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Llamadas, pedidos y recorridas con "un nudo en el pecho": la semana del alcalde del Municipio F tras inundaciones

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Alcalde revisando una de las zonas afectadas por las fuertes lluvias. Foto: Marcelo Bounjor.
Asentamiento Municipio F, Montevideo ND 20220120 foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

SU TAREA TRAS LAS FUERTES LLUVIAS

El alcalde de la zona, a cargo de una de las áreas de Montevideo más afectadas por las lluvias del lunes, aseguró que durante la semana recibió un sinfín de reclamos y pedidos.

A Juan Pedro López no paró de sonarle el teléfono en toda la tarde del jueves. “¿Cómo andas, bo? Me estoy yendo al Santa María a entregar unos colchones y ahí ya hago un relevamiento”, respondió a una llamada cuando se subía a la camioneta del Municipio F para iniciar una recorrida más por barrios donde todavía sufren las consecuencias de las inundaciones.

El alcalde de la zona, a cargo de una de las áreas de Montevideo más afectadas por las lluvias del lunes, aseguró que durante la semana recibió un sinfín de reclamos y pedidos.

López salió el lunes de su casa a las 6 de la mañana, cuando le empezaron a reportar las primeras inundaciones en Punta de Rieles, y volvió a las 10 de la noche. La jornada, aseguró, fue igual de larga el martes y el miércoles. Y cuando eran las 15 horas del jueves, se disponía a realizar una nueva recorrida.

“La impotencia que sentís está salada. Te genera un nudo en el pecho muy grande”, reconoció a El País.

En el camino de unos 15 minutos desde la Escuela Policial -transformada en la semana en refugio de evacuados- hasta el asentamiento próximo al eje de Camino Carrasco, el alcalde certificó con un asesor las familias que habían pedido colchones y cuántos solicitaba cada una.

Ese día las llamadas siguieron. Hubo una gestión para conseguir más colchones, el pedido del servicio de barométrica para un asentamiento, la coordinación de la entrega de cal para pintar bloques o muros, y audios de WhatsApp para conseguir hipoclorito.

En el Municipio F relevaron un total de 1.253 damnificados de 321 familias, de los que 522 eran menores de edad. En esa zona de la capital comprendida por Punta de Rieles, Maroñas, Manga, Villa García y Piedras Blancas, entre otros barrios, fueron evacuadas 56 personas.

Además, los asistentes sociales del municipio recibieron pedidos por 871 colchones y 570 frazadas, así como productos de limpieza y canastas de alimentos.

La vuelta.

La vuelta. Auri Torres recién volvió el jueves a su casa en el barrio La Chancha. Hasta ese día durmió en el gimnasio de la Escuela Policial junto con sus hijas y nietos. En total, la familia tuvo 17 evacuados. Mientras mostraba el barro que persiste en el suelo de su casa, los muebles echados a perder y la heladera todavía mojada, Torres recordó que el lunes, sobre las 6 de la mañana, no le dio tiempo para nada.

“Fue todo en un segundo. Venía el agua del fondo por un lado y de la calle por el otro. Acá se formó como una piscina. Las heladeras nadaban. No sé cómo hicimos para salir”, relató la mujer a El País.

Los hijos de Torres viven en el mismo terreno, al fondo de su casa de bloques. Las tres construcciones de chapa y madera quedaron en medio de una montaña de basura. Escombros, botellas, ropa y desechos en general fueron arrastrados hasta allí por la corriente de la cañada que pasa justo detrás de su vivienda.

Gustavo, que se quedó para cuidar que no le roben lo que su familia pudo rescatar, piensa ahora levantar con chapas una estructura que pueda amortiguar nuevas tempestades.

El alcalde, en tanto, comprometió que una cuadrilla del programa de Jornales Solidarios estaría allí al día siguiente para terminar de limpiar el terreno de la familia de Torres.

Primera parada.

En el barrio Santa María de Eugenia al alcalde lo recibieron Mary Rivero y Andrea Benavídez, que en una cuadernola llevaban anotadas las personas que habían pedido colchones. López contrastó las anotaciones con las planillas que armó el área social del municipio y comenzó a ordenar la entrega.

Allí, al fondo del camino Servando Gómez, los niños alrededor de una parroquia de madera y tres caballos pastando en un campito con arcos de fútbol son la puerta de entrada a este asentamiento ubicado a las orillas del arroyo Carrasco.

“Hay gente que sigue inundada”, lamentó Rivero.

Los destrozos de las fuertes lluvias. Foto: Marcelo Bonjour.
Los destrozos de las fuertes lluvias. Foto: Marcelo Bonjour.

Sandra Pereira, otra vecina del barrio, narró que al empezar a sentir cómo caía el agua, los vecinos se pusieron en línea mediante un grupo de WhatsApp. Pero ya no pudieron hacer nada. “Esto era un barco a la deriva. Sacaba agua y volvía a entrar. Lo único que quedó fue rezar”, lamentó.

Luego de dos horas en Santa María de Eugenia, López se subió a la camioneta y rumbeó hacia La Chancha, donde visitó a los integrantes de la familia que recién regresaba al barrio.

Allí, tras el pedido de otra vecina, comprometió bidones de tres litros de hipoclorito que entregaría en los próximos días.

“Esta semana ha sido así todo el día. Terminás molido pero tenés que estar”, concluyó el alcalde.

Alcalde: “Una tomada de pelo” de la IMM por falta de apoyo

El alcalde del Municipio F, Juan Pedro López (Partido Nacional), salió a cuestionar a la Intendencia de Montevideo y al Centro Coordinador de Emergencias Departamental (Cecoed) porque, según su criterio, le faltó apoyo ante las solicitudes que cursó luego de las inundaciones. “Fue una tomada de pelo que el Cecoed entregara 50 colchones para el municipio cuando en el relevamiento precisábamos muchos más. Y todavía veo que en el (asentamiento) Alfredo Lamas está la intendenta Cosse con 106 colchones, cuando para este municipio mandaron 50”, dijo el alcalde. Según López, el Cecoed luego le envió otros 50 colchones, pero los consideró insuficientes para la cantidad de damnificados. En tanto, dijo que mediante Presidencia de la República accedió por el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) a 350 colchones y 550 frazadas. La IMM informó el martes que mediante el Cecoed entregó 1.000 colchones y el miércoles otros 800. De esos, el Sinae afirmó que había otorgado 1.300 para su distribución. En una de las primeras entregas, que tuvo lugar en un asentamiento en la calle Alfonso Lamas, en Flor de Maroñas, estuvo presente Carolina Cosse.

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