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Preocupa la falta de agua en Santa Ana de cara al verano

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La zona del departamento de Canelones, que abarca alrededor de 195 familias, depende de un proveedor privado que hacia fines de este mes cortará el servicio al no contar con apoyo de OSE.

Vecinos del balneario Santa Ana en Canelones están preocupados por la escasez de agua en el verano. En la zona, donde viven195 familias en temporada y unas 50 el resto del año, dependen de un proveedor privado que hacia fines de este mes cortará el servicio al no contar con apoyo de OSE.

Durante el 2021, la empresa pública inició obras para mejorar el abastecimiento en varios balnearios canarios, pero hay probabilidad de que, al menos en Santa Ana, el nuevo sistema no esté habilitado hasta marzo de 2022. Arturo Castagnino, gerente general de OSE, detalló a El País que este año se reconstruyó el sistema de distribución de Santa Lucía del Este y la primera parte de lo que es la red nueva de Santa Ana. En tanto se está instalando una usina al norte de la Interbalnearia.

Se trabaja en dos etapas: la primera implica 500 conexiones construidas (a finales de mes) y la segunda se iniciaría “inmediatamente después”, explicó Castagnino.

Javier Lecuna, empleado del proveedor privado, expresó a El País su temor de que OSE no culmine las obras a tiempo para esta temporada. Trabaja para Carlos Aparicio, un abogado jubilado, que brinda el servicio de agua desde hace 25 años. “Él no quería tener esto como un negocio, lo hizo para que el balneario se fuera levantando de a poquito. Ahora está bastante enfermo, ya no puede seguir al frente y soy yo quien está a cargo. Pero nuestros pozos no dan para todo”, contó.

El proveedor privado pretende que en caso de que OSE no termine las obras, “se haga cargo del sistema como está funcionando ahora” proporcionando agua potable a 195 familias. Lecuna indicó que a cambio no se pedirá ningún pago.

Además, dijo que preocupa las perforaciones que está haciendo OSE porque “perjudican la fluidez del agua en los pozos”. A lo que se suma que “muchos veraneantes hacen un uso irresponsable del agua”. Como ejemplo citó el llenado de piscinas y el riego de jardines.

Si bien el contrato establece que solo se pueden usar 10 metros cúbicos de agua al mes por familia, al no tener contador, “la gente no se controla”, advirtió Lecuna. Si bien los pozos “están funcionando bien”, el problema se produce “cuando aumenta la demanda”.

Consultado por El País, Gonzalo Méndez, vecino de Santa Ana, contó que tiene casa hace seis años y que “sistemáticamente hay problemas con el agua”. Según explicó, el aumento de familias en esa época y el uso “indebido” termina por perjudicar la cantidad del recurso. “El proveedor no da abasto y si OSE no da respaldo, ya anunció que se va”, finalizó.

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