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Una fuente histórica a la deriva en medio del Prado

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Elegante y mutilada: la fuente “Los Ríos” o Cordier, ubicada frente al Hotel del Prado, ha sido blanco reiterado del vandalismo. Foto: Fernando Ponzetto

Ataques al Patrimonio Urbano

Piden a IMM que se ocupe de custodia y mantenimiento.

Elegante y mutilada: la fuente “Los Ríos” o Cordier, ubicada frente al Hotel del Prado, ha sido blanco reiterado del vandalismo. Foto: Fernando Ponzetto
Elegante y mutilada: la fuente “Los Ríos” o Cordier, ubicada frente al Hotel del Prado, ha sido blanco reiterado del vandalismo. Foto: Fernando Ponzetto

Parecía un excelente lugar para instalar una fuente con tema propio, alegórica, con historia y un delicado diseño de varias de las piezas de la composición artística. Pero pasó el tiempo y quedó librada a su suerte, como tantos monumentos ubicados en los parques de Montevideo.

Hace unos veinte años tuvo una puesta a punto y hace menos de diez ya necesitó la reposición de algunas de las figuras de bronce que la integraron desde sus orígenes. Ahora, sin embargo, parece que nadie la quiere.

Los concesionarios del Hotel del Prado ya decidieron enviar por escrito a la Intendencia de Montevideo su deseo de "entregar la fuente" a Espacios Públicos. Agotaron los recursos para protegerla y argumentan que resulta difícil cumplir ese objetivo en la medida que no se los autoriza a enrejarla.

La fuente, que se llama "Los Ríos" y se conoce también por el nombre de su autor (Cordier), se encuentra dentro de los jardines que rodean al salón de fiestas, aportando a la suntuosidad general, aunque a una distancia considerable de las elegantes escaleras del acceso principal, separada de éste por una explanada amplia, repavimentada y señalada en un tono ladrillo.

Ni los guardias de seguridad o serenos han podido lidiar con éxito ante el vandalismo y los buscadores de metales, que en alguna ocasión han demostrado que no tienen reparos en andar a los tiros al ser descubiertos en su intento de romper por romper o de robar trozos de las figuras, como ser la cabeza de una pequeña tortuga, o aún piezas enteras de aves.

Más de una vez, los empresarios invirtieron en la reposición, apelando a un artesano con años de experiencia en recuperación de antigüedades. Pero los costos del mantenimiento, que en su momento incluyó obras en la estructura y el sistema de bombeo, se incrementaron a tal punto que los concesionarios del hotel decidieron desmontar algunas piezas y guardarlas en depósito.

Sea como sea, las consecuencias de la impunidad son comprobables en un paseo circular que no lleva más de cinco minutos. La fuente luminosa ya no es lo que era. Y la decisión comunal que ha impedido cercar con una reja este monumento no coincide con medidas implementadas en otros parques. En el Rodó, por ejemplo, en donde fue enrejado el clásico Pabellón de la Música a raíz de que se había vuelto un refugio de indigentes en donde los "fogones" comenzaron a afectar el mármol.

Más allá del acuerdo con privados, y de las competencias municipales, la responsabilidad del gobierno departamental no parece quedar eximida en este caso. Los espacios públicos que tienen una superficie superior a una manzana, como los grandes parques, están precisamente en la órbita de la Intendencia de Montevideo.

Muy pertinente fue la preocupación de antaño para lograr la armonía en espacios que no ofrecían perspectivas adecuadas para esculturas gigantes, como por ejemplo las plazas, o los rincones de parques, como este del Prado, frente a un palacete con aires vieneses, también mucho más adecuado a la escultura a escala humana que a la ecuestre o monumental.

No obstante, la falta de conservación ha dado por tierra con aquellos logros estéticos.

Descripción y realidad.

En la web municipal, por ejemplo, se mantiene una descripción de la fuente original, que estuvo por primera vez emplazada en la Plaza Independencia. Pero nada se cuenta de las figuras ausentes, tres aves, del maltrato sufrido, de las postergaciones de su mantenimiento, del descuido de la limpieza.

La fuente "se compone de tres figuras femeninas, una de ellas en actitud sedente y las otras dos reclinadas tocando con sus manos derechas la de la figura central. Simbolizan a los ríos Uruguay, Paraná y de la Plata. Las rodean varios ejemplares de la fauna y la flora de la región".

Desde el año 1922, la fuente "Los Ríos" está ubicada en el Prado, es decir un año antes de que fuera inaugurado el monumento al prócer José Artigas en Plaza Independencia. Y ese enclave actual, casi centenario, no fue azaroso. El trazado de los caminos interiores, bastante mal iluminados en estos tiempos, siempre conducen a la Fuente Cordier.

Primer destino de una alegoría centenaria
Fuente luminosa "Los Rìos" también conocida como "Cordier"

La fuente luminosa "Los Ríos", también conocida como "Cordier" en referencia a su autor, el escultor francés Luis E. Cordier (1848-1925), fue inaugurada el 25 de agosto de 1916, en la Plaza Independencia, prácticamente en el mismo lugar en donde hoy está el Monumento a Artigas. La figura principal de la fuente se hallaba orientada de cara a la Avenida 18 de Julio, mientras que las otras dos miraban hacia la Ciudad Vieja. Poco antes de la inauguración de la fuente, en 1911, el intendente de Montevideo Ramón Benzano había planteado ante la Junta Económico Administrativa una predilección, que otros compartían, por la ubicación en espacios públicos de una estatuaria alégórica, no monumental ni de carácter histórico nacional, y tampoco copias de obras famosas en el mundo.

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