador estratégico y gerente financiero. Hoy es el impulsor de una torre de oficinas en la rambla montevideana que transformará un barrio.

“No soy muy bueno en nada, pero tengo una capacidad de acción súper amplia. Eso, hoy en día, tiene más valor de lo que tenía antes. Me pasé mi vida haciendo un poco de todo”, comentó en entrevista El País.

Nació en Buenos Aires y se fue a vivir a Estados Unidos cuando tenía ocho años. Vivió allá y se siente de allá, aunque admite que le encanta Uruguay -está tramitando la ciudadanía- y está ultimando un proyecto millonario de oficinas en la rambla sur, llamado Edificio Plaza Alemania.

Empezó estudiando Historia, pero cuando empezó la facultad descubrió que no quería hacer una carrera académica. Entonces estudió cine y trabajó como camarógrafo. En sus trabajos como cineasta trabajó con un director que había estafado US$ 7 millones y lo desilusionó. Entonces, probó suerte en otros rubros.

El trabajo que más lo hizo crecer fue Firebrand, un emprendimiento fundado en 2003 para el que consiguió financiamiento de Microsoft y General Electric. Se trató de una compañía de televisión y web que apuntaba a transformar la comunicación audiovisual a principios del milenio. Embarcarse en este proyecto fue el “acta de independización” de su padre y una suerte de “universidad no formal”. Juntó US$ 30 millones de inversores corporativos, cuyas metas no eran iguales en todos los casos. “Fue la falla central del tema”, comentó. La irrupción de la crisis del 2008 terminó de colapsar su proyecto. Fue un evento movilizador porque debió despedir a 75 personas.

“Eso fue muy difícil”, comentó.

Luego hizo un MBA para consolidar todos los conocimientos adquiridos en “la cancha”.

Finalmente, en 2014, fundó junto a su padre Integrated Developments, una empresa de desarrollo inmobiliario, que tiene su sede madre en Nueva York, aunque hay oficinas en otras partes del mundo. Con esta empresa está ultimando un edificio de oficinas de 13.390 metros cuadrados en la rambla sur de Montevideo.

De un documental a una casa.

En Chile, Román Viñoly conoció el trabajo que hace la organización no gubernamental Techo, que procura dar soluciones de viviendas provisorias a las personas de bajos recursos. Allí fue convocado a realizar un documental en donde aprendió de las necesidades de estas personas a las que les dan casas por seis meses, pero en algunos casos terminan quedándose nueve años.

“Tiene que haber una forma de hacer una casa chica, que tenga características de casa grande, y que la familia pueda ir comprando módulos e ir ampliándola, según las necesidades que vayan teniendo”, comentó.

Casapanal, como se llama su idea, es un método por el cual las viviendas pueden ser montadas por mano de obra no calificada y sin maquinaria pesada como grúas. Tres personas son suficientes para armar una casa. El sistema está dirigido a comunidades marginadas y de bajos ingresos y se puede implementar como refugios de emergencia, hogares definitivos, clínicas, escuelas, edificios de oficinas, entre otros usos. Estos edificios de alto rendimiento resisten terremotos y huracanes.

Román Viñoly todavía trabaja en esta versión ya que tiene una casa a dos horas y media de Nueva York, donde vive. Va algunos fines de semana con su esposa y su hija y también le pide a algunas personas que visiten el lugar para que experimenten cómo es vivir en un lugar así.

La relación con su padre
Viñoly en la presentación del proyecto del Cipriani Ocean Resort and Club Residences. Foto: Ricardo Figueredo.

Román tuvo una relación “muy intensa” con su padre. “Cuando yo era más joven, me costaba entender cómo lograr un buena interfaz con él. Pero fui madurando, teniendo experiencias de vida. Fui a terapia”, comentó.

Poco a poco se fue dando cuenta de cuál era la mejor manera de tratar una persona a la que describió como “muy exitosa y con tremendo talento”. Buscó nuevas formas de ayudarlo y acoplar dos caracteres muy distintos. “Al principio sufría muchísimo”, comentó. Hoy reconoce que ha tenido mucha suerte y muchas posibilidades.

Él lo escucha en todo. Y Viñoly lo escucha a él. Tienen un diálogo muy honesto. “No hablamos solo de trabajo, hablamos de muchos temas familiares”, comentó.

Román no cree que el trabajo afecte el vínculo personal que tiene con su padre. “Creo que lo profundiza mucho. Sobre todo porque mi padre es un tipo para el que el trabajo es lo que más le gusta hacer. Diseñar edificios y tocar el piano es lo que más le gusta en el mundo. Y, además, es un tipo súper curioso y respeta mucho la educación formal que yo he tenido”, comentó.

Cree que Uruguay reconoce el trabajo de su padre. El símbolo de ese reconocimiento es el Aeropuerto de Carrasco. “Para mí es un orgullo. Es genial”, agregó.

Vínculos.

Durante el invierno neoyorquino él y su familia vienen a veranear a Punta del Este. En 2011, tenían una casa en los ingresos de La Barra, llamada El Tesoro. “Era lindísimo el lugar”, comentó Román. Pero las ruidos provenientes de las fiestas de adolescentes los cansaron y decidieron venderla. Ahora veranean en una casa diseñada por su padre.

Román Viñoly. Foto: Leonardo Mainé
Román Viñoly. Foto: Leonardo Mainé

Gracias a estos veranos en el balneario de Maldonado, Román vio como su interés y su vínculo con Uruguay empezó a hacerse más fuerte: “Nos encanta este país. Es un sitio serio, gente seria, donde no hay mucha trampa y podés confiar. Hay un afán de trabajar en equipo”, comentó.

Plaza Alemania, diseño en rambla sur

Plaza Alemania es el primer edificio de oficinas en Uruguay diseñado por Rafael Viñoly, el aclamado arquitecto del Aeropuerto Internacional de Carrasco. Contará con dos subsuelos para estacionamiento, 17 pisos de oficinas que van desde los 500 a 1.000 metros cuadrados y un último piso destinado para una terraza panorámica. La iniciativa llevada a cabo a través Integrated Developments abarca toda la cadena de valor del desarrollo inmobiliario: desde la adquisición del terreno hasta la comercialización.

Una idea premiada

Román Viñoly, junto a la colombiana Juliana Jiménez y el chileno Diego Errázuriz, crearon Casapanal con la finalidad de desarrollar soluciones habitacionales para las familias de bajos recursos en América Latina. El proyecto resultó ganador en la edición del Venture Lab de la IE Business School en 2011. El primer prototipo fue construido en Santiago de Chile. El sistema resiste terremotos y huracanes.

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