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Dos muertos y casi 9.000 desplazados; se cree que la crecida llegó a su pico

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Imagen aérea de una zona inundada en Uruguay. Foto: Fernando Ponzetto

OCHO DEPARTAMENTOS INUNDADOS

Durazno es el más afectado con 780 viviendas evacuadas.

Dos muertos y casi 9.000 desplazados es el saldo hasta el momento de las inundaciones que afectan a ocho departamentos y que han impactado fuertemente en Florida y -sobre todo- Durazno. Aunque se prevén precipitaciones para el sábado, se cree que ya no aumentarán las cotas de los ríos, por lo que en los próximos días los damnificados podrán comenzar el lento retorno a sus hogares.

Ayer, un hombre de 80 años fue hallado muerto en su casa en Santa Lucía, Canelones, en una zona afectada por las crecidas. Alertados por vecinos que se extrañaron de no ver al anciano, efectivos policiales, bomberos y un equipo de emergencia médica llegaron a su vivienda ubicada en la calle Luis Alberto de Herrera. Pero ya nada podían hacer: yacía en un sillón, muerto al parecer por haber sufrido hipotermia.

También en Santa Lucía se halló el miércoles el cuerpo sin vida del funcionario de OSE de 44 años que se encontraba desaparecido desde la tarde del martes. Si bien había sido evacuado el lunes, regresó a la casa en su camioneta para retirar algunas pertenencias y fue arrastrado por la corriente. Tres personas más salvaron su vida gracias a distintos rescates y después de ser sorprendidas por crecidas de agua en Florida, San Carlos y Paysandú.

La situación más grave

En Durazno había ayer 2.000 personas evacuadas por el Comité Departamental de Emergencias y otras 4.400 autoevacuadas.

En la tarde, el río Yi se encontraba “estable”, con una altura de 11,70 metros, descendiendo a razón de 1 centímetro por hora. En total hay 780 viviendas que fueron evacuadas en Durazno.

Familias evacuadas por las inundaciones en Uruguay. Foto: Fernando Ponzetto
Campamento. Ubicado en el barrio duraznense Las Higueras. Foto: Fernando Ponzetto

En este departamento hay tres campamentos con refugiados. Uno se montó en la Plaza N° 1, ubicada en Rivera y Pérez Castellanos; otro en el centro Barrial Buem (en un gimnasio), y el tercero y más grande en el barrio Las Higueras, donde se han dispuesto varias carpas del Ejército y se acopian muebles y otros objetos personales en un gimnasio municipal.

El teniente coronel Alejandro Capeluto es el jefe del batallón a cargo del campamento. “En estos momentos tenemos 40 soldados desplegados para varias tareas. Nosotros nos dedicamos al control y mantenimiento de las carpas y tenemos personal que está colaborando como ayudantes de cocina en la elaboración de la comida”, señaló Capeluto a El País.

“Las tareas de auxiliar a la gente para que salga de las casas ya se detuvo. En este momento, como el río se encuentra estable y las situaciones climatológicas nos están dando una pausa, no se está sacando a nadie más y se está respetando la marca de seguridad que establecimos en 13 metros, a la espera de analizar el comportamiento del río. Hay que ver si se confirman los anuncios del tiempo, que están dando lluvias para el sábado pero que serían leves”, agregó el militar.

Ana Capote es la cocinera responsable del campamento, donde se hacen 850 platos de comida al mediodía y otros tantos a la noche para los refugiados, además de darles un desayuno y una merienda. “Por las horas de frío estamos haciendo guiso, que se hace con todas la verduras, carne y lentejas. Cuando esto se empiece a apaciguar, empezaremos a hacer otro tipo de menú, pero como es tan grande el volumen, ahora cocinamos un plato caliente”, dijo la mujer a El País.

Capote explicó que cuenta con dos ayudantes del municipio, un encargado de la cocina y tres funcionarios del Batallón N° 13 del Ejército. “Como viene la cosa, incluso con un pronóstico de agua para el fin de semana, pienso que hasta la próxima semana estaremos acá”, comentó.

El agua cerca de cubrir una conexión eléctrica en un poste. Foto: Fernando Ponzetto
El peligro de las conexiones eléctricas, que en los hogares muchas son precarias. Foto: Fernando Ponzetto.

Temor por los robos

Cristian Morán (43), uno de los desplazados que ocupa una de las carpas del Ejército junto a su familia, tiene el mismo temor que muchos evacuados: que le roben su casa, que tuvo que abandonar por la crecida. Le preocupa que alguien pueda llevarse las herramientas con las que trabaja cortando árboles y de albañil. “Lo más necesario lo saqué todo. Ya estoy acostumbrado, cuando la veo venir, junto las cosas. Tengo un hermano que se quedó allá, arriba del techo, porque se pone bravísimo con los robos. A mí todavía no me robaron, pero personalmente vi cómo robaban a un vecino”, relató a El País.

“Estoy con mi señora, mis hijos y un sobrino. En total somos seis, tres mayores y tres menores. Acá, en el campamento, nos tratan impecable. Nada que decir. A mí me sacaron ya con el agua adentro, la creciente se vino muy rápido”, agregó.

El teniente coronel Capeluto explicó que el Ejército no trabaja en la vigilancia de las viviendas que han quedado vacías, pero personal de Prefectura se ha sumado a las tareas de patrullaje que hace la Policía. “A medida que nosotros vamos sacando gente del río, se va reforzando con patrullaje preventivo y ahora con Prefectura”, anotó.

“La diferencia más grande de esta inundación con las anteriores es la velocidad con la que ha crecido el río. En enero tuvimos otro episodio que llegó a marcas similares pero no se dio con tanta velocidad como ahora”, destacó.

Personal en emergencia

El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, dijo a El País que son unas 400 las personas que están afectadas a la emergencia, entre personal municipal, del Ejército, Policía, Prefectura y Bomberos, entre otros. “Estamos viviendo un evento de los más importantes a nivel histórico, aunque no llega al grado de la creciente de 2007, que prácticamente anduvo en los 13 metros”, puntualizó.

Emily Jaunarena es la encargada de la administración del personal de la Intendencia en el campamento de Las Higueras. “En este momento tenemos 49 familias con 77 niños y 111 adultos. Nos manejamos con un equipo multidisciplinario. Tenemos gente de ASSE que viene y hace las rondas médicas. Se coordina con todas las carpas y se avisa que va a llegar el médico, y las situaciones que están más vulnerables se atienden primero. También hay un funcionario con todas las recetas y levanta los medicamentos en farmacia. Y tenemos asistentes sociales y psicólogos que van carpa por carpa”, explicó Jaunarena.

Miembros de ADES recorren una zona inundada. Foto: Fernando Ponzetto
Personal de ADES intentó ayer hacerle llegar un celular al encargado del camping de Durazno, que se encuentra en el techo del parador. Foto: Fernando Ponzetto

Campos anegados en Rocha y más lluvias

Las lluvias vuelven mañana sábado al sur del país, tanto sobre el oeste como en el este, y también en el centro, según pronósticos del Instituto de Meteorología del Uruguay. Esto preocupa en las regiones inundadas de San José y Canelones, y últimamente también en Rocha, ya que fueron bajando las aguas procedentes de las sierras y se dio el desborde del Cebollatí, lo cual afectó gran cantidad de campos, dejándolos aislados. Ante ese panorama que se veía venir, debió trasladarse el ganado a zonas altas. Las precipitaciones anunciadas para el fin de semana serían aisladas, en tanto las temperaturas, tanto las mínimas como las máximas, serán elevadas para esta época del año, ubicándose entre 14° y 17°C.

En cuanto a los efectos del ciclón extratropical de la madrugada del jueves, las rachas de viento superaron los 90 km/h en el este pero no hubo daños debido a la orientación oeste y noroeste, según evaluó el predictor privado Núbel Cisneros.

Evacuados en Soriano retornarán el lunes

Luego de alcanzar su pico máximo de 8,57 metros, el río Negro comenzó a retroceder frente a la ciudad de Mercedes, situándose anoche sobre la barrera de los 8 metros. El ánimo de los damnificados cambió significativamente a partir de dos días soleados y ante el anuncio de que las lluvias del fin de semana no serán significativas.

La represa de Palmar continuó evacuando unos 4.381 m3 por segundo y desde la costa se observa una fuerte correntada en dirección a la desembocadura con el Río Uruguay.

“Superamos el momento de quiebre, creo que de ahora en más vamos a estar tranquilos esperando el descenso de las aguas”, indicó a El País Andrés Magnone, coordinador del Comité de Emergencia de Soriano.

“Ahora evaluamos la instrumentación del operativo retorno que se comenzará a ejecutar a partir del lunes, porque tenemos un pronóstico de pequeñas lluvias que no alterarán en nada la situación, pero es conveniente no apurarse”.

(Producción: Daniel Rojas).

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