SIGUE HACIENDO FALTA AGUA

En algunos departamentos del norte llovió bastante, pero en otros no.

Las lluvias de las últimas horas aliviaron transitoriamente la seca que afecta fuertemente a varios departamentos del norte del país, pero estuvieron lejos de producir una solución definitiva a la grave crisis hídrica por la que se atraviesa.

Según los registros del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) en el departamento que más llovió fue en Rivera con 89 milímetros, seguido de Durazno (74), Salto (68), Artigas (47) y Tacuarembó (44), todos ellos muy afectados por la falta de agua.

En otros departamentos también muy afectados, como Flores y Soriano cayeron tan solo 14 milímetros en ambos lugares.

En algunas zonas la situación se vuelve cada vez más crítica para los pequeños productores.

Ernesto Martínez, un pequeño productor de Durazno que posee un campo de 17 hectáreas en una zona en las inmediaciones del destacamento de la Policía Nacional de Tránsito en ruta 5, realiza seis viajes diarios cubriendo ciento cincuenta metros, para llevar agua a sus animales, vacas y ovejas, utilizando recipiente y baldes.

El tajamar se secó casi por completo, solo puede observarse a su alrededor barro y un diminuto charco, y a Martínez le desvela saber qué podrá pasar desde ahora hasta el invierno en caso de que las precipitaciones sigan siendo nulas en el centro del país como desde hace dos semanas y media.

El productor, dijo al semanario duraznense Página Cero: "Tengo unas pocas vacas y ovejas y algunas colmenas, y el tema de las colmenas también va muy difícil este año porque no va a haber cosecha de miel directamente, también llevo los animales a pastar en la calle y cerca de la vía pero se pierde tiempo", señala, dado que "también tenemos que hacer otras cosas".

La sequía no solo afecta las labores del campo, sino que también complica el abastecimiento de agua para consumo humano.

El Ejército recorre cientos de kilómetros en caminos rurales en la distribución de agua, en los departamentos de Cerro Largo, Tacuarembó y Treinta y Tres y los Centros de Coordinadores de Emergencia departamental (Cecoed) también son piezas fundamentales diariamente para llevar agua a familias que viven en zonas rurales.

"La gran ayuda por parte de la Dirección de Bomberos es que habilitó otra motobomba para salir en la tarde en otro camión del propio organismo para ayudar a los del ejercito e Intendencia", dijeron funcionarios del comité de emergencia de Treinta y Tres.

En Cerro Largo son varias las escuelas rurales que tienen dificultades en el acceso al agua potable y 56 son las familias rurales que semanalmente reciben agua que envía el Comité de Emergencia local, informó el coordinador del Cecoed, Richard Fonseca.

"Todas las semanas se reparten más de 200 mil litros de agua en camiones de OSE, del Ejército y de la Intendencia a diferentes familias de los alrededores de Melo que carecen del servicio. Se les secan los pozos, los aljibes y las cachimbas y no llueve y eso agrava la situación" sostuvo Fonseca.

En Flores las cosas también empeoran. Mientras intentaba abrir partes de un tajamar reseco, el maquinista de la retroexcavadora de la intendencia del departamento aseguró a El País que "la tierra está como roca, impenetrable". El funcionario comentó que hasta hace pocos meses el tajamar "tenía tres metros de profundidad".

El déficit hídrico en Flores, ha agudizado la crisis del campo y para el Intendente de ese departamento, Fernando Echeverría, el factor climático agudizado por el gran déficit hídrico que afecta la región "pasa a ser el principal impuesto en contra del productor".

"Cuando el clima anda bien puede haber baja rentabilidad, pero hay clima, hay comida, hay cosecha; y cuando pasa como ahora con problemas de agua, se torna por lejos en el principal impuesto en contra del productor", dijo Echeverría.

Pequeños productores rurales sacan ganado a las rutas por falta de pasto. La sequía golpea fuerte cada día más. "Todos los días se secan más las pasturas, se secan las aguadas y los animales están pasando mal, perdiendo peso", dijo Omar Correa, productor que diariamente saca su ganado a la ruta.

"Estamos muy preocupados porque hace tres meses que no llueve bien, llueve en los alrededores, pero acá no aparece el agua", sostuvo Correa. PRODUCCIÓN: NÉSTOR ARAUJO Y VÍCTOR RODRÍGUEZ

A nivel de la granja el efecto de la sequía es menor, explicó a El País Diego Romero, encargado de relevamiento de precios del Observatorio Granjero del Mercado Agrícola.

"A grandes rasgos en lo que es la oferta en el mercado no se aprecian mucho" las consecuencias de la sequía, es que la mayoría de los productores que trabajan con frutas y hortalizas "tienen riego, entonces no es muy grave" para ellos la situación, dijo.

Romero señaló que hay casos puntuales en que la sequía puede afectar cierta mercadería: por ejemplo, en el de las manzanas y las peras, que pueden llegar al consumidor con un tamaño menor que el que suelen tener.

"La falta de agua hace que los calibres sean más pequeños", explicó. Y agregó que en años de buena cosecha, por lo general, la fruta de menor tamaño es la que se descarta para que llegue directamente al público, pero este año es la que va a estar a la venta.

De todas maneras, no se espera que se vea afectado el precio o la calidad, más allá del detalle del tamaño que se menciona.

Romero dijo que incluso algunas verduras, como la cebolla o el boniato, pueden llegar a verse beneficiadas. Explicó que en años muy lluviosos estas enfrentan problemas de hongos y demás, algo que actualmente se descarta, por lo que serán de buena calidad.

Lo mismo con la uva o el melón: serán incluso más dulces ya que cuando reciben agua de lluvia a veces es demasiada, y ahora al ser un riego controlado se alcanza una muy buena producción.

La Canasta Inteligente que recomienda el Mercado Agrícola a la población, por su precio y calidad, para el período 13-26 de marzo, incluye algunas como ajo, zapallo kabutiá, zapallito, repollo, cebolla y tomate boniato.