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"La inseguridad terminará pesando en las urnas"

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Guillermo Maciel. Foto: archivo El País

Guillermo Maciel

La Fundación Propuestas (Fundapro) cumplió 10 años de trabajo la semana pasada y desde el Observatorio en Seguridad, a cargo de Guillermo Maciel, se evalúa con preocupación el sesgo ideológico de las políticas de seguridad del Ministerio del Interior.

Además, el experto lamentó la ausencia de señales en respaldo de la Policía en momentos críticos como la muerte de algunos de sus funcionarios durante el cumplimiento del deber. Maciel está convencido de que es posible mejorar los niveles de seguridad y denunció la poca transparencia en materia de información sobre delitos. El experto aseguró que la inseguridad se verá en el resultado electoral.

—A ustedes les toca la tarea de llevar los datos sobre la inseguridad, en particular los de los homicidios y ofrecer una respuesta política hacia ese drama. ¿Cómo han vivido estos diez años de trabajo?

—Esto surgió como una contribución al servicio del país, no de un sector o un partido. Son temas muy delicados donde nos va la vida y la libertad. Nuestro trabajo no es únicamente recopilar datos, también analizamos la información y ofrecemos aportes. Toda nuestra información es de acceso público irrestricto y nuestros datos son auditables. Lamentablemente la información oficial no tiene el beneficio de la transparencia.

—¿Hay una opacidad en las cifras oficiales?

—Por supuesto. Generalmente la información oficial termina siendo parcial, opaca, tendenciosa, incompleta, tardía y errónea en algunos casos. Además, hay dificultades para el acceso a la información y hay poca transparencia. En esto no se puede cambiar los criterios. En el año 2012 dejaron de contabilizar los homicidios justificados. Durante todo un año no se contabilizaron las tentativas de rapiña. Se trata de cifras que generan dudas. El senador Rafael Paternain declaró que "seguramente hubo un subregistro de los delitos". Cuando nosotros advertíamos un decaimiento en la seguridad pública por el crecimiento de los delitos, nos decían que no. Al final, cuando salen los números oficiales, se demuestra que sí. Se le ha mentido a la población en la cara. En la campaña electoral prometieron bajar las rapiñas al 30% y llevar la reincidencia al 30%. Ahora sabemos que las rapiñas, en lugar de bajar, subieron un 55% y que la reincidencia está encima del 62%. En medio de tanta confusión, nos transformamos en un foco luminoso que se ha vuelto una referencia. Nos ganamos la imagen de responsabilidad y confianza. Algunos medios internacionales han citado nuestros trabajos.

—¿Cree que los problemas de seguridad tendrán un correlato en las urnas?

—Sin dudas. Las familias están cansadas de estar enrejadas y los delincuentes libres. Todo esto va a pesar mucho. En las elecciones influye mucho el mal humor del electorado. Estar en la lista de espera para ser rapiñado genera un mal humor en el electorado.

—¿Fundapro tiene acceso a información oficial para las tareas de investigación?

—Hemos hechos algunos pedidos de informes mediante los legisladores y las respuestas siempre son tardías y confusas. En otros países se informa semanalmente la totalidad de los delitos. Con la tecnología que hoy se cuenta sería muy fácil acceder a toda la información, algo que le daría una transparencia a la gestión que hoy no tiene.

—¿Qué ideas o líneas de acción política han surgido directamente de Fundapro?

—Creemos que es posible retomar la seguridad. No es que no se puede y que está todo perdido. Tiene que haber una autocrítica. La culpa no la tiene la prensa por informar. Tampoco tiene la culpa la sociedad, como dice el partido de gobierno. Decir que la sociedad es culpable es como sostener que todos somos culpables y al final nadie es culpable. La seguridad es una consecuencia directa de la gestión de gobierno. El gobierno nunca dijo hasta ahora que los principales responsables de la inseguridad son los delincuentes. El segundo responsable es el gobierno por no aplicar políticas que permitan combatir al delito. Tiene que haber personas idóneas al frente de la seguridad. Con personas ineptas y sin sensibilidad estamos liquidados. Hay que respaldar a la Policía. Más allá de las medidas legales, se necesita enviar señales claras. Una persona no puede ser ministro del Interior si cuando matan a un policía sale a decir que la culpa es del funcionario por no usar chaleco o estar cumpliendo una función fuera del horario. Nunca le escuché decir que se va a perseguir a ese delincuente, que mató a un policía, hasta poder llevarlo ante la Justicia. Tampoco le escuché decir que se solidarizan con la familia de la víctima. No van ni al velorio ni al entierro. Hay una mentira que se repite todo el tiempo: "Uruguay no es una isla, los delitos aumentan en todo el mundo". Eso es falso. En todo Estados Unidos los delitos, no únicamente los homicidios, han venido bajando desde el año 1990 a cifras muy bajas. En España también bajaron todos los delitos, el año pasado tuvieron 290 homicidios y en Uruguay hubo 283. Pero vayamos a nuestro continente: en Argentina tienen una tasa menor de homicidios que Montevideo. Hace 3 años que bajan los hurtos.

—¿Cuál es el principal problema de seguridad?

—El principal problema que tenemos es que los gobiernos del Frente Amplio han encarado la inseguridad con una visión ideológica. Los proyectos ideológicos no razonan, son dogmáticos, tienen verdades de fe. Entonces, no admiten críticas, no ven la realidad y por eso es que fracasan.

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