Ola de grabados

La fiebre mundialista se colmó de tatuajes y Tabárez fue uno de los diseños más pedidos.

Por favor, quiero que me hagas la cara del Maestro Tabárez en mi brazo", decía el primer WhatsApp que Diego recibió apenas el árbitro Pitana dio por finalizado el partido entre Uruguay y Francia, que acabó con la ilusión mundialista para la Celeste. El dueño de Bampii Tattoo no tenía pensado moverse de su casa esa tarde, pero la reacción de aquella persona ante la derrota y esa cuasi súplica lo conmovieron, y aceptó tatuarlo.

Facundo Buzón es el nombre del joven de 18 años que envió el WhatsApp, juega en Villa Teresa y tiene varios diseños en su cuerpo, pero es el primer retrato que decide hacerse. Invirtió cinco mil pesos y ocho horas de su vida para tener el rostro del Maestro Tabárez arriba del nombre de su madre.

Dice que escuchar hablar al técnico celeste le transmite seguridad, y le genera muchísimo respeto lo que ha hecho por la Selección. Era su ídolo, pero "lo bien parados que nos dejó en este Mundial me incentivó más", afirma.

Mariano Argón, otro joven, de 25 años, tenía en mente registrar al Maestro en su piel desde principios de año, pero se convenció cuando lo escuchó confesar lo orgulloso que se siente por la forma en que se vive el fútbol en Uruguay. "Lo hablamos mucho con los jugadores y eso es parte de su motivación", dijo Tabárez después del gol en la hora de José María Giménez ante Egipto.

Mariano hizo "el clic" después de oír esas palabras y le mandó un mensaje a Nacho Debia para fijar una cita. "Qué jugado", pensó quien también tatuó a Josema y Laxalt, entre otros futbolistas. Agendaron verse el viernes después del partido Uruguay-Francia, en el local ubicado en 18 de Julio y Vázquez. El tatuador le dijo: "gane o pierda te lo hacés igual". Mariano nunca dudó porque asocia a Tabárez con los valores y la disciplina que impartió en el equipo, y no con los resultados en la cancha.

"Nací en 1992 y la Selección se percibía totalmente diferente: había futbolistas que no querían venir a jugar y no íbamos a los mundiales. Volvió a ser competitiva y vista como un ejemplo gracias a que el Maestro nos mostró el camino".

Mariano es fanático de Danubio y lleva la fecha de la fundación de ese club en su cuerpo, pero nunca quiso tatuarse a un futbolista "porque hoy defienden un equipo y mañana otro. No podés estar seguro de que vas a tener el mismo concepto sobre ellos para toda la vida. Sé que no va a cambiar lo que pienso sobre Tabárez y su mensaje".

Los retratos son el fuerte de Nacho Debia. Ha hecho a Suárez, Messi, Valverde y Josema, pero esta fue la primera vez que dibujó a Tabárez. Al tatuador lo llenó de orgullo poner su granito de arena para este homenaje. "Se lo dejé a mitad de precio porque para mí era un trofeo hacerlo", confiesa.

Debia asumió el desafío con el afán de lograr el diseño ideal. Seleccionó diez fotos y entre los dos eligieron la adecuada. A Nacho le interesaba que tuviera marcado ese clásico gesto que caracteriza al Maestro, pero procuró evitar caer en la exageración "porque se puede prestar para que te tomen el pelo". Hiló fino en los detalles para no "desviarse" y buscó la expresión exacta. "Me gusta que sea igual a la persona, y no parecido".

Jonathan Techera, de 25 años, meditó durante un año la idea de hacerse el rostro del Maestro Tabárez y se decidió porque "no hay nadie a quien admire más que él en lo futbolístico y en lo humano. Me marcó, me enseñó y es como escuchar a mi viejo".

Techera es rabioso de Peñarol y nunca había sido hincha de la Selección, pero desde que Tabárez está al frente festeja cosas que antes no se le pasaban por la cabeza.

El viernes que Uruguay quedó eliminado del Mundial lloró como un niño chico y al día siguiente quiso homenajear "al tipo que lleva como bandera", todo lo que para Jonathan es un ejemplo a seguir: "la humildad, el entender que se gana y se pierde, y dar oportunidad a las personas".

Varios de sus amigos se le rieron en la cara, otros le dijeron que estaba loco y enfermo, pero él dice que el técnico de Uruguay le transmite algo único. "Muy poca gente me entiende. Un tatuaje lo hacés porque realmente te llega: yo tengo a mis viejos, a Callejeros, a Peñarol y al Maestro porque es lo más grande que hay. Imaginate que le ganó al Indio Solari".

Fernando Guzmán tardó doce horas en hacer este retrato a color, rico en detalles, que transmite seriedad y concentración. No tenía lugar en su agenda pero encontró un hueco en una convención y mechó a Jonathan el sábado pasado.

Hacía más de un año que el joven se quería hacer este tatuaje pero siempre gastaba la plata en otra cosa. Fernando le puso un precio simbólico: pagó mucho menos de la mitad del valor real porque el tatuador siente la misma idolatría que su cliente por el técnico.

Después de que posteó la foto de este retrato en las redes sociales de Class Studio (peluquería y centro de tatuajes del defensa Guillermo Varela) recibió más de tres consultas de personas interesadas en hacerse uno similar. Hace dos días, Fernando Muslera pasó por Class Studio para grabar en su brazo la fecha y hora del nacimiento de su hija y le comentó al tatuador que había visto el retrato de Tabárez y estaba maravillado con el trabajo. "No podía creerlo. Quisimos hacer que lo viera el Maestro pero no sabemos si habrá llegado a él".

Durante este Mundial, Nacho Debia hizo tres tatuajes alusivos a Uruguay: el sol del pabellón nacional, una escarapela y una bandera que simulaba ir por dentro de la piel. Los uruguayos que viven en el exterior suelen grabarse la rambla, el termo y el mate, el sol o el escudo.

Hay turistas que les gusta tanto el país que demuestran su cariño con un tatuaje: dos brasileños se hicieron el contorno del mapa de Uruguay en Dermis Tattoo, en este Mundial.

Una chica que se iba a Rusia se hizo una matrioska, y un periodista que pidió absoluta reserva se tatuó a Cavani metiendo un gol con la Celeste.

Un grupo de personas propuso a través de la plataforma Uruguay Decide que la Explanada de la Intendencia de Montevideo llevara el nombre de Óscar Washington Tabárez pero el edil nacionalista, Daniel Martínez, integrante de la Comisión de Nomenclatura de la Junta de Montevideo explicó que para bautizar un espacio público con el nombre de una persona, ésta tiene que llevar al menos diez años de fallecida.

El edil opinó asimismo que la distinción "San Felipe y Santiago" que recibió el técnico Tabárez es "suficiente" homenaje.

Agustina Giménez le escribió a Nacho Debia para agendar una hora en su local: quería tatuarse el festejo de gol de su hermano Josema en el Mundial. Dos días después, el propio futbolista se comunicó con Nacho pidiéndole que le hiciera a Zabivaka, fiel a su costumbre de tatuarse las mascotas de los Mundiales que juega.

El zaguero del Atlético Madrid tiene el cuerpo repleto de diseños. Nacho le hizo dos frases, unas golondrinas, la fecha de su debut en la Selección, que luego se tapó, sus padres acompañándolo al baby fútbol, él en un rezo en un festejo de gol, la estación de Toledo, su mano junto a una pelota, y el nombre de una hermana fallecida.

En Bampii Tatoo hubo varios que consultaron por retratos del Cebolla Rodríguez y en Class Studio pidieron por el rostro de Guillermo Varela. El defensa celeste es uno de los dueños de ese local y al enterarse de que alguien quería llevar su cara en el cuerpo se sorprendió tanto que se ofreció a obsequiarle el tatuaje.