CORONAVIRUS

Si bien los prostíbulos y hoteles de alta rotatividad no se encuentran expresamente prohibidos por la pandemia, existe un protocolo de la Intendencia de Montevideo (IMM) que regula su funcionamiento dentro de la “nueva normalidad”. De todos modos, la IMM señala en el documento que “no resulta recomendable” que funcionen este tipo de locales.

El protocolo indica que se debe realizar una completa desinfección del local y todas sus habitaciones “con productos y empresas habilitadas por la Intendencia de Montevideo” y que en el caso de los prostíbulos, el aforo está limitado a un 50% de la capacidad.

El protocolo aclara que se deben usar sábanas descartables, “las cuales se repondrán en cada uso”, y que no se admite la utilización de toallas de tela ni barras de jabón.

Con respecto a los empleados, deben disponer de una persona al ingreso del local a efectos de controlar la temperatura corporal y proporcionar alcohol en gel. Y se debe respetar una distancia mínima de dos metros entre personas en hall o salas de espera.

Respecto a las habitaciones, se debe extremar la limpieza y desinfección e higienizar de forma total y completa “previo a cada utilización”, a la vez que quedan prohibidas las que no tengan pisos o paredes lavables.

Con respecto a los servicios sanitarios, deben encontrarse “en perfectas condiciones de higiene” y contar con agua corriente en todos sus artefactos, dispensador de alcohol en gel o con difusor, jabón líquido y toallas de papel.

A su vez, se prohíbe el uso de mesas, sillas, mostradores, barras y espacios similares de esparcimiento dentro del local que motiven a la permanencia del usuario en las instalaciones.