Día internacional de la música

El domingo 30 se celebra el Día Internacional de la Música con un festival benéfico en Parque Rodó.

El movimiento en las redes sociales indica que este evento solidario tendrá un nivel de convocatoria superior que en 2017. Las 8 mil personas que asistieron el año pasado al Festival por el Día Internacional de la Música permitieron que se recaudaran 6.430 alimentos no perecederos para Aldeas Infantiles, y $ 48.718 para la Fundación Oportunidad.

El plan para la cuarta edición a realizarse este domingo 30 es aumentar el número de público y de donaciones para dichas instituciones. La organización promete 10 horas de entretenimiento al aire libre desde el mediodía. La actividad se suspende por lluvia, y la nueva fecha se daría a conocer en las redes sociales, o en el portal diadelamusica.uy.

Habrá shows musicales en vivo, DJs y food trucks. Se podrá degustar variedad de comida rápida (pizza, chivitos, hamburguesas y panchos), helados, café, dulces y cerveza artesanal.

La Dirección Nacional de Cultura hizo un llamado en 2015 y convocó a los interesados en organizar una actividad para festejar el Día Internacional de la Música.

Agustín Beduchaud se reunió con colegas amigos productores de eventos para cranear este festival al aire libre y gratuito con espíritu solidario.

"Queríamos que la gente colaborara con algo a cambio de los shows que se brindaban", comenta Agustín Beduchaud sobre el espíritu del evento.

Ese primer año esperaban 500 personas y asistieron tres mil. "Fue un evento grande, aunque precario". El organizador alega que se debió a que se armó "a las apuradas, con solo un mes de anticipación".

"Nos prestaron el Pabellón de la Música del Parque Rodó. Había una mesa con bandejas de DJs, parlantes, luces y poco más. El único servicio que hubo fueron baños públicos, pero eran muy pocos para la cantidad de público".

Tampoco tenían oferta de comida y bebida. La modalidad fue cual pic nic: la gente se llevaba lo que iba a consumir. Esa vez juntaron una tonelada de alimentos, que fue a parar a manos de la Escuela Horizonte.

En aquel debut se realizó una intervención artística: Shey Nanette pintó dos cuadros en vivo para rendir tributo a los difuntos DJ Black y Ruben Duffey.

Esa actividad se repitió en la segunda edición y el homenaje fue para David Bowie.

El gran nivel de convocatoria en 2015 les dio la pauta de que el festival se convertiría en un clásico. Así sucedió: "la gente espera que llegue el 30 de setiembre".

La experiencia les enseñó que "cuidar cada área" es clave para lograr el éxito. "Al segundo año nos pusimos en la cabeza producir un mega evento. Se mejoró el audio, se consiguieron ambulancias, baños y se valló el escenario". El público percibió dicho profesionalismo.

Jamás hubo un accidente ni un conflicto; la fiesta transcurre en un ambiente pacífico.

Lo más complejo es conseguir apoyos para cubrir los gastos. No hay una única empresa que respalde este festival. Logran sacarlo adelante gracias a fondos públicos y privados.

"La Intendencia brinda uno de los escenarios, el Municipio B gestiona la bajada de luz, los generadores, los cortes de calle, y los tachos de basura; el MEC nos da los baños. Se arma entre todos. De no ser así, no podría financiarse", dice Beduchaud.

En la edición 2018 se mudaron y agregaron otro escenario: el sector de electrónica será en el monumento a Rodó, y las bandas tocarán en el Patio de Andaluz. Cerrará Pa entrar en Calor a las 20:50. Antes habrá reggae, rock y hip hop.

El plan para la quinta edición es crecer. "Queremos tener tres o cuatro escenarios y más variedad musical", señalan los promotores.